A causa de la dura situación económica, Grecia se vio obligada a imponer un corralito tal como ocurrió en la Argentina en 2001. Domingo Cavallo, el ministro de Economía que en aquella época decidió la medida en el país, afirmó en una columna de opinicón publicada en su blog personal que “para sortear una tragedia, tanto los griegos como la Troika tienen que evitar que el corralito se transforme en un corralón”.

Según Cavallo, lo que Grecia tiene que eludir a toda costa es verse obligada a “transformar compulsivamente depósitos y préstamos bancarios en Dracmas”. El economista sostuvo que “si ello ocurre, los ahorristas griegos que no lograron sacar sus euros del país o que no tienen sus ahorros en euros billetes, perderán un gran porcentaje de sus depósitos”, tal como le sucedió a quienes tenían sus dólares en los bancos en la Argentina durante el gobierno de Eduardo Duhalde que decidió “pesificar” la economía compulsivamente.

En caso de que esto ocurriera, los ciudadanos griegos sufrirían un ajuste fiscal y una caída de los salarios reales mucho mayor a la que se estaba produciendo a causa de la austeridad impuesta por la Troika. Siguiendo esta línea, Cavallo expresó que “Grecia volverá a ser una economía con alta inflación y muy inestable”, y agregó: “Es probable que en caso de que el corralito se transforme en corralón, Grecia termine dejando la Unión Europea y entrando en la órbita geopolítica de Rusia”.

“Puede que la triste experiencia Argentina, a pesar de la muy mala interpretación que hacen algunos economistas norteamericanos y locales de las supuestas bondades del corralón, no cometan el trágico error que el Gobierno Argentino cometió en enero de 2002”, afirmó.

Cavallo sostuvo que el pueblo griego “parece intuir” que la reintroducción del dracma no va ayudar sino que provocará una “muy injusta redistribución de riqueza” y que costará muy caro en términos de la calidad de vida en el país donde “nació la democracia”. Sobre esto el economista manifestó: “Si se hace el referéndum el próximo domingo, yo apuesto a que la gente votará porque haya una solución ordenada y Grecia continúe en la eurozona y en la Unión Europea”.

“No evitarán seguir haciendo austeridad, pero habrán evitado una verdadera tragedia. En caso de errar´Tragedia Griega´ ya no será un género teatral de la Grecia antigua sino una dolorosa realidad de la Grecia del siglo XXI”, concluyó.