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Un informe de la consutora E&R destacó la marcada pérdida de competitividad de producciones clave como vino, naranjas, azúcar y algodón, entre otras
23/08/2015 - 16:19hs

Al poner una lupa en algunas economías regionales se observa que la pérdida de competitividad provoca un perjuicio doble: por un lado, arremete contra la actividad (y el empleo) de los sectores productores y las economías regionales; y por el otro, retrae el ingreso de divisas por exportaciones, acentuando la escasez de dólares en el mercado cambiario.

Esta es la conclusión a la que llegó la consultora Economía & Regiones, que destacó en un informe que "la mayoría de las producciones han experimentado una constante caída de la competitividad desde el 2010 hasta 2015.

"Actualmente, todas las economías regionales relevadas presentan un nivel de competitividad menor que en 2010", aseguraron. 

Entre el 2010 y la actualidad se destaca el deterioro de los productores de vino, naranjas, azúcar y algodón, con caídas del 58%, 50%, 51% y 42%; respectivamente. Estas actividades se desarrollan principalmente en la región de Cuyo, Entre Ríos, Jujuy y en Santiago del Estero respectivamente.

Otras actividades, como las peras y manzanas, situadas en Rio Negro, y el arroz y el tabaco, en la región del NEA, muestran pérdidas de competitividad más moderadas, que van desde 22% al 6% en el período bajo estudio.

Del otro lado, se destaca el aumento de competitividad de la yerba, el té y el maní que alcanzan respectivamente 87%, 13% y 27%; y surgen como consecuencia del incremento de los precios internacionales.

Para la consultora, las dificultades que enfrentan los productores agrícolas y exportadores de las de las distintas regiones, abre el debate sobre cómo recuperar la competitividad perdida. No se trata simplemente de devaluar, ya que sin aplicar otras medidas que corrijan el problema de fondo, lo más probable sería que el aumento del dólar se traslade rápidamente a precios de manera que no ayude a mejorar la competitividad de las economías regionales".

"Es fundamental generar competitividad genuina fomentando la inversión, corrigiendo la elevada presión impositiva, mejorando la infraestructura necesaria para producir y transportar mercaderías y simplificando los procesos para exportar e importar", concluyeron.