En los penales se escapó el sueño para la Argentina de ser campeón de América. Chile no falló en la definición y se consagró por primera vez en su historia. Higuaín (por arriba) y Banega (atajó Bravo) erraron sus penales. La Roja acertó y fue fiesta ante 50.000 personas que llenaron el mítico estadio Nacional.

Argentina no jugó como puede hacerlo. Por primera vez perdió la pelota y quedó claro que no le sienta bien jugar sin ella. Chile trató de ser protagonista desde la posesión, aunque no tuvo profundidad para lastimar.

Las más claras fueron del seleccionado argentino en la cabeza de Agüero, en los pies de Lavezzi, y en la última jugada del partido cuando Higuaín definió desde un ángulo cerrado. 

El partido fue bravísimo y deslucido también.

Muy poco fútbol, y sobre todo, lleno de imprecisiones. Así llegaron al alargue. Y en los 30 minutos finales no hubo energías. 

Argentina terminó con Lavezzi acalambrado y Mascherano al borde del desgarro. Y sin cambios. Porque Martino los agotó en los 90 minutos. Chile tuvo algo más de energía (Sampaoli hizo dos cambios en el alargue), sin embargo no le alcanzó. Y la única que tuvo fue en los pies de Alexis Sánchez.

Argentina esta vez no jugó. No hubo respuestas futbolísticas. Y Martino no tuvo plan B. Y en los penales se quedó sin nada. Mucha tristeza.