La creciente conflictividad gremial que ya incluye a los sindicatos "amigos" de la Casa Rosada obligaron a dar marcha atrás al "techo" del 25% de aumento salarial que había intentado imponer el Gobierno en las paritarias y ahora la nueva orden es que el "tope" será del 28 por ciento.

Hasta esta semana, el titular de la cartera laboral, Carlos Tomada, le avisaba a los representantes de los trabajadores que, por orden del ministro de Economía Axel Kicillof, no homologaría ningún convenio que superara la barrera del 25% y "freezó" las negociaciones del sector metalúrgico y mercantil. La UOM pedía una suba del 32% y Comercio, 30 por ciento.

"Al principio, se hablaba de un 25% de tope; ahora, del 28%. Y si los apuran, en una de ésas le sacan el 29%", confió al diario La Nación una fuente que participa de las negociaciones y arriesgó que, tal como sucedió otros años, lo más probable es que muchos gremios cumplan con este máximo, y luego completen los acuerdos incorporando sumas no remunerativas. "Lo importante es dibujar de alguna manera el 28 por ciento", ironizó.

"Cuando uno acuerda de forma privada con el gremio, es decir, sin intervención del Ministerio de Trabajo ni conflicto, antes de homologar, te fijan una audiencia de ratificación ante un funcionario de la cartera laboral. Si lo acordado es superior al 28%, no te dejan ratificarlo", confió un abogado de varios gremios de peso al matutino. "Ésta es una orden que arrancó el lunes, obviamente, no está escrita", confirmó.

El miércoles, Tomada intentó negar que hubieran pusto un "techo" a las paritarias, pero confirmó que habló con el titular del gremio de Comercio, Armando Cavalieri, sobre en qué nivel convenía que se cerraran las negociaciones salariales con las cámaras empresarias.

"En todos estos años no hemos fijado ni piso ni techo (a los salarios), las paritarias han sido realmente libres y lo van a seguir siendo", afirmó el funcionario en declaraciones a radio Del Plata.

En ese marco, el funcionario planteó la necesidad de "mirar la evolución" del índice de inflación que "según todas las consultoras no va a superar el 25% o 26% este año", y dijo que "lo razonable" es "imaginar una evolución de salarios que mantenga la capacidad adquisitiva, sin por eso establecer un techo".

Hace ya algunas semanas que en el equipo económico había quienes se mostraban dispuestos a elevar algunos puntos el tope para los aumentos salariales que se había fijado en Economía. Pero, esta semana, en Trabajo ya se habría empezado a aplicar el retoque.

La duda que hay por estas horas entre los gremios es qué sucederá con las negociaciones que venían avanzando entre los empresarios y los sindicatos de la UOM, liderada por Antonio Caló, y el de Comercio de Cavalieri. Dos negociaciones que se toman como "caso testigo" por el resto de los gremios. Ambos piden subas por encima del 28 por ciento.

Las paritarias metalúrgicas quedaron en "stand-by" con el reclamo del 32% de aumento que podría achicarse a un 30% si las cámaras ceden a pagar sumas no remunerativas que permitan a los operarios terminar el año con un salario básico de 8.500 pesos.

La dilación de discusión salarial y las trabas que ponía el Gobierno enfurecieron a las bases gremiales y Caló tuvo que convocar a un paro nacional de 36 horas previsto para esta semana que luego fue postergado por la conciliación obligatoria que dictaminó la cartera laboral.

"Los compañeros me quieren colgar del Obelisco", confesó el líder metalúrgico esta semana.

En el caso de Comercio, ya estaba casi cerrada la paritaria hace dos semanas. Cavalieri y las cámaras empresarias habían avanzado de manera privada. El incremento para 2015 sería de 30% en dos tramos, 15% desde abril y el 15% restante con los salarios de octubre. Además de garantizar la continuidad del pago de dos sumas fijas de $1.200, que el personal de la actividad percibía desde el año pasado. Este convenio no fue homologado por Trabajo. Ahora tendrán que esperar para ver si les aceptan que la paritaria concluya con un aumento dos puntos por encima del nuevo "techo".