El líder del sindicato de Empleados de Comercio, Armando Cavalieri, se quejó el domingo de que el Gobierno quiere "imponer una barrera al salario".

El gremio venía negociando con los empresarios del sector una suba salarial del 30%, en dos cuotas -una en abril, y la otra en octubre- cuando se trabó la paritaria por injerencia del Gobierno.

Cavalieri incluso confirmó que había dialogado sobre la situación con el ministro de Trabajo, Carlos Tomada, quien le reconoció que recibía "órdenes superiores" para no avalar subas salariales por ese porcentaje. 

La semana pasada, en declaraciones al canal C5N, Tomada negó rotundamente que la presidenta Cristina Kirchner le hubiera dado "órdenes" para poner "un techo" a las paritarias en 30% o incluso 22%. No obstante, señaló que la recomposición salarial de este año debería estar a la par de la inflación anual que proyecta Economía, cercana a un 22 por ciento.

Para Cavalieri, "lo que está en discusión acá es la libertad de negociar, o negociamos con el Gobierno, o el Gobierno pone una pauta, 'bueno 15% para todos', como hacían los militares, y arreglamos la cosa así". 

"Poner un tope al salario es realmente poner un tope al crecimiento", se quejó por su parte el gremialista y cuestionó: "el Ejecutivo intima a los empresarios a no ceder y además a no homologar los convenios".

Así lo aseguró en medio de las negociaciones salariales, que a esta altura del año presentan un complejo panorama, el cual incluye medidas de fuerza por parte de algunos sindicatos. 

En declaraciones radiales relevadas por Noticias Argentinas, el sindicalista también apuntó al ministro de Economía, Axel Kicillof, y consideró que "está enfrascado en una posición".

"Creo que está equivocado porque a él le conviene mucho que el mercado interno tenga crecimiento", argumentó Cavalieri y cuestionó: "No habla bien de Kicillof el tema este, de imponer una barrera al salario". También comparó esa postura con la que esgrimía el ex ministro de Economía Domingo Cavallo "que decía permanentemente a mayor salario mayor inflación".

En este sentido, el gremialista alegó que "el salario no es inflacionario", ya que "a mayor salario más estabilidad, más posibilidad que tiene el Estado para desarrollarse, para recaudar para hacer frente a los gastos". Según su visión, es una "contradicción" que el Gobierno por un lado fomente el consumo interno, y por otro ponga "un tope al salario".

"Nosotros venimos del año pasado con 5 o 6 puntos menos con respecto de la inflación. El tema es siempre la credibilidad que hay sobre los índices", se quejó el gremialista, que además remarcó que "es inentendible como se puede cobrar tanto impuesto a un salario". Al respecto, aclaró que no dice "que deje de cobrarse, pero debe elevarse mucho, mucho, el nivel de imposición".