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Con una infancia dura, el ahora presidente estadounidense supo hacerse un lugar en la Historia norteamericana a fuerza de esmero y dedicación
23/03/2016 - 13:01hs

Barack Hussein Obama Jr. nació en Honolulú (Hawaii) el 4 de agosto de 1961. Es el primer afroamericano que será presidente de Estados Unidos, pero hasta esta victoria, su vida no fue siempre fácil. 

Hijo de una mujer blanca de Kansas y de un inmigrante keniano, su infancia tuvo momentos complicados. En la familia materna no sentó muy bien la boda de la joven con un negro, pero tampoco lo hizo entre los familiares paternos.

A pesar de todo, Barack (padre) y Shirley, se casaron y formaron una familia. Cuando el pequeño Barack tenía dos años, su padre les abandonó para cursar una beca de Economía en Harvard, y después regresó a Kenia. Obama sólo volvería a ver a su padre en una ocasión.

Su madre volvió a casarse y la nueva familia se instaló en Yakarta (Indonesia), donde Barack fue al colegio y conoció a sus primeros amigos. Sin embargo, cuatro años después regresaron a Hawaii. Los abuelos maternos de Barack se volcaron con su nieto.

Con la figura de un padre ausente, tuvo una complicada juventud, en la que no comprendía los prejuicios de la sociedad hacia los negros. Rebelde y adolescente, las relaciones con su abuelo no siempre fueron sencillas, pero en la casa de los Obama se respiraba mucho cariño. En gran parte gracias a su abuela, Madelyn, que trabajó y luchó durante toda su vida por ofrecer lo mejor a la familia.

La abuela materna de Obama falleció un día antes de las elecciones presidenciales, y Obama, sensiblemente emocionado, lloró sin vergüenza ante sus miles de seguidores y quiso rendirle un homenaje en su último discurso antes de las elecciones: "Fue uno de esos héroes silenciosos que tenemos en Estados Unidos que no son famosos. Sus nombres no están en el diario, pero cada día trabajan duro y cuidan de sus familias".

Nada más saber que había vencido en las elecciones, también dedicó unas cariñosas palabras a su abuela: "Sé que me está viendo y sé que estará orgullosa".

A los 19 años, se fue a estudiar a estudiar Ciencias Políticas a la Universidad de Columbia, en Nueva York, y quiso compaginar sus estudios con trabajos comunitarios. Obama reconoció que su primera noche en Manhattan durmió en la calle, no era lo previsto, pero tuvo que extender sus cosas y dormir en un callejón. No obstante, trabajador y tenaz, comenzó a labrarse una brillante carrera.

Al terminar decidió estudiar Derecho en la Universidad de Harvard, graduándose "cum laude". Precisamente en la universidad consiguió el primer hito de los muchos que vendrían en su carrera: ser el primer afroamericano en presidir la prestigiosa revista de derecho Harvard Law Review. Camino políticoLa fulgurante carrera política de Obama parece tocada por la magia: en tan solo 10 años, consiguió ser presidente de los Estados Unidos. Comenzó defendiendo las políticas sociales en su ciudad de adopción, Chicago, y pronto destacaron sus habilidades a la hora de hablar y sus convicciones.

Así llegó al Senado en el año 2004, haciéndose con el 70% de los votos y venciendo a candidatos mucho más experimentados. Era el principio del "huracán Obama".

Y es que el entonces senador ya contaba con gran carisma, oratoria, un discurso social, credibilidad y una perfecta sonrisa como mejor carta de presentación. Su carácter multirracial hacía de él un buen equilibrio entre las necesidades de los blancos trabajadores y los negros, aún a veces, apartados de la sociedad.

Pero sin duda, su momento estrella lo tuvo en 2004, durante la Convención del Partido Demócrata celebrada en Denver. Obama era el encargado de pronunciar el discurso central y sus palabras de esperanza, unidad y defensa del "sueño americano" levantaron de sus asientos a los asistentes.

Fue un discurso tan brillante que se comenzó a comparar con el famoso "I have a dream" ("Tengo un sueño") de Martin Luther King en defensa de la libertad y contra la esclavitud y la secesión, en 1958. Para su partido, ya era toda una estrella. "Yes, we can"Estas convicciones llevaron a Obama a presentarse a las primarias demócratas. Reconoció que no contaba con mucha experiencia, pero con su discurso prometedor, aseguró que sí, que sabía que las cosas podían cambiar.

Precisamente el cambio fue la idea central de su campaña. Obama trabajó incansable durante los casi dos años que pasaron hasta las elecciones, llevando un mensaje de esperanza y renovación a la población estadounidense. Tanto, que su fama empezó a extenderse por el mundo entero, y con ella, un fenómeno: la "Obamamanía".

No obstante, llegar hasta aquí ha tenido sus dificultades. Para empezar, se enfrentaba a una de las mujeres más fuertes, decididas y queridas en las altas esferas de la política: Hillary Clinton, senadora de Nueva York y esposa del ex presidente, Bill Clinton.

Ambos protagonizaron una dura batalla para elegir al candidato del partido demócrata a las elecciones, y la experiencia de la senadora no pudo con el carisma de Obama. Su lema "yes, we can" ("Sí, podemos") inspiró a muchos dentro del partido demócrata y le dio la victoria.

Cuando la tensión parecía llegar a su fin, en realidad, solo era el comienzo de la verdadera batalla: la presidencia de los Estados Unidos, informó Hola.com.

Durante la campaña electoral, Obama no dejó de recorrer Estados Unidos, de costa a costa, incansable, con su promesa de cambio para un país mejor: en economía, en relaciones internacionales y, sobre todo, en la vida diaria de los trabajadores medios.

La lucha nuevamente no era sencilla: tenía como oposición a John McCain, un héroe de guerra, experimentado y candidato del partido republicano. No quiso frenar su ritmo hasta el último minuto, y su mensaje caló, y hondo, entre los estadounidenses.

Hizo historia el pasado martes 4 de noviembre al convertirse en el primer hombre afroamericano en conseguir llegar a la Casa Blanca.