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El cepo al final del mandato: los "ocho escalones" que recorren ahorristas para hacerse de dólares

El Gobierno de Cristina Kirchner va llegando a su fin. Las restricciones cambiarias marcaron un antes y un después en su segundo mandato
07/10/2015 - 13:36hs
El cepo al final del mandato: los "ocho escalones" que recorren ahorristas para hacerse de dólares

Una reciente declaración del presidente del Banco Central, Alejandro Vanoli, llamó poderosamente la atención de analistas y empresarios.

En pocas palabras, sostuvo que el "el dólar de referencia del mercado es el dólar Bolsa o el MEP".

Entrelíneas, más allá de intentar restarle trascendencia al blue, lo que hizo fue desestimar el precio oficial de la divisa que informa la propia entidad.

Por otro lado, dejó en evidencia la dificultad que encuentra el Gobierno para abordar la problemática del tipo de cambio y la existencia de varios mercados que operan en forma paralela.

Como suelen repetir los operadores de la city porteña, si ante la persistente demanda se intenta cerrar una "canilla", automáticamente se abrirán otras que operarán por fuera de los deseos o regulaciones oficiales.

Esto es precisamente lo que ha venido ocurriendo desde ya un largo tiempo: un precio oficial -que ya dejó de ser referencia- y una multiplicidad de cotizaciones, más elevadas por cierto, que son las que terminan marcando la agenda inversora. 

Si bien el marginal o blue es el más conocido, existen otros "colores" a los que se puede acceder a través de diferentes alternativas.

En algo coinciden todos ellos. Y es en que tanto los pequeños ahorristas como los grandes inversores se muestran predispuestos a pagar un sobreprecio para hacerse de billetes verdes, tanto en forma legal como ilegal.

Ese plus que pagan por encima del valor oficial puede ser relativamente bajo o tender a incrementarse, en la medida en que crece la incertidumbre, se evidencia un mayor atraso cambiario o bien si el mercado olfatea que sobrevendrá una devaluación, tal como está ocurriendo en estos meses previos a los comicios.

Esa mayor demanda que se da precisamente en épocas de escasez obliga al Gobierno a acentuar los controles e implementar más restricciones.  En el corto plazo, estos mecanismos le permiten mantener a raya los diferentes precios

No así en el mediano y largo. Incluso hasta terminan produciendo un efecto opuesto al buscado: reducen la oferta y, en consecuencia, lass distintas cotizaciones reaccionan al alza. Caminos verdes

En la práctica, existen varias formas -legales e ilegales- a las que recurre el sector privado para hacerse de divisas estadounidenses y así dejar su capital a resguardo.

El sobreprecio que pagan va desde un módico 20% hasta un elocuente 70% por encima de la cotización oficial que, a esta altura, ha pasado a ser una mera referencia.

El camino elegido por ahorristas y empresas dependerá básicamente de los conocimientos financieros, del mayor o menor acceso al mercado de bonos y acciones, del volumen requerido y del marco legal que quieran darle a la operación.

Si se elabora un ranking de las alternativas más habituales para acceder al billete verde, se observa una franja que se mueve de un valor mínimo (dólar ahorro) pasando por niveles intermedios (turista, MEP o conta con liqui) hasta llegar a los más elevados (blue o cable).

En la actualidad, las opciones que se manejan en el mercado son los siguientes:

1. Dólar oficial: $9,46

2. Dólar ahorro o tenencia: $9,46 + 20% = $11,35

3. Dólar tarjeta o turista: $9,46 + 35% = $12,77

4. Dólar Bolsa o MEP: $13,75

5. Contado con liquidación: $13,85

6. Cedear: $13,88

7. Blue: $15,74

8. Cable: $16 Dólar ahorro o tenencia Respecto de las alternativas legales, la más sencilla es la del dólar ahorro, que permite hacerse de divisas pagando un 20% por encima del tipo de cambio oficial.

Esos fondos pueden retirarse, o bien dejase en custodia en una caja de ahorro especial por el término de un año. De esta manera, el precio de compra será el del dólar oficial.

Claro que esta canilla no es ilimitada, ya que la AFIP establece un tope para la compra que equivale al 20% del ingreso de quien lo solicite.

Dólar turista Es el tipo de cambio que surge de aplicarle a la cotización oficial el recargo del 35%. Las tres fuentes son de acceso:

- Comprar con tarjeta de débito o crédito fuera del país.

- Realizar extracciones en cajeros automáticos, hasta u$s800 mensuales en países no limítrofes y u$s50 en limítrofes (curiosamente se incluye a Perú).

El monto se convierte al tipo de cambio del día, aunque se le deberá sumar el recargo del 35%, las comisiones que cobran tanto el banco como la entidad que realiza el pago y el interés que rige hasta la fecha de cierre de la tarjeta.

Dólar Bolsa o MEP Otra forma sencilla de hacerse de billetes es, precisamente, la mencionada por Alejandro Vanoli: la compra de acciones y bonos.

El ahorrista debe tener el dinero depositado en una cuenta a fin de que sea girado a un agente de bolsa, quien se ocupará de adquirir papeles de títulos en pesos.

Una vez transcurridas 72 horas (plazo legal), podrán venderse en su "otra" versión, la nominada en dólares para luego ser acreditado el monto de la operación en un banco del país. ¿Cómo es el mecanismo?:

  • Se ordena la compra (en pesos) de un determinado bono.
  • Los más comunes: el Bonar X o el Bonar 2024.
  • Pasadas las 72 horas, se le da al agente bursátil el mandato de venta de ese mismo papel en su versión nominada en dólares.
  • Se acreditan los fondos en el banco local y así se completa la transacción.

A modo de ejemplo: para el Bonar X surge un tipo de cambio de $13,75, que resulta de dividir la cotización del bono en pesos ($1.403) por la expresada en dólares (u$s102).

Últimamente han sido muchos los particulares que se sumaron a esta operatoria, según aseguran los operadores de la city consultados por iProfesional.

"Viene creciendo de manera sostenida y hay varios días en los que se llega a mover un gran volumen", destaca a este medio unos de ellos.

Contado con liquidación

Para quienes desean hacerse de billetes verdes, en este caso que el producido quede fuera del país, la otra opción legal es la del contado con liquidación.

Esta operatoria es muy similar a la anterior salvo por un detalle: en vez de que los dólares se acreditan en una cuenta en Argentina, los fondos quedan alojados en el exterior.

En este caso, el cliente pide a su agente de bolsa que le transfiera los bonos o acciones al destino elegido para proceder a su posterior venta en moneda extranjera.

Se comprar una acción que cotiza en forma simultánea en la plaza local e internacional, por lo general bajo la forma de ADRs.

Estos son certificados que representan un determinado número de acciones de una empresa (dos, tres, cinco....veinte).

Los más utilizados los de YPF, Grupo Galicia, Macro o Tenaris, entre otros.

A modo de ejemplo se toma el de ADR de Tenaris. En este caso, el cálculo del precio surge de la siguiente cuenta (cifras redondeadas):

- Se compra una acción en Argentina a $189,4 y se la transfiere a Wall Street.

- En esa plaza el ADR (que representan dos acciones) cotiza a u$s27,4.

- Del cálculo ($189,4 /u$s27,4 x 2), surge un dólar implícito de $13,85.

Cedear

El precio surge de comparar el precio de una acción de una compañía extranjera (por ejemplo, Apple) que se transacciona en el exterior con el valor en el mercado local, bajo la forma de un Certificado de Acciones.

Siguiendo el esquema anterior, el precio del dólar implícito para este papel surge de comparar cotizaciones en ambas plazas.

Un dato a tener en cuenta: un certificado de acciones de la firma de la manzanita equivale, en el plano doméstico, al 10% de una acción en el mercado neoyorkino.

Si el papel se negocia en Wall Street a u$s111 y en Buenos Aires a $154,5, entonces el tipo de cambio implícito es de $13,88. 

Cable En cuanto a las formas "non sanctas", además del blue existe otra que se denomina "cable" y que goza de una amplia difusión entre inversores.

De por sí es una operación riesgosa, ya que está asociada a una gran dosis de confianza en el operador. ¿Por qué? Porque se deben dejar los billetes en manos de una financiera para luego los acredite en una cuenta en dólares fuera del país.

El costo de la operatoria varía según quién la realiza pero, en general, ronda el 1% por encima del blue.

En la práctica, todo se limita a "calzar" los fondos de quienes necesitan traer dinero al país con los de aquellos que tratan de sacarlo dinero.

Los billetes físicos, en realidad, nunca "viajan" o se busca que se movilice la menor cantidad posible: los dólares de quienes quieren ingresarlos se acreditan en las cuentas (extranjera) de aquellos que quieren sacarlos y viceversa.

Dado que usualmente estos fondos no están declarados, no hay comprobantes de ningún tipo y la operatoria se centra básicamente en la confianza.

Más allá de las descriptas, existen otras formas de hacerse de billetes verdes, más económicas, que van más allá de esta selección de precios al contado o "spot", aunque para acceder a los billetes se requiere de una elevada dosis de paciencia.

Se trata simplemente de comprar determinados bonos y "olvidarse" por un tiempo que se cuenta con ellos.

Para ello, es necesario adquirir determinados títulos -como el Bonar X o el Bonar 2024- y simplemente aguardar a que lleguen sus respectivos vencimientos. 

Para ambos se deberá esperar más de un año: para el primero hasta el 2017, y para el último unos nueve años.

Para calcular el dólar implícito en estos casos se necesita conocer el rendimiento efectivo del bono (tasa interna de retorno o TIR), su precio de mercado y el cronograma de vencimientos.

En el caso del Bonar X, dentro de un año y medio pagará el 100% del capital más el 3,5% de intereses semestral, que pagará el próximo 15 de octubre.

Su precio actual ronda los $1.403 y el rendimiento anual es del orden del 7%. Si se actualiza el monto del vencimiento, surge que el dólar implícito futuro de este bono es de $14,8.

En tanto, si se aplica la misma fórmula para el Bonar 2024 baja a $14,6.

Obviamente, cuanto mayor sea el plazo de vencimiento, menor será el tipo de cambio que surge de la operatoria.

Al analizar esta gran cantidad de opciones a las que recurre el mercado, queda claro los pequeños ahorristas y grandes inversores han encontrado múltiples alternativas para hacerse de un activo que resulta escaso.

Esto, a pesar de los intentos del Gobierno de querer limitar la demanda con la implementación del cepo cambiario.

Cualquiera sea el camino elegido, el tipo de cambio está por arriba de la referencia que establece el Banco Central.

Al decir del analista Agustín Cramo, "se puede regular la cotización un tiempo, pero luego el mercado se reacomoda de modo natural según oferta y demanda".

Lo sucedido tras la implementación del cepo vuelve a demostrar que si la demanda de un activo es alta, por más que se intente cerrar una "canilla" automáticamente se abrirán otras.

Con el agravante de que el Gobierno no puede ejercer influencia sobre estas cotizaciones que, para peor, son las que el mercado termina tomando como referencia y que van mirando por el espejito retrovisor a la del atrasado dólar oficial. 

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