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Alfonso Prat Gay acelera acuerdos con las empresas ante la fuerte suba "preventiva" de los precios

Preocupado por la "inflación preventiva", Prat Gay acelera un acuerdo de estabilidad de precios con las empresas
02/12/2015 - 10:10hs
Alfonso Prat Gay acelera acuerdos con las empresas ante la fuerte suba "preventiva" de los precios

La ola de aumentos que se está dando en los productos de la canasta básica tiene preocupados a Mauricio Macri y a su equipo económico.

Tanto, que algunos miembros del futuro Gobierno quieren pisar el acelerador para concretar un "pacto social" con empresas y sindicatos.

En las últimas horas se dieron los primeros contactos entre el equipo de Macri y algunas de las grandes compañías formadoras de precios.

La estrategia es monitoreada de cerca por Alfonso Prat Gay, futuro ministro de Hacienda y Finanzas.

Un hecho encendió las alarmas del flamante equipo: un grupo de cadenas de supermercados y mayoristas recibieron mails de sus principales proveedores anunciando incrementos de hasta 20% en los productos alimenticios.

Las listas con los nuevos valores, a los que accedió iProfesional, incluyen a las principales fábricas de alimentos. En su mayoría, la entrada en vigencia fue el lunes 30. Algunos ejemplos:

●Los aceites, en todas sus presentaciones para el consumo familiar, se encarecieron entre 17% y 20%.

●Arroz blanco en todas sus variantes, 15% en promedio.

●Fiambres: entre 12% y 14%.

●Fideos: entre 7% y 8%.

●Café: 8% en promedio.

●Salsa de tomates: 8%.

●Enlatados: 8% en promedio.

●Cervezas y vinos: entre 5% y 9%.

Estos ajustes prosiguen a los que ya se habían visto la semana pasada en carnes y en panificados, con subas de entre 15% y 20%.

No serán los últimos en estos dos rubros. La bolsa de 50 kilos de harina, que se había encarecido 40% hasta la última semana, volvió a aumentar un 10%. Y lo hará un 9% adicional el próximo jueves, a 250 pesos.

Las cadenas de supermercados, en tanto, que ya trasladaron una parte del ajuste del 25% en el valor del kilo vivo de ganado, avisaron que volverán a aumentar en los próximos días.

A esta situación hay que añadirle también una suba del 11% en promedio que registraron los artículos de limpieza en las últimas horas, de acuerdo con las listas de precios enviadas a los supermercados y mayoristas.

La culpa de la "inflación preventiva"

Una reacción de este tipo era esperada, como parte del reflejo defensivo que la memoria histórica ha dejado en los argentinos: ante la probabilidad de una devaluación se produce una indexación con aumentos preventivos.

Tanto es así que el derrotado candidato oficialista, Daniel Scioli, había "chicaneado" a Macri con estar provocando una ola de incrementos al incidir negativamente sobre las expectativas de la sociedad.

Pero, aun cuando se trate de algo que entraba en los cálculos, la magnitud de los ajustes en los rubros de alimentación está asombrando a los nuevos funcionarios, que se han fijado como objetivo inmediato la consecución de un fin de año libre de tensiones sociales.

La preocupación, en consecuencia, es que los incrementos puedan provocar un agudo agravamiento del humor social y, además, que la agenda sindical acelere sus tiempos, con pedidos de subas salariales adelantadas, lo cual complicaría el plan anti-inflacionario que el macrismo tiene en carpeta. 

Por lo bajo, en el entorno de Prat-Gay admiten que las empresas formadoras de precios están armándose un colchón justo antes de la devaluación a costa del poder adquisitivo de los consumidores.

Y llegaron a la conclusión de que hay que actuar ahora mismo: temen que, si esperan a asumir el poder, ese colchón será más abultado y se complicará retrotraer los valores a niveles "normales".

Por este motivo, algunos de los futuros funcionarios quieren avanzar con el denominado "pacto social": un acuerdo preliminar para que las empresas no sigan trasladando a precios los efectos de una devaluación.

Si bien no podría tratarse de un acuerdo formal antes de la asunción de Macri, los funcionarios creen que ya pueden desde ahora comprometer la voluntad de los principales formadores de valores para mantener un control sobre la cadena de comercialización.

Al mismo tiempo, se procura un acuerdo con los sindicatos en el sentido de que se mantendrá el régimen de paritarias libres, con la posibilidad de renegociar dentro de seis meses.

"Todos estos aumentos los estamos mirando muy de cerca; nos preocupa", aseveró a iProfesional una alta fuente del equipo económico macrista en alusión al "avance" hacia un pacto social.

Los contactos empezarán con los fabricantes de alimentos y con las principales cadenas supermercadistas.

No fue casual que Francisco Cabrera, de quien dependerá la secretaría de Comercio Interior, ya adelantara que el programa de Precios Cuidados se mantendrá al menos seis meses, a pesar de que el propio Mauricio Macri prometió darlo de baja durante la campaña.

Uno de los primeros rastreos tiene que ver, justamente, con el normal abastecimiento de los productos incluidos en esa canasta regulada. En los últimos días, hubo denuncias sobre faltantes, en especial en el rubro "lácteos", donde la diferencia de precios alcanza al 45% entre los artículos "cuidados" y los desregulados.

¿"Recalculando" el impacto devaluatorio?

A los futuros funcionarios no se les escapa que el consumo popular, aun en la previa a los últimos incrementos, venía mostrando números flojos.

De acuerdo con la consultora especializada Kantar Worldpannel, el consumo de alimentos retrocedió durante octubre último. La suba de precios no hace más que potenciar este sesgo negativo.

A esto se ha agregado el inevitable componente político: en los últimos días, los medios afines al gobierno de Cristina Kirchner empezaron a denunciar una "inflación Macri" directamente vinculada con las expectativas devaluatorias. Incluso comenzaron a circular pronósticos sobre un salto de la inflación al nivel de 3% mensual.

En la vereda de enfrente, el equipo macrista pone las culpas en el Gobierno: sostienen que en las últimas dos semanas hubo una total desatención del equipo económico kirchnerista sobre los valores de los productos.

Tienen en la mira a Augusto Costa, actual secretario de Comercio Interior, y hasta ahora virtual gendarme de las góndolas.

En todo caso, lo que genera la situación actual es una duda sobre la tesis de Prat-Gay quien, durante la campaña electoral, intentaba desdramatizar la devaluación con el argumento de que muchos rubros ya se habían indexado al nivel del dólar blue, por lo que al sincerarse el alza del billete verde no sería necesario un ajuste adicional.

Esta visión, un tanto optimista, será puesta a prueba en algunos días. Por ahora, la reacción de las compañías formadoras de precios fue diferente: los suben adelantándose a la devaluación.

La cuestión de fondo, como tantas otras veces en la historia moderna de la Argentina, es cómo lograr que el fuerte repunte del dólar termine siendo "exitoso".

Esto, en la terminología de los economistas, implica que la ventaja competitiva ganada no sea "comida" inmediatamente por la inflación. De esa forma, la corrección cambiaria se transforma en un factor dinamizador de la actividad.

Desde su consultora, el economista Federico Muñoz da una pista sobre cómo debería darse la devaluación para que sea exitosa.

"La estrategia más razonable es que, inmediatamente después de la reunificación del dólar (y consecuente alza del tipo de cambio oficial), se anuncie un plan de estabilización consistente, que comprenda un fuerte ajuste de la política monetaria (suba de tasas de interés), austeridad fiscal y un esfuerzo intenso de coordinación de expectativas desinflacionarias", suscribió.

Miguel Kiguel, ex subsecretario de Financiamiento, aporta un dato histórico y una pauta sobre los pasos a seguir para lograr que la devaluación que está a punto de llegar sera exitosa. 

"En Argentina, en promedio, la relación es que por cada 20 puntos de depreciación, seis se trasladen a precios", aseguró.

"Las devaluaciones son contractivas cuando hay crisis. Si el Gobierno genera confianza puede lograr que entren capitales y hacer trepar el billete verde con una inflación acotada. La confianza se genera logrando un solo tipo de cambio, bajando el costo del crédito y poniendo fin a la problemática con los holdouts", argumenta.

"Es lo contrario a la devaluación de Fábrega-Kicillof de 2014, cuando se tomó la decisión sin ninguna medida de fondo que le diera un marco sustentable", completó Kiguel.

Hablando de marcos, el que le epera al debut de Macri y su equipo económico no es el mejor: diciembre suele ser un mes de alta expansión monetaria, como consecuencia de las obligaciones financieras que se le acumulan al Estado sobre fin de año.

De manera que la combinación puede ser volátil: alta emisión de dinero, remarcaciones "preventivas" de precios y expectativas generalizadas de devaluación. Motivos suficientes como para que el equipo económico ya esté buscando aceleradamente la firma del pacto social.

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