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Al comparar los precios que ofrece esta cadena, se observa que los argentinos deben desembolsar más que los habitantes de naciones de altos ingresos
20/08/2015 - 14:00hs

El ministro de Economía, Axel Kicillof, volvió a disparar contra los industriales, acusándolos de formar parte del “club de los devaluadores”. 

El mote con el que los bautizó el funcionario se vincula con los reclamos de los empresarios, que vienen advirtiendo sobre los severos daños que está causando en el aparato productivo y en las exportaciones la estrategia “electoralista” a la que apela el kirchnerismo, que apunta a mantener quieto al dólar oficial en momentos en que los costos se disparan.  

“Que no mientan más con el atraso cambiario del 35% porque jode a la gente”, había disparado con crudeza el ministro. 

Las quejas del arco empresario y la dura réplica que trató de ensayar Kicillof tienen lugar en un contexto en el que existe un creciente consenso de que el dólar quedó muy barato, lo que termina perjudicando al “Made in Argentina” a la hora de competir en el mundo, especialmente en momentos en que se da una “guerra de monedas” a nivel global. 

“La estrategia cambiaria electoral está consumada. En lo que va del año, el billete verde se deslizó lentamente, a una tasa promedio del 1% mensual, con el doble objetivo de acotar la inflación (al actuar como ancla nominal) y fomentar el consumo interno”, señalaron desde Ecolatina. 

Así, para la consultora, el Ejecutivo recurrió a profundizar deliberadamente "el atraso cambiario, manteniendo la suba del dólar oficial por debajo del alza de precios”, lo que terminó consolidando el llamado “súper peso”. 

De hecho, tal como diera cuenta iProfesional, el atraso cambiario ha llevado a que, en términos reales, en la Argentina un peso valga más que un dólar.

El siguiente gráfico permite apreciar cómo la relación entre ambas monedas ya cayó a 0,93:

“A los niveles actuales, el sector privado ya no puede producir y tampoco exportar", añaden desde Economía & Regiones. 

Este consenso entre analistas está sustentado en el desplome que están sufriendo las exportaciones de productos que son clave para numerosas provincias

Según datos oficiales, durante los cinco primeros meses del año, los envíos de arroz, mandarinas, tabaco, manzanas, miel, cebollas, carnes, peras o quesos, por citar algunos casos, acumularon derrumbes que fueron del 25% al 70%.

En este contexto, el economista José Luis Espert advirtió que “el atraso cambiario es formidable. La soja ya no es rentable, la leche es tirada, la industria citrícola está devastada, la vitivinicultura se muda a Chile y no quedan sectores que no tengan problemas de rentabilidad”. 

Los "termómetros" del atraso

Si bien el ministro Kicillof pidió a los empresarios que "no jodan” a la gente hablando de atraso cambiario, los analistas se empeñan en utilizar distintos parámetros para medir esta variable y demostrar cómo el “Made in Argentina” quedó en zona de riesgo. 

Desde Ecolatina, por ejemplo, señalan que si se pretendiera recuperar el "colchón" de competitividad que tenían las empresas en 2010 y que al Gobierno le permitió generar un superávit comercial de más de u$s11.000 millones, entonces el dólar nominal debería cotizar en un nivel cercano a los $13,50, es decir, casi un 50% por encima del valor actual. 

Paralelamente, un trabajo de Andrés Méndez, director de la consultora AMF, señala que la cotización de la divisa estadounidense en las elecciones de 2007, equivalente a valores de hoy día, era de más de $17, mientras que hacia 2011 la paridad real se movía en torno a los $11,60. 

En economía hay diversos indicadores para medir cuán apreciada o devaluada se encuentra la moneda de un país respecto del dólar

Un “termómetro" que se suele seguir de cerca es el llamado “Índice Big Mac”, elaborado por la revista The Economist y que toma el precio de la popular hamburguesa de la cadena McDonald´s, que es elaborada en distintos países. 

Así por ejemplo, el último informe reveló que el precio de dicha hamburguesa en Venezuela es el más bajo de todo el mundo, lo que indica que el bolívar está muy devaluado y que los salarios que se cobran en esa nación tienen una capacidad de compra muy limitada en el exterior

En tanto, la Argentina lidera el ranking de la región, con el valor más elevado en términos de billete verde –utilizando para la medición el Cuarto de Libra, dado que el Big Mac fue “congelado” por presión oficial-. Según el IERAL, en base a ese informe, el tipo de cambio de equilibrio sería de casi $13,8. 

Índice Zara

Otro indicador que también pone de manifiesto el atraso cambiario que castiga a las empresas argentinas puede obtenerse al analizar los precios de otras cadenas internacionales que tienen presencia en un amplio espectro de naciones y que comercializan los mismos productos. 

En esa dirección, una de las más globalizadas es Zara. Esta firma, dedicada a la venta de indumentaria y propiedad del grupo español Inditex –líder mundial en la distribución de moda-, cuenta con más de 2.000 locales repartidos en casi 90 capitales, que le generan una facturación de 10.500 millones de euros anuales. 

El caso de Zara es único: la política comercial tiene como premisa llegar a todos los mercados del mundo prácticamente con un mismo catálogo. Así las cosas, es posible encontrar prendas similares en las tiendas de China, Turquía, Estados Unidos o Mónaco

Sin embargo, la situación que vive esta empresa en la Argentina es particular y prácticamente no tiene antecedentes: cuando el Gobierno comenzó a aplicar el “cerrojo” a las importaciones y los funcionarios presionaron a las empresas de distintos sectores a producir en la Argentina y sustituir artículos del exterior, Inditex no tuvo más remedio que reclutar fabricantes locales para no quedarse sin stock. 

Esto le imprime una dinámica diferente a los precios vigentes en el mercado interno respecto de los valores que maneja la cadena en el resto del mundo, porque mientras las prendas que se comercializan en la Argentina contemplan costos de producción nacionales (desde materiales hasta mano de obra), el resto de las plazas en general se manejan con artículos fabricados únicamente en dos o tres países, como España o Vietnam

Al analizar las cotizaciones que Zara tiene en sus tiendas repartidas en todo el globo, se observa que la Argentina es, en la actualidad, el país más caro a nivel global –en términos de dólar- para adquirir una prenda, superando incluso a naciones con un elevado costo de vida como Japón, Mónaco, Dinamarca, Suiza y hasta los Emiratos Árabes. 

Una remera básica, por ejemplo, en cualquier local de la compañía –como el del Alto Palermo o Unicenter- cotiza a $199. Al tipo de cambio oficial, esto representa cerca de u$s22. 

Este valor más que duplica el precio regular –es decir, sin considerar las liquidaciones de temporada- que pueden encontrarse en otras plazas, como México, donde un producto similar se ofrece a u$s8,50

Ahora bien, si se toman las cotizaciones de todas las naciones consideradas para este relevamiento, se obtiene un precio promedio para esa misma prenda del orden de los u$s16,50, lo que posiciona a la Argentina casi 35% por encima de ese nivel. 

En tanto, si se considera el jean para hombres más económico comercializado por esta tienda, se pueden encontrar opciones que parten desde los $569 en algunos de los locales que Zara tiene en el país

Al oficial, esto equivale a unos u$s61. En este caso, las diferencias son mucho más marcadas: el precio doméstico es casi tres veces más elevado que el que rige, por ejemplo, en el mercado español. 

Además, si se considera la cotización promedio internacional, entonces el gap es todavía más evidente que en el caso de otras prendas, como las remeras: el valor se ubicaría en u$s43, lo que deja a la Argentina un 42% más cara. 

El siguiente cuadro, elaborado por iProfesional, permite apreciar el ranking del “Índice Zara”, que ayuda a poner de manifiesto los elevados precios en dólares (vigentes a julio) que deben afrontar los compradores locales: 

Ahora, ¿qué sucedería si al trazar el comparativo se tomara otra referencia, como el llamado dólar de convertibilidad?

Si se considerara ese valor -que surge de dividir la base monetaria por el nivel de reservas y que arroja una cifra del orden de los $15,2-, entonces la ecuación prácticamente se invertiría: la Argentina dejaría de ser el mercado más caro y pasaría a ser uno de los más baratos -en divisas-. 

Sin embargo, para los analistas, ese precio está lejos de ser considerado el tipo de cambio de equilibrio, es decir, la cotización hacia la que debería confluir el dólar nominal para que tanto el mercado financiero como la balanza de pagos del país se ordenen. 

Según el IERAL, ese valor actualmente es de unos $13,8 por billete verde. Tomando esa cifra como referencia, la posición de la Argentina en el ranking general del  “Indice Zara” también cambiaría considerablemente, ya que pasaría a ubicarse en el pelotón de naciones más competitivas. 

La ropa, síntoma del atraso

El elevado precio de la ropa –en dólares- está lejos de ser un tema excluyente de esta compañía de capitales españoles. 

Por el contrario, los altos valores de la indumentaria en el mercado local impulsan a que este rubro sea, por detrás de la electrónica, el segundo más elegido por los argentinos a la hora de realizar compras con tarjeta de crédito en el exterior. 

Un dato clave es que para este relevamiento se tomaron los precios regulares. En caso de considerar las liquidaciones de temporada que hoy ofrece Zara en otros países, entonces las diferencias serían mucho más amplias, lo que vuelve incluso más atractivo el “tarjeteo” para una parte de la clase media que tiene posibilidades de viajar. 

De hecho, hasta julio, la cadena estuvo liquidando jeans en España a precios que partían de los u$s14, lo que hacía que el producto argentino fuese 4,5 veces más caro. 

Pero el caso de Zara ofrece otra particularidad: como parte del catálogo que se encuentra en el país es de producción local, los altos valores en términos de divisa estadounidense dejan en evidencia cómo los artículos con sello “Made in Argentina” se volvieron poco competitivos y tienen cada vez menos posibilidades de pelear por un lugar en los mercados del mundo. 

En buen romance: si una prenda es cara -en dólares- para los propios consumidores locales, entonces también será costosa como para intentar colocarla en otros países. 

No casualmente, esto es lo que está sucediendo en la actualidad con las exportaciones del sector textil, que se han visto fuertemente castigadas. 

En el primer semestre, los envíos apenas tocaron los u$s100 millones, lo que implicó un derrumbe de casi 30% respecto al mismo lapso de 2014, convirtiéndose además en uno de los niveles más bajos de la última década

Pese a esta coyuntura, los industriales reconocen que un salto del tipo de cambio, sin otras correcciones, no ayudará a solucionar los problemas

"Una devaluación por sí misma no sirve para nada y la realidad así lo ha demostrado", aseguró Ércole Felippa, directivo de la UIA, recordando lo que ocurrió en 2014, cuando luego de la depreciación sobrevino un fuerte impacto inflacionario que terminó comiéndose todo ese colchón cambiario en apenas nueve meses, con el agravante de que la economía argentina terminó siendo mucho más cara en dólares.