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En tanto, efectuaron ventas por poco más de u$s400 millones, por lo que por cada billete que entregaron, compraron otros tres. Diferencias frente al pasado
02/05/2016 - 11:48hs

Sacar al dólar de la cabeza de los argentinos parece ser una tarea más difícil que levantar el cepo cambiario y, por la misma razón, más que un "juego de niños".

En los primeros tres meses de 2016, las empresas y los particulares empezaron a animarse de a poco a vender dólares en efectivo en los bancos -como no lo habían hecho durante los últimos cuatro años de restricciones cambiarias- pero mostraron, al mismo tiempo, una mayor preferencia por comprarlos.

Según los últimos datos oficiales, el sector privado llegó a vender en marzo u$s20 millones por día en el sistema financiero; y en el mes, unos u$s409 millones. Pero simultáneamente compró casi u$s70 millones diarios, hasta redondear u$s1.544 millones en todo marzo. Significa que, por cada billete que recibieron de sus clientes por ventanilla o home banking, las entidades debieron entregar otros tres.

La cifra de ventas diarias refleja una fuerte mejora respecto de los últimos cuatro años en los que rigió el cepo cambiario (cuando prácticamente no se registraban), y es parecida a la que se veía en la Argentina de 2003, recién salida de la mayor crisis financiera de su historia.

En los bancos advierten, así y todo, que durante abril esta mejora se profundizó: por las menores expectativas de devaluación, se desinfló algo más la compra de divisas en efectivo (en sucursales y por internet) y creció la venta.

Durante 2012 y 2015, la compra de divisas en efectivo cayó hasta quedar por debajo del millón de dólares por día. No obstante, hubo otras épocas en las que este balance fue algo más positivo: entre 2008 y 2010, los argentinos vendían u$s40 millones por día y, simultáneamente, compraban u$s70 millones; entre 2004 y 2007, se desprendían de u$s30 millones diarios pero compraban prácticamente la misma cantidad.

Los datos surgen del informe del Mercado Único y Libre de Cambios publicado este viernes por el Banco Central, y representan sólo una parte de todo el flujo de divisas que se ve en el mercado cambiario por otros conceptos, como el ingreso o egreso por dividendos, pagos de importaciones o gastos de argentinos en el exterior.

Las compras y ventas de billetes están influidas en buena parte por las expectativas de devaluación que tienen las empresas y los ahorristas. Pero, también, por la mayor o menor desconfianza que tienen en la economía local, por la historia reciente o las señales que perciban en el modelo actual.

Más allá de esto, del sistema financiero salen divisas por otros factores de mayor peso: las importaciones, por las que en el trimestre se fueron u$s 10.500 millones; el turismo, por el que se perdieron u$s2.200 millones; y el giro de dividendos al exterior, que representó un drenaje de u$s347 millones.

De acuerdo a Ambito, la fuga de capitales fue de u$s3.646 millones en el primer trimestre del año, pero reflejó algo positivo en la evolución mensual: el saldo se desaceleró desde los u$s2.000 millones de diciembre a los u$s1.500 millones de enero y los u$s1.000 millones en marzo.

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