El Gobierno bonaerense intervino este martes en el conflicto de la línea 60, luego de que Gendarmería reprimiera a los choferes en Panamericana, durante un operativo que dejó un saldo de más de 30 heridos, dos de ellos en terapia intensiva.

El ministro de Seguridad bonaerense, Alejandro Granados, decidió mediar y convocó a las partes a una reunión para acercar posiciones, tras lo cual los delegados aseguraron que "hubo un pequeño avance", pero advirtieron que la solución "está en manos de la empresa".

Fuentes gubernamentales confirmaron a DyN que Granados medió en el conflicto por "expreso pedido del gobernador Daniel Scioli".

"Está todo atado con alambre, pero somos optimistas", dijo el delegado Estaban Simonetta tras salir de la reunión con el funcionario bonaerense en la zona de Puente 12, donde se acordó un cuarto intermedio hasta mañana al mediodía para seguir negociando.

"Supuestamente hay un principio de acuerdo, pero la empresa habla de 47 despedidos y no quiere hablar de los otros seis porque dice que están judicializados. Tampoco está claro el tema de los salarios caídos", manifestó el delegado.

La Gendarmería desalojó este martes en forma violenta en la Panamericana una protesta de choferes de la línea de colectivos 60 que reclaman la reincorporación de trabajadores despedidos, donde hubo incidentes con heridos y detenidos, tras lo cual intervino el gobierno bonaerense para intentar destrabar el conflicto.

La protesta se produjo en el marco de un conflicto con acusaciones cruzadas entre choferes y la empresa Monsa, que lleva 34 días y afecta a unos 250.000 usuarios que a diario utilizan esa línea que une el barrio porteño de Constitución con la zona norte del conurbano.

Esta es la segunda vez que el funcionario interviene en una situación de tensión en territorio provincial. La primera fue hace una semana a raíz de la protesta de los trabajadores por el cierre de la empresa Cresta Roja, una de cuyas plantas está en el municipio de Ezeiza que gobernó Granados.

Tras una reunión en Puente 12 el cuerpo de delegados volvió a la intersección de la Panamericana con ruta 197 donde, rodeados de efectivos de fuerzas federales, a las 18 los trabajadores levantaron el corte en las colectoras de la autovía.

Allí otro delegado manifestó que a raíz de la represión "salvaje" de la Gendarmería "hay treinta y pico de compañeros heridos, dos en terapia intensiva", por lo que se preguntó si "es necesario que muera alguien para que un ministro nos atienda".

"No levantamos el plan de lucha, que quede claro. Habrá más movilizaciones y cortes", advirtió en declaraciones a la prensa.

Los incidentes más violentos se produjeron poco antes de las 10 sobre el puente de la ruta 197, cuando gendarmes reprimieron con balas de gomas y gases lacrimógenos a los manifestantes que intentaban cortar la traza principal de la Panamericana mientras arrojaban piedras y botellas a las fuerzas federales.

Hasta allí también llegaron en micros escolares otros trabajadores de la línea 60 que habían cortado el acceso a la Capital en Puente La Noria y se enfrentaron con los gendarmes hasta replegarse hacia las colectoras de la autopista, donde esperaron los resultados de la negociación con las autoridades provinciales.

Más temprano se produjeron los primeros incidentes cuando los choferes quisieron bloquear la autovía, pero fueron repelidos por las uniformados.

El secretario de Seguridad de la Nación, Sergio Berni, avaló la decisión de desalojar por la fuerza a los trabajadores que cortaban la Panamericana, mientras la medida mereció el repudio de organizaciones de derechos humanos y gremios.

"Se les notificó que estaban cometiendo un delito, se les dijo que tenían cinco minutos para despejar y, ante la negativa, di la orden para que se actúe", dijo el ex militar en declaraciones radiales, y justificó: "Se dio la orden de desalojar porque estaban cometiendo un delito federal".

En tanto, fuentes judiciales informaron que la orden de desalojo tenía la firma de la juez federal de San Isidro, Sandra Arroyo Salgado.

A raíz de los incidentes choferes, efectivos de Gendarmería y trabajadores de prensa que cubrían la protesta resultaron heridos y según los sindicalistas al menos cinco trabajadores continuaban detenidos en dependencias de Gendarmería.