"La expansión monetaria volvió a crecer a un ritmo del 33% anual, un gran salto desde el 20% que habíamos visto el año pasado", señaló el economista que asesora a Sergio Massa.

"Los agregados monetarios en relación al PBI ya volvieron a los niveles previos que tenían antes de la devaluación del 2014. Es muy preocupante". Ayer el "blue" cerró a $14, su máximo nivel del 2015, luego de testear los 14,13 pesos, como no se veía desde octubre último.

En cuanto a la brecha cambiaria, en diálogo con Infobae, el economista sostuvo que: "En esta situación no la veo retrocediendo, más bien todo lo contrario. Pienso que va a llegar a niveles del 60% en los próximos meses. El problema es que todo esto no será corregido ahora, pero sí deberá ser encarado urgentemente por la próxima administración".

Además, sostuvo que al Gobierno le preocupa que aumente la diferencia entre el tipo de cambio oficial y el paralelo porque promueve la dolarización, a través de la compra de "dólar ahorro" y de otras alternativas que permiten acceder a la divisa a un tipo de cambio más conveniente, por ejemplo importaciones o el uso de tarjeta de crédito en el exterior.

Guillermo Nielsen destacó que se produce un efecto de dolarización de cartera en épocas preelectorales, pero enfatizó que "en este caso, se trata claramente de una cuestión monetaria, porque el Gobierno está descontrolado. Lo único que quiere es que le llegue más plata a la gente antes de las elecciones, como si esto no tuviera consecuencias".

La base monetaria ya supera los $500.000 millones, pero se estima que para fin de año no bajaría de los $620.000 millones, por la necesidad de imprimir pesos para financiar al Tesoro ante el aumento del déficit fiscal. El peligro es que semejante expansión repercuta tanto en los niveles de inflación como en una renovada presión cambiaria, coinciden en alertar la mayoría de los economistas de las consultoras privadas.