Hoy el concepto de "cloud computing" es bastante conocido más allá de la tribu tecnológica.

La idea de consumir recursos de software y alojar información en servidores externos se impone por sus múltiples ventajas rompiendo paradigmas.  

El beneficio que más deleita a las áreas financieras tiene que ver con la reducción de costos.

La compañía paga sólo lo que utiliza, es decir, el servicio se puede aumentar fácilmente si el negocio crece, o reducirlo si las necesidades lo requieren.

Además, no tiene que instalar ningún tipo de hardware ya que éste es provisto por el proveedor.

Otro beneficio es que la información está más segura y esto sí que es importante destacarlo.

Por  más que las empresas sean reticentes a "entregar" a un tercero información clave, la realidad es que un proveedor especializado resuelve mejor que nadie los aspectos relacionados con la seguridad informática; es más sencillo implementar recaudos en un esquema centralizado que en uno distribuido. 

La autonomía laboral es otra de las ventajas. Los usuarios de la aplicación no necesiten estar en su oficina para obtener acceso a los archivos y documentos como agendas, galerías de fotos, videos, portfolios, etc. Con cualquier dispositivo conectado a Internet es más que suficiente.

La capacidad de integración es una de las características más interesantes que distingue a las soluciones cloud, aunque pase más desapercibida.

No es de extrañar que las herramientas de funcionalidades específicas son las que más éxito tienen en la nube.

El concepto mismo de la nube, en definitiva, es integrar soluciones. No tiene mucho sentido una herramienta en la nube que no pueda dialogar con otra.

Las herramientas cloud también permiten dar un soporte más efectivo al cliente.

Cualquier inconveniente en la infraestructura se detecta con mayor rapidez y su resolución impacta de manera simultánea en todo los usuarios (en muchos casos el cliente ni siquiera se entera que hubo un problema) 

En realidad el soporte en estos casos tiene que ver más con la parametrización inicial, con acompañar al usuario en la puesta a punto del sistema, en la capacitación sobre la herramienta.

Muchas veces, inclusive, se termina liberando de esas tareas al área de TI de las empresas cliente. 

¿Y cómo impacta el cloud computing en la industria de la intermediación de seguros?

Lo primero que debemos decir es que puede beneficiarse en gran medida. Como bien sabemos, se trata de una industria muy particular.

Es un rubro que antes que nada debe inspirar confianza. Por naturaleza, no es un segmento volcado a experimentar con la tecnología ni mucho menos. 

Pero hoy es estamos frente a un nuevo escenario: un mercado de gran dinamismo que fuerza a sus principales actores a renovar las prácticas tradicionales del negocio.

Por ejemplo, hasta hace no mucho tiempo un productor tardaba un par de días en presentarle al cliente opciones para un seguro automotor. Y algunos días más para emitir la póliza. Ahora es el propio cliente quien se cotiza y elige en el momento. 

No es casual que precisamente ahora surjan herramientas cloud que le permiten a los intermediarios de cualquier porte conectarse a los sistemas de las compañías aseguradoras y operar en ellos de manera transparente a través un único aplicativo, optimizando los procesos de trabajo de un modo inimaginable hasta hace no mucho tiempo.

Se trata de aplicativos en la nube que simplifican y optimizan los procesos de intermediación, generando un importante ahorro en los tiempos de administración y ventas, facilitando la reinversión de estos tiempos en nuevas ventas y por consiguiente, en un crecimiento rentable del negocio. 

Para finalizar, digamos que la única manera de disponibilizar a un costo accesible una solución de este tipo es a través del cloud computing.

Gracias a este paradigma mediante el cual el procesamiento de datos y el almacenamiento se resuelve en servidores deslocalizados, el tamaño del intermediario no es un problema.