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Cae otro empresario tradicional: Pescarmona cede el control de IMPSA

La compañía de molinos eólicos inició un proceso por el cual, previo acuerdo con sus acreedores, el 65 por ciento de su capital saldrá a la venta
22/07/2016 - 08:55hs
Cae otro empresario tradicional: Pescarmona cede el control de IMPSA

No le alcanzó. 

Si bien en marzo de este año recibió un guiño político del gobierno de Mauricio Macri con la reglamentación de la ley 27.191 -que establece un mínimo de generación renovable para las productoras de electricidad- lo cierto es que Enrique Pescarmona ya comenzó a decirle adiós al timón de su empresa insignia, Industrias Metalúrgicas Pescarmona (IMPSA).

El certificado de salida tomó cuerpo en las casi 100 páginas que la compañía remitió el miércoles a la Bolsa de Comercio porteña. En dicho documento, al que tuvo acceso iProfesional, queda establecido que, para hacer frente al abultado pasivo que acumula su controlada, el mismo Pescarmona cederá el control del 65% del capital de IMPSA.

Dicha porción, de acuerdo a lo acordado por la firma con sus acreedores, saldrá a la venta en cuestión de semanas. El empresario, al igual que su círculo de socios, se verá imposibilitado de participar en la compulsa.

En concreto, el texto destaca, por ejemplo, que tras un proceso de reestructuración "los accionistas originarios -el mismo Pescarmona y familia- transferirán (o harán transferir) libres de todo gravamen y reclamo, acciones de IMPSA que representen un 65% de los votos y los derechos económicos correspondientes al capital de IMPSA...".

La figura elegida para avanzar con este proceso: un fideicomiso de acciones. Entre otros aspectos, quienes asuman el control de la compañía podrán remover a la mayoría del directorio, además de ostentar la capacidad de incluso cambiar a todos los gerentes de IMPSA y sus subsidiarias.

Estado actual de situación financiera que atraviesa IMPSA pone al descubierto las consecuencias de haber navegado las aguas del kirchnerismo durante más de una década.

Imposibilitada de concretar desarrollos eólicos en la Argentina por el desinterés del gobierno de ese momento, y complicada por las restricciones cambiarias impuestas sobre todo por Cristina Fernández, la firma salió a probar suerte en la región con sus molinos de viento. Y el resultado económico no fue el esperado.

Los reveses derivaron en un endeudamiento de IMPSA superior a los 1.400 millones de dólares que, vale decirlo, tuvieron a Pescarmona al borde de resignar su participación en la compañía ya en febrero de este año.

En 2014, el empresario ya había salido a buscar algo de oxígeno financiero cediendo el 40% de las acciones.

Durante el segundo mes del corriente, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) -uno de sus acreedores más tenaces- reclamó una deuda de 150 millones de dólares. Y que, de no contar con fondos suficientes, Pescarmona entregase directamente el control del capital del fabricante de molinos.

Además del BID, entre los principales acreedores de IMPSA se cuentan los bancos Nación, Hipotecario y Galicia, además de entidades financieras del exterior e incluso tenedores de bonos. La prácticamente nula participación en el negocio local de la generación de energía, sumado a malos resultados cosechados en Brasil y Venezuela son observados incluso en el entorno de Pescarmona como los factores que hoy explican la retirada del empresario.

Precisamente en el vecino país, reconocen en IMPSA, una serie de facturas -alrededor de 30- nunca abonadas por Electrobras por un monto total cercano a los 300 millones de dólares precipitó el derrumbe de la operatoria de la empresa en ese país.

Un detalle de la reestructuración:

La luz que no fue

A principios de año, Pescarmona creyó encontrar la luz. Sin perderle pisada a los primeros movimientos del macrismo al frente del Ejecutivo, el empresario logró instalar en el seno de los asesores de Energía de Cambiemos la semilla del interés por la energía eólica.

A fines de marzo Macri reglamentó el marco que establece, de aquí al año 2017, la incorporación de hasta un 8% de energías renovables a la oferta total de las productoras de energía. El titular de IMPSA volvió a endeudarse para fabricar generadores eólicos en su planta de Mendoza.

La promesa de que podría quedarse con la provisión de molinos para un parque a instalarse en la provincia de La Rioja, sumado a la posibilidad de aportar generadores de vapor a la central nuclear de Embalse, en territorio cordobés, devolvió esperanzas a un golpeado Pescarmona. Incluso reactivó una serie de proyectos para Venezuela que se encontraban aplazados.

Con lo que no contaba el empresario es que el tiempo de espera de sus acreedores, a esta altura del año, ya había concluido. Y que el horizonte de negocios y ganancias en el negocio energético a lo sumo comenzará a rendir sus frutos a partir del segundo semestre de 2017.

El corolario derivado del peso de este combo encuentra a IMPSA dando inicio, a mediados de esta semana, a una transición que pondrá fin al liderazgo del heredero de un sueño familiar nacido hace casi un siglo.