Las principales filiales de firmas automotrices en Argentina esperan que la producción y las ventas sigan estancadas al menos durante la primera mitad del 2016, porque no esperan un repunte inmediato del mercado doméstico ni de los envíos a Brasil -su principal cliente- pese al cambio de Gobierno en diciembre.

Los ejecutivos se mostraron entusiasmados con la victoria del empresario Mauricio Macri en el balotaje presidencial del domingo pasado, porque esperan que desarme las trabas comerciales y al mercado de cambio que impuso el saliente Gobierno de  de Cristina Kirchner.

Sin embargo, estimaron que el sector, que es uno de los pilares de la actividad del país, tardará varios meses en sentir las mejoras económicas que traería el nuevo Gobierno.

"Los primeros seis meses van a ser de adecuarse, ajustarse. Pero a largo plazo es una posibilidad de mayor previsibilidad", dijo Isela Costantini, presidenta ejecutiva de General Motors y líder de la Asociación de Fábricas de Automotores (Adefa), en una conferencia que reunió a directivos del sector este miércoles.

La producción de automóviles de Argentina bajó un 25,6 por ciento interanual en octubre, golpeada por un desplome de las exportaciones, que se hundieron un 48,7 por ciento respecto del mismo mes del 2014 por las turbulencias económicas que están afectando a Brasil, según datos de Adefa.

"La pregunta es si esto (la crisis de Brasil) va a continuar todo el año que viene o si somos optimistas y puede haber un recupero en la segunda parte del año. Nosotros creemos que, si se recupera, va a ser muy al final del año", dijo Enrique Alemañy, presidente de Ford Group Sur.

Ante esas expectativas, el ejecutivo afirmó que no espera un crecimiento de la producción de Ford en 2016.

 "Vamos a pasar el año que viene a reestructurar todas las fabricas justamente para estas nuevas posibilidades que deberían abrirse. Va a haber inversiones importantes", señaló Cristiano Rattazzi, presidente de Fiat Chrysler Automobiles Argentina.

Pero el sector tiene claro que no habrá soluciones mágicas a los problemas económicos del país, que también sufre desde hace años una galopante inflación. "Estamos todos preocupados por el corto plazo, pero la industria automotriz piensa a largo plazo", dijo Thierry Koskas, presidente y director general de Renault Argentina.