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Ante la minoría de legisladores que tiene en cada cámara, debió negociar para poder imponer sus propuestas y no le tembló el pulso para rechazarlas
12/06/2016 - 10:35hs

"Nadie resiste un archivo". Es la frase que suele repetirse en el ámbito político en estos tiempos en los que todas las promesas y opiniones quedan registradas y guardadas, listas para salir a la luz ante la primera contradicción. 

De ese escrutinio no se salva ni Mauricio Macri. O, mejor dicho, sobre todo Mauricio Macri, que a los seis meses de haber asumido ya empieza a ser evaluado en términos de cuál fue el porcentaje de promesas de campaña cumplidas e incumplidas en su breve gestión.

La evaluación, por lo general, está teñida por la simpatía o antipatía del observador. Es por eso que, mientras en algunos medios se escuchan voces irritadas sobre las "mentiras", otros justifican todo con el argumento de la "pesada herencia".

La verdad, como siempre, se ubica en un punto intermedio y deja al descubierto luces y sombras, aciertos y errores. 

Macri asumió con la promesa de “reinsertar al país” en el mundo, luchar contra la pobreza, la inflación y el narcotráfico, cerrar la "brecha" y mejorar el acceso a la información pública.

Sus primeros días, a puro vértigo, demostraron que se avanzó con el plan de eliminar retenciones a la exportación del agro y la minería, así como también con el levantamiento del cepo cambiario. 

La agenda internacional también tuvo objetivos cumplidos, con dos puntos altos. Uno de contenido simbólico, como la visita del presidente Barack Obama y otro, de características bien concretas, como el acuerdo con los "buitres" y el consecuente fin del default.

Otros objetivos avanzan más lentamente exhiben resultados todavía insuficientes, como la reactivación de la economía y la lucha contra la inflación.

Otros se inscriben en el "debe", como el incumplido alivio en el impuesto a las Ganancias, dado que la medida de elevacion del "piso" del tributo resultó tener un impacto muy inferior al anunciado en el "marketinero" acto oficial.

En definitiva, hubo buenas y malas. Como insinuó el mismo Presidente al celebrar el primer semestre desde su asunción.

"Hoy cumplimos seis meses desde que nos comprometimos a construir la Argentina que soñamos; que no haya más pobreza ni exclusión. Sé que este proceso no ha sido fácil", admitió en un acto en Entre Ríos, aunque ratificó su visión de que "vamos por el camino correcto". 

A continuación, las luces y sombras sobre esta primera etapa del macrismo en el poder: 

Los primeros pasosCon el Congreso cerrado por vacaciones, y sin convocar a sesiones extraordinarias, dictó decretos de necesidad y urgencia durante el primer mes que generaron polémica

Los mismos permitieron modificar la Ley de Ministeriostransferir las escuchas a la Corte Suprema de Justicia y postergar la aplicación del Código Procesal Penal. También dictó un DNU para modificar la ley audiovisual y eliminar dos organismos como la Afsca y la Aftic.

Cuando asumió la Presidencia, Macri se encontraba en una situación de clara minoría parlamentaria. Apenas tenía 16 senadores sobre un total de 72 y 89 diputados de un total de 257.

Este escenario lo obligó a buscar consensos y el apoyo de los gobernadores peronistas, quienes lograron influir en sus legisladores, al menos en la primera sesión del año.

El camino fue un poco más fácil de lo que se creía en un principio.

Durante la Asamblea Legislativa del 1° de marzo, por ejemplo, Macri cuestionó la “pesada herencia kirchnerista” pero esto estuvo lejos de empantanar las negociaciones con senadores y diputados peronistas que apoyaron a la anterior gestión. 

Fondos buitre

El debate por el acuerdo con los holdouts fue la primera victoria resonante del Gobierno de Macri en el Congreso.

Fue una discusión que le permitió mostrar la fragilidad del bloque del Frente para la Victoria, ya que muchos legisladores identificados con el kirchnerismo acompañaron la iniciativa oficial por pedido de sus gobernadores.

En la sesión para debatir sobre los pagos a los fondos buitre obtuvo 54 adhesiones en la Cámara alta. Así, demostró que no se encontraba ante una nueva “misión imposible”.

Pero no salió el proyecto tal como lo había enviado, ya que Diputados (que fue la cámara de origen) le incluyó una serie de reformas por pedido del Bloque Justicialista (una escisión de casi una veintena de legisladores “dialoguistas” del Frente para la Victoria) y del Frente Renovador de Sergio Massa.

La lucha por los DNU

Casi al mismo tiempo, el macrismo debió luchar para validar los DNU en el Congreso.

Con el apoyo del massismo y otros bloques minoritarios, pudo dejar firme el decreto que modificaba artículos de la Ley de Medios, ya que para su validez sólo necesitaba de la aprobación de una de las dos cámaras.

Pero resbaló en la Comisión Bicameral de DNU y sufrió su primer rechazo legislativo.

Sucede que no logró el número necesario para emitir dictamen en el decreto que elevó el piso del mínimo no imponible al Impuesto a las Ganancias y que, a la vez, amplía el universo de asalariados que deberán pagar ese impuesto sobre el salario.

Además, el massismo, eventual aliado en algunos proyectos, se transformó en un ocasional opositor y acompañó al kirchnerismo en el rechazo a la propuesta de Cambiemos.

La norma no fue tratada por el Congreso ya que el Gobierno prometió enviar una propuesta para modificar las escalas a partir de 2017.

Antidespidos y veto

Ante el número creciente de despidos, tanto en el sector público como privado, la oposición se unió y buscó avanzar en la unificación de los reclamos sindicales.

El primer proyecto de este tipo que llevaron al recinto fue el que declaraba la emergencia laboral (que podía ir desde los seis meses hasta los dos años y hasta plantearon su retroactividad a diciembre de 2015).

El acuerdo opositor podía alcanzar una mayoría cómoda de unos 150 votos. Pero los dialoguistas sostenían que el Gobierno debía ser parte de la discusión

En tanto que el oficialismo hizo saber que no veía con buenos ojos el tratamiento de esta clase de temas.

No sólo porque daría la sensación de que dejó en manos de la oposición el manejo de la agenda, sino también porque no coinciden con la política que pretenden implementar.

Finalmente, el Congreso sancionó una ley que declaraba la emergencia laboral por seis meses, y obligaba a los empleadores que despedían a un empleado a abonar una doble indemnización.

Pero Mauricio Macri -a quien no le tiembla el pulso a la hora de vetar leyes que vayan en el sentido contrario de su proyecto político y económico- decidió desecharla, pese a las amenazas de paro general

La devolución del IVA a la canasta básica alimentariaPara contrarrestrar los efectos de la inflación, el Gobierno envió al Congreso un proyecto para “beneficiar a ocho millones de personas de los sectores económicos más vulnerables -jubilados, beneficiarios de la AUH y otros programas sociales-”. 

Aquí, el macrismo se anotó un triunfo, dado qu el Congreso aprobó la iniciativa para devolverles el IVA si realizan los pagos a través de la tarjeta de débito.

Blanqueo de capitales

En estos momentos, Diputados analiza un proyecto del poder Ejecutivo para permitir el ingreso de dólares no declarados a la economía que se destinen al pago de juicios contra el Estado ganado por jubilados.

La iniciativa presentada por Macri dispone un programa voluntario que reconoce el derecho de los jubilados y pensionados que se encuentran en proceso judicial para actualizar sus haberes.

El proyecto de ley para reajustar los haberes previsionales de jubilados que iniciaron o no juicio al Estado, dará prioridad a los mayores de 80 años y a las personas enfermas, involucrando asimismo a quienes no iniciaron juicio.

Los juicios que iniciaron los jubilados contra el Estado por reajuste de haberes, tengan o no sentencia firme, serán abonados con dinero proveniente de un blanqueo de capitales y de la Anses.

En caso de ser necesario, se anunció que se venderían las acciones que el organismo previsional tiene en empresas con participación estatal minoritaria.

Otros proyectos en análisis

-Reforma de la Justicia: incluye la sanción de una nueva ley de subrogancia de jueces y la modificación del Consejo de la Magistratura.

-Sanción de una ley de acceso a la información pública nacional y una norma que regule las compras públicas. 

El sacudón ocasionado por el caso conocido como “Panamá Papers” generó un cimbronazo puertas adentro ya que se descubrió que el mandatario y otros funcionarios de su Gobierno tienen cuentas en el exterior. Y, en muchos casos, no se encuentran declaradas.

La Oficina Anticorrupción, a cargo de Laura Alonso -quien fue una de sus representantes más fieles en el Congreso mientras era diputada-, salió a defenderlo con un argumento contrario al que habían manifestado mientras eran oposición.

Además, el Gobierno macrista tampoco hizo caso al fallo de la Corte Suprema, el cual lo obligaba a difundir el contrato completo con Chevron.

Tiene media sanción de Diputados y aguarda el veredicto del Senado.

-Reforma penal para luchar contra el narcotráfico, sanción de la ley del arrepentido y permiso para decomisar los bienes obtenidos como consecuencias de ilícitos.

En este sentido, la Cámara de Diputados aprobó dos de los primeros proyectos propuestos por el presidente Macri en materia de seguridad, relativos al procedimiento judicial para los casos de flagrancia y nuevas técnicas especiales de investigación para los delitos complejos.

El proyecto sobre flagrancia, que introduce modificaciones al Código Procesal Penal, consiste en lograr un juzgamiento rápido de los delitos en los cuales sus autores son aprehendidos en el momento mismo de su realización, permitiendo su condena.

Paralelamente, el Gobierno busca avanzar en: 

-La jornada extendida y obligatoriedad de la educación desde los 3 años. 

-La creación del Instituto de evaluación de la calidad educativa.

-La reforma electoral para implementar en las elecciones legislativas del 2017.

-La ampliación de las asignaciones familiares y la Asignación Universal por Hijo (AUH).

Además, ya tiene el aval de la Comisión de Acuerdos del Senado para que se debatan en el recinto de la Cámara alta los pliegos de los candidatos para cubrir vacantes en la Corte Suprema.

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