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Las visitas de mandatarios extranjeros marcan una bisagra. Cuánto falta para que los gestos se conviertan en inversiones                  
06/03/2016 - 12:54hs

Comenzó la cuenta regresiva. El próximo martes 22 aterrizará en la Argentina el presidente de los Estados Unidos, Barack Obama. La visita es un eslabón de lo que podría llamarse "la vuelta al mundo en 80 días".

Antes, la visita de Matteo Renzi marcó la llegada de un primer ministro italiano por primera vez en 18 años, mientras que el presidente francés, François Hollande, rompió con un período de más de 12 años de ausencia de autoridades de ese país en el nuestro.

"Estamos ante una oportunidad única, no sólo de reinserción política, sino también de inserción productiva. La Argentina debe posicionarse como un generador de productos y servicios diferenciados con el mayor valor agregado posible para crear los mejores empleos y también los mejores pagos", sostiene Jorge Forteza, especialista en estrategia, competitividad y gobierno corporativo. La gran apuesta pasa por las exportaciones de servicios que hoy generan u$s6.000 millones de envíos al exterior y que sólo en tecnología crearán unos 80.000 puestos en los próximos cuatro años, y unos 200.000 para iniciativas como los programadores y coders, según datos de Argencon, la cámara que agrupa a las empresas exportadoras de servicios.

"La economía del conocimiento no es la tecnología solamente, sino también la industria textil que agrega valor al diseño o la de los creadores de un celular que se vende a u$s500 y que tiene un costo de producción que arranca en u$s50. Es decir que el 90% del valor pasa por el conocimiento detrás de ese producto", explica Sergio Kaufman, presidente de Accenture Argentina.

"La oportunidad es única e implica volver a integrarnos a la cadena de valor del mundo y dejar de pensar en un mercado de 44 millones de personas por otro que no tiene techo", resume el también presidente del Coloquio de IDEA 2016.

Gastón Remy, presidente de Dow Argentina, está convencido de que el arribo del presidente estadounidense será un acelerador de inversiones y de que "valida el hecho de estar poniendo el foco en la Argentina".

La inclusión del país en el sistema generalizado de preferencias en el que está actualmente suspendido, el inicio del diálogo para evaluar la posible participación argentina en la alianza del Pacífico, y el apoyo de los Estados Unidos en los procesos judiciales y de negociación con los holdouts son parte de la agenda que los titulares de firmas locales quieren trabajar junto a sus pares.

También están en la lista la activación de los mecanismos de financiamiento del Eximbank y el apoyo político del país del Norte en los procesos de internacionalización de la Argentina.

"No podemos aislarnos ni desconocer al mundo y eso significa negociar todas las horas del día como país, como empresa y como individuos", resume Félix Peña, especialista en relaciones económicas internacionales, derecho del comercio e integración.

"Lo interesante con estas visitas y con los viajes del Presidente es que no sólo nosotros tenemos interés de vincularnos con otros países, sino que esos otros países también demuestran interés en avanzar; eso antes no pasaba. Es una buena noticia", agrega Peña.

La agenda para la visita de Obama se maneja con total recelo, pero hay una foto que intentará sellarse, y es la de promesas concretas de inversiones y puestos de trabajo que se generarán tras su llegada.

Existe un relevamiento informal que se realiza con muy bajo perfil entre las filiales locales de las compañías estadounidenses, en las que varios anuncios serán anticipados en una cuantificable "prueba de amor".

La atención también se centrará en un encuentro de la AmCham -la Cámara de Comercio de los Estados Unidos- en La Rural. Participarán los principales ministros argentinos, sus pares estadounidenses y los más importantes referentes empresarios. La presencia de los presidentes es un punto que se está ultimando.

"Trabajaremos sobre los ejes de innovación, energías renovables, capital humano, economía del conocimiento y temas sociales relacionados con la educación y el desarrollo", grafica Alejandro Díaz, titular de la AmCham, que agrupa a más de 613 empresas estadounidenses, argentinas y de otras nacionalidades que emplean directamente a 400.000 personas en 200 plantas industriales. Díaz sigue de cerca las posibilidades de financiamiento corporativo tras el acuerdo con los holdouts que, según descuentan, validará el Congreso.

"Hoy estamos entre los países menos competitivos del mundo, pero eso se puede revertir en la medida que se expanda el comercio internacional, se genere más inversión per cápita y total, y se recree el mercado de capitales", dice Alberto Schuster, especialista en competitividad de Abeceb.

El camino no parece sencillo. El economista Bernardo Kosacoff cree que "para salir de la foto actual hay que tener consistencia macroeconómica y ordenar las variables que sufrieron todo tipo de distorsiones.

Se deben trazar horizontes más largos que permitan transformar productivamente al país y nos permitan saber qué queremos vender".

Tanto Kaufman como Forteza y Peña se sumaron al Consejo de Competitividad, creado esta semana en el marco de la Secretaría de Transformación Productiva y que busca, justamente, escapar de la batalla del día a día para delinear el largo plazo. "Normalizar una economía anormal que tenía cepo, retenciones y default iba a generar turbulencias en una primera etapa, pero somos muy optimistas para lo que viene", se entusiasma Lucio Castro, titular de esa secretaría.

El Indec acaba de corregir los datos sobre exportaciones hasta el último trimestre de 2015. Según las cifras, la Argentina exportó  u$s56.752 millones en 2015. Es un número que apenas supera los de 2007 y 2009. La baja en los precios internacionales, la desaceleración de China, la recesión en Brasil y la devaluación en los principales mercados latinoamericanos no plantean un esquema sencillo para la reinserción.

"La Argentina tiene un ratio de envíos por habitante que es inferior al subcontinente en su conjunto. Chile y México son los dos países que superan los u$s3000 millones de exportaciones por habitante. La Argentina tiene unos u$s1302 millones por habitante", resume un informe de la Consultora Desarrollo de Negocios Internacionales, liderada por Marcelo Elizondo.

Trabajar el plano macro con menores regulaciones internas distorsivas y mayor estabilidad cambiaria y monetaria; un mejor marco normativo y una mayor apertura con reducciones arancelarias en terceros mercados es una de las recetas que esgrime Elizondo para que crezcan los envíos por habitante.

"Bonjour", repetía a todo aquel que se lo cruzara el presidente francés François Hollande. "Usted ha querido abrir un nuevo capítulo en la Argentina: una Argentina más abierta, más creíble. Francia está dispuesta a acompañarlo", esbozó durante su visita.

Los datos disponibles de la Cámara Argentina de Comercio señalan que la participación francesa en el comercio total del país registró en los últimos años una tendencia declinante y se ubica en los mínimos históricos. En concreto, de 2002 a hoy la incidencia francesa en el intercambio exterior se ubicó por debajo del 2%. Es el nivel más bajo del que se tiene registro, con excepción del período de la Segunda Guerra Mundial.

Los productos primarios están a la cabeza entre los envíos al país del líder socialista, quien fue uno de los primeros referentes en respaldar la posición argentina frente al conflicto con los fondos buitre y facilitó la renegociación de la deuda con el Club de París.

En la Argentina hay unas 250 empresas francesas, con 3000 millones de euros invertidos y unos 40.000 empleos. "Ahora vienen oportunidades de financiamiento y seguramente haya en los próximos días algunos casos concretos de inversión", se entusiasman directivos galos.

Por la embajada de Italia, en tanto, todavía resuenan los ecos de la visita de Matteo Renzi. Cristiano Rattazzi, presidente del grupo Fiat Chrysler Automobile, asegura que "las cosas se están ordenando" y que es optimista respecto del largo plazo para la industria automotriz en la que tiene una inversión latente. En los 90 ingresaron unos u$S4000 millones de inversiones italianas. Tras el default de 2001 se interrumpieron. Hoy compiten unas 200 empresas de ese país operando localmente y la balanza comercial es deficitaria. En 2015 se cerraron envíos por unos u$S975 millones y las importaciones desde Italia fueron por u$S1296 millones.

Franceso Starace, CEO mundial del Grupo Enel, dueño de Edesur, ya planea nuevos negocios en el país. Hay un área en crecimiento, que es la de las energías renovables. En ese sector hay presencia en todos los países, con excepción de la Argentina.

"Todos estos años, mirando a la Argentina, pensábamos "qué pena", porque tenemos recursos múltiples (solar, eólico, hídrico, biomasa), recursos importantes, en un país que necesita producción y tiene condiciones óptimas, pero un marco regulatorio que no entendíamos, un sistema que no daba confianza". Ahora, admite a La Nación, evalúan desembarcar en ese negocio en el país tras reuniones con el Presidente y el ministro de Energía.

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