Con el claro objetivo político de reducir el impacto de la decisión, el veto a la ley antidespidos es desde hace días un secreto a voces. Fue el Gobierno el que se ocupó de difundir lo que primero fue una amenaza y, tras la sanción, una certeza. 

En la Casa Rosada, los funcionarios analizaban que se evitó un "veto automático" a pocas horas de la sanción para no opacar el anuncio del nuevo salario mínimo que el Gobierno fijó en $8.060.

Sin embargo, la decisión de Macri de dar de baja con la ley es inminente. Se espera que firme el decreto durante el día y que se publique en el Boletín Oficial el lunes. 

Según trascendió, el Presidente ensayará un gesto político y el veto se anunciaría en Cresta Roja, la empresa avícola que se reactivó tras el conflicto. 

El veto producirá efectos políticos inmediatos. En el Congreso, obligará a los partidos de la oposición a realinearse. Y aún no se sabe cuál será el impacto en el variopinto mundo sindical.

El presidente del bloque de Cambiemos en Diputados, Nicolás Massot, dijo que el gobierno no le teme a las acciones sindicales que podrían producirse tras el anunciado veto y sostuvo que la oposición debatió la "conducción del peronismo" y "no la defensa del empleo".

La ley que declara la "emergencia laboral" y el pago de "doble indemnización" en caso de despidos fue aprobada a las 5.46 por 147 votos afirmativos, 3 negativos y 88 abstenciones.

Pero a pesar del amplio consenso opositor, el Gobierno confirmó que la vetará. Las centrales obreras están analizando los pasos a seguir. Por lo pronto, el titular de la CTA Autónoma, Pablo Micheli, consideró que "si el presidente veta la ley comete un error político grave" y señaló que si eso ocurre, "las dos CTA vamos a proponer un paro”, y pidió que sea acompañada por las tres CGT (la de Hugo Moyano, la de Antonio Caló y la de Luis Barrionuevo).

En tanto, el diputado del Frente Renovador e hijo del líder de la central obrera Azopardo, Facundo Moyano, señaló que si el jefe de Estado "decide vetar, las organizaciones gremiales verán qué se hace”.

“En principio, denunciaremos una medida arbitraria, al contrario de lo que nos dijo el Presidente cuando estábamos tratando con total libertad, sana y democrática esta cuestión, que nos trató de arbitrarios, que queríamos imponerle, y no es así, porque la composición del Congreso nos permite el debate porque el voto de la democracia así lo permitió", agregó el hijo de Hugo Moyano.

Pero en el PRO hacen oídos sordos a las amenazas del sindicalismo y aseguran que el veto de Mauricio Macri a la nueva norma se hará tarde o temprano. Algunos hablan de que será "inminente" y que "no pasa de mañana" y otros más cautos asegurán que "hay que esperar el momento adecuado".

El presidente del bloque Cambiemos en Diputados, Nicolás Massot, está entre los dirigentes macristas que creen que el rechazo presidencial será en las próximas horas.

"No tenemos miedo a las acciones sindicales tras el veto. La presión de los gremios ha disminuido en los últimos días porque las negociaciones salariales están siendo favorables", expresó este jueves."El veto va a ser entre hoy y el viernes", dijo también el diputado Pablo Tonelli y agregó: "Será total".

"Esperemos que los sindicatos entiendan nuestro interés de discutir temas de fondo como la generación de empleo", señaló en Radio 10.

El ministro del Interior Rogelio Frigerio en cambio, está entre el segundo grupo. "No está definido el momento" en que se efectuará el veto, aseguró esta mañana. Sin embargo, desde el Gobierno estiman que será mañana mismo para acotar el impacto político de la decisión. 

Pese a esa pequeña diferencia, los dirigentes del PRO pidieron "no alarmarse ni escandalizarse ni decir que es un hecho autoritario" un eventual veto presidencial de la ley porque, destacó, "es un hecho absolutamente constitucional".

Una vez que el mandatario recibe la comunicación del Congreso ya la puede vetar. Tiene un plazo de diez días hábiles para hacerlo. 

Para Cambiemos, esta ley que prohíbe los despidos por 180 días "parte de un diagnóstico equivocado" y "es una mala medida que pone palos en la rueda del crecimiento del empleo". 

Al respecto, remarcan que "esta es una ley que no le hace bien a la Argentina, a los argentinos, ni a los trabajadores, mucho menos a los trabajadores informales y a los 700.000 jóvenes que ni estudian ni trabajan".

En este sentido, sostuvieron que "esto parte de una crisis de empleo que no se verificó y esto explica por qué la presión de ciertos sectores ha ido bajando" y agregaron que cuando el Gobierno "habló con los dirigentes gremiales no han podido verificar esto".

El kirchnerismo insistirá si le dan los números

La diputada por el Frente para la Victoria (FPV(, Diana Conti, advirtió que si el Gobierno veta la ley, "es muy posible" que el kirchnerismo insista en el Congreso para que se aplique la norma  porque "hay una facultad constitucional del Congreso para que, con dos tercios de cada una de sus cámaras, promulgue de por sí la ley". 

Al respecto, señaló que en Senadores "es posible" dar esa discusión, pero reconoció que "hay que ver" si dan los números para hacerlo en Diputados. En la cámara alta necesitan 48 votos y tienen más de 50, pero en la cámara baja precisan 170 adhesiones y, por el momento, sumarían cerca de 150.

En tanto, el titular del bloque de diputados kirchneristas le solicitó a Macri que no vete la ley de emergencia ocupacional sancionada esta madrugada porque es "para proteger el empleo" y anunció que presentarán un proyecto para ayudar a las pymes que "está vinculado con los problemas que tienen estas pequeñas empresas" relacionados "al ajuste y tarifazo", y reiteró "no hay trabajadores de empresas pequeñas y grandes".

En sintonía con los sindicatos más duros, el diputado Edgardo Depetri sostuvo que si el presidente desecha la norma, será “una falta de respeto al Parlamento y va a generar una movilización sindical importante". 

Y luego fue por el mismo camino de Diana Conti y remarcó que buscarán insistir en el Congreso para vencer el veto.

El massismo, contra el veto

El líder del Frente Renovador, Sergio Massa, remarcó que Macri "tiene la facultad" de vetar la denominada ley antidespidos, aunque le pidió que escuche a los trabajadores "que sienten miedo a perder el empleo".

Tras apoyar el proyecto impulsado por el Frente para la Victoria, Massa admitió que la idea de su bloque era votar su propio dictamen, pero ante la estrategia del oficialismo de abstenerse, decidió estar "al lado del trabajador".

Llamó la atención la postura del diputado José Ignacio de Mendiguren, quien fue titular de la Unión Industrial Argentina y se pronunció abiertamente contra la norma ya que ahora le reclama a Macri que tenga "respeto al Congreso" y no vete la propuesta. Un dato importante: fue el único legislador del Frente Renovador que votó en contra. 

"La frase del Presidente “si sale la ley la veto”, me pareció poco feliz. Es no tener respeto al Congreso. Cuando el Presidente anunció el veto, recién la había tratado en comisión el Congreso. No conocía la ley, y ya decía que la iba a vetar", señaló el empresario textil. 

“Amenazan con vetar y el costo que va a tener va a ser muy alto, en un año muy difícil, en el cual la inflación ha aumentado, los costos se han ido al diablo", sostuvo el legislador massista Felipe Solá.