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Los patentamientos de 0Km no detienen su caída, en momentos en que el Gobierno insiste con que la clave del modelo pasa por defender la demanda doméstica
02/09/2015 - 10:03hs

En los últimos meses, se ha vuelto una costumbre entre los funcionarios argentinos apuntar contra la crisis brasileña a la hora de explicar las caídas en los índices de producción

Incluso, días atrás, la propia Presidenta rechazó la posibilidad de devaluar el peso, al considerar que una medida de ese tipo no sólo no iba a permitir incrementar el nivel de exportaciones sino que, además, iba a "destruir el único dique de defensa que nos queda, que es el mercado interno". 

"Tenemos que seguir manteniendo la concepción de que necesitamos un mercado doméstico fuerte, y la administración del comercio", sostuvo, para luego afirmar que "lo contrario sería un error". 

El problema es que una rama de actividad clave para el aparato productivo nacional, como es la automotriz, está quedando atrapada en el peor de los dos mundos.

En efecto, debido al atraso cambiario y a la crisis en Brasil, se le están desplomando las exportaciones. Y, como contrapartida, la demanda interna no sólo no levanta cabeza sino que continúa en caída. 

Esto quedó de manifiesto en agosto, que volvió a ratificar el mal momento que atraviesa el sector

Según datos de la Asociación de Concesionarios (ACARA), se comercializaron cerca de 54.670 0Km, lo que implicó un fuerte descenso del 6% respecto al mismo mes del año pasado. 

Así las cosas, durante los ocho primeros meses los patentamientos totalizaron 432.400 unidades. Considerando que en igual lapso de 2014 se habían vendido más de 502.000 vehículos, esto significa una marcada contracción del 14%. 

Frente a estas cifras, Abel Bomrad, presidente de la entidad, se limitó a trazar un análisis escueto: “No se observan grandes modificaciones a la estabilidad que el mercado ya venía mostrando".

Sin embargo, dejó picando una frase que no hace más que reflejar el gran pesimismo que reina en la industria: "Como venimos diciendo, creemos que este es el panorama que nos va a acompañar de cara a los próximos meses”. 

Es decir que, para los empresarios del sector, el año prácticamente está jugado, a pesar de que todavía falta contabilizar cuatro meses. 

Este pesimismo se debe, en primer lugar, a que durante el período que va de enero a agosto se concentra el 70% de las ventas de autos, según el promedio de los últimos períodos. 

Por otra parte, no hay previsiones de que la actividad pueda experimentar un vuelco dado que el Gobierno dejó en claro que no cuenta con las divisas suficientes para “bancar” a esta actividad. De hecho, tras las PASO, a las terminales les está entregando un 40% menos de dólares. 

En este contexto, el piso de patentamientos que maneja ACARA, entidad que nuclea a los concesionarios, es inquietante: la previsión marca unas560.000 unidades comercializadas para todo el año. 

De confirmarse la cifra, esto implicaría que se estarán vendiendo cerca de 400.000 autos menos que hace apenas dos años y unos 100.000 por debajo del registro de 2014 (ver cuadro). 

Riesgo de default privado

Luego del salto del blue, el Gobierno restringió aun más la entrega de divisas para el pago de importaciones. Así, el monto por operaciones ya realizadas pero para las cuales el BCRA nunca dio luz verde ya supera los u$s8.500 millones.

De ese total, cerca de u$s4.000 millones corresponden a la industria automotriz, dado que el 50% de la oferta doméstica está abastecida conmodelos del exterior. Además, cerca del 70% de los componentes para la fabricación de autos en el país son importados. 

El problema es que el monto se dispara cada vez que la entidad que conduce Alejandro Vanoli no entrega los billetes verdes suficientes para el pago de operaciones. 

Como las compañías tienen que seguir operando con el crédito que le dan proveedores y casas matrices del exterior, esto las expone a un creciente riesgo de default, especialmente en un escenario de alta volatilidad cambiaria. 

Desde Coface Argentina, una de las firmas líderes en la gestión de riesgos de crédito y con presencia en más de 60 países, confirmaron a iProfesional que “la deuda que las compañías locales mantienen con el exterior constituye un riesgo de impago”.  

Falta stock y crecen las demoras

Como consecuencia de los problemas anteriores, el sector está operando con un nivel muy bajo de inventario, lo que reduce la variedad de versiones disponibles. 

Desde ACARA se defienden asegurando que, desde enero de 2014, las agencias pusieron de su propio inventario más de 400.000 unidades para la venta. "Esto evidencia que es realmente grande el esfuerzo que la red comercial está haciendo”, completaron.

La falta de stock está impidiendo que parte de la demanda que se da entre los particulares se plasme en mayores ventas, dado que a la escasez de variedad y volumen que se evidencia en las agencias se suma que, para determinados modelos, las listas de espera ya superan los cincomeses, tal como sucede con la Honda HR-V, para la cual recién se están programando las entregas para diciembre o enero próximo. 

Exportaciones: mal año para las terminales

En el plano de las exportaciones, al problema de la debilidad del real se suman las perspectivas desfavorables que atraviesa la economía vecina.

Según proyecciones de Fenabrave –entidad que nuclea a los concesionarios de Brasil-, las ventas de 0Km en ese país podrían desplomarse un impactante 23%.

Puesto en números, el principal socio apunta a comercializar 2,5 millones de autos, casi 800.000 menos que en 2014.

¿Cómo impactará esto en la Argentina? En la industria local hay consenso de que, con una capacidad ociosa alarmante en Brasil -del orden del 50%, el peor nivel desde 1999-, las exportaciones de autos se seguirán desplomando.  

El número que se maneja en la actualidad es que los envíos a ese país difícilmente superen las 220.000 unidades, lo que representaría unos 80.000 vehículos menos que en 2014. 

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