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Sergio Massa: de garante de la gobernabilidad a crí­tico número uno de Macri

El giro de Massa y su "mini Davos": cómo pasó de ser garante de la gobernabilidad a crí­tico número uno de Macri
19/09/2016 - 05:08hs
Sergio Massa: de garante de la gobernabilidad a crí­tico número uno de Macri

"¿Acaso no destruimos a nuestros enemigos cuando los hacemos amigos nuestros?", se preguntaba Abraham Lincoln. 

Esta reflexión pareció inspirar los primeros intentos del presidente Mauricio Macri de marcarle el pulso a su relación con Sergio Massa quien, en enero, acompañó a la comitiva presidencial al Foro de Davos en Suiza. 

Sin embargo, su ausencia en el "mini-Davos" porteño abrió un tiempo en la relación. Allá lejos quedó enero, cuando el jefe de Estado lo había sumado a la comitiva oficial. 

En un típico "abrazo de oso" de la política, hasta llegó a señalarlo como el gran referente del Partido Justicialista.

"Me acompaña uno de los líderes más importantes de la oposición, Sergio Massa", afirmaba Macri a los medios extranjeros, al tiempo que expresaba que el tigrense tenía "serias posibilidades" de conducir el PJ

Massa parecía cómodo con el traje de principal opositor. Y remarcaba que "apoyaría lo bueno y criticaría lo malo" de la incipiente gestión de Cambiemos. 

No obstante, con el correr de los meses -y encuestas en mano-, el líder del Frente Renovador emprendió un claro giro

Su postura en materia de importaciones para establecer la prohibición temporal de los ingresos del exterior y su rol en la interna peronista, de cara a las elecciones legislativas de 2017, terminaron de definir su nuevo perfil en el escenario político.

El punto más simbólico de esta nueva fase de Massa fue su ausencia en el "mini Davos" y su agenda de reuniones en paralelo con algunos de los asistentes.

Esto, con el claro objetivo de brindarles a los empresarios un punto de vista alternativo sobre la realidad argentina. 

¿Qué ocurrió entre aquel Davos y este foro de Buenos Aires? Hubo un desgaste en la relación, en la medida en que el Gobierno debió tomar medidas impopulares y terminó su "luna de miel" con la opinión pública

Además, un recálculo político por parte del tigrense: meses atrás, la foto junto a Macri le resultaba funcional para consolidarse como líder opositor frente al kirchnerismo

Ahora, en cambio, su "negocio" pasa por marcar diferencias. Entre ellas, la del tratamiento que debe darse a los productos que llegan al país desde otras latitudes.

Su proyecto, más polémico que innovador, recibió el apoyo inmediato de la Uocra (construcción) y de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME). 

Declara la emergencia aduanera por 120 días, con el fin de frenar las importaciones de bienes de consumo que se producen en el país -menos los insumos industriales y médicos-  para que, en ese lapso, se revisen los sistemas de control que quedaron bajo sospecha con el desplazamiento de Juan José Gómez Centurión de la Aduana.

"No somos enemigos cada vez que planteamos una posición distinta ni amigos cuando nos mostramos a favor de una propuesta del Gobierno", remarcó Massa con picardía.

Sus dichos tuvieron lugar luego de que el oficialismo le hiciera notar su cambio de postura frente al programa del Ejecutivo y tras haber hecho pública su propuesta para frenar las importaciones.

Claro que en esta respuesta hay un mensaje entrelíneas: acusar al Gobierno de actuar con los opositores del mismo modo al que lo hiciera el kirchnerismo

"Hay que terminar con la enfermedad amigo-enemigo cuando otros sectores políticos no coinciden con sus posturas, porque parte del cambio es respetar al que piensa distinto", insistió Massa.

"Somos una oposición responsable que va a controlar y señalar las cosas que no están bien", añadió.

Por cierto, Macri no perdió un segundo en dar respuesta a su iniciativa que apunta a frenar las importaciones. En medio de su gira por China, le respondió en términos inusualmente duros (aunque estudiados). 

Afirmó que esa propuesta era "irresponsable", "poco seria" y que el diputado "debería estudiar antes de hablar".

Atrás de él salieron varios de sus ministros a cuestionar públicamente el proyecto y el giro del diputado. 

En privado, prometen "desenmascarar" a Massa, al igual que su "ambición política sin escrúpulos" y lo tildan de vivir pendiente de la agenda mediática. 

Se trata de acusaciones que –en rigor de verdad- ya venían siendo señaladas desde épocas del kirchnerismo.

Como era de esperar, el Frente Renovador tomó nota de la embestida oficial. "Lo que le molesta a Macri es que Massa tiene potencial y le va a ganar el año que viene al Gobierno", enfatizó Alberto Fernández, uno de los principales operadores del tigrense.

El embate, lógicamente, tendrá un límite vinculado con una realidad matemática: el macrismo necesita los votos de los dos tercios del Congreso para sacar la Ley de Presupuesto. Y Massa, en ese armado de alianzas legislativas, es un aliado fundamental.

Su definición sobre las importaciones lo alejó del "mini-Davos", donde el consenso implícito y el aire que se respiraba en el ambiente estaba impregnado de dos palabras clave: pro-mercado y apertura. 

También dio parte de ausente José Ignacio de Mendiguren, el extitular de la Unión Industrial Argentina y cara visible del sector empresarial más proteccionista.

Para no perder protagonismo ante lo ampuloso del foro de negocios oficial, el equipo de economistas del Frente Renovador que lidera Marco Lavagna organizó un plan de reuniones paralelas.

Para ello, se trasladó al hotel Hilton. Varios empresarios de los sectores de energía e infraestructura formaron parte de la agenda de encuentros y los diálogos tuvieron a la palabra "inversión" como uno de los ejes principales.

"Cuando fue en Davos para hablar bien de la Argentina lo invitaron y ahora lo dejan afuera", se quejó De Mendiguren.

No obstante, la realidad parece ser otra. Desde hace unos meses, la estrategia del líder del Frente Renovador cambió por una razón de calendario: la necesidad de perfilarse como principal opositor de cara a las legislativas de octubre del año que viene.

Operativo Margarita

Si bien no confirmó públicamente que será candidato, en su espacio lo dan como una certeza

Los números no permiten hoy otra opción. Con todas las idas y vueltas de la política nacional, Massa conserva a sus votantes y se mantiene firme en las encuestas, con una intención de voto cercana al 30% en la Provincia de Buenos Aires.

Esta cifra cobra otro significado teniendo en cuenta que Margarita Stolbizer, segunda con 15%, ya deslizó que podría ser su potencial aliada. 

Entre los dos, superarían el 45% de intención de voto, una cifra que lleva preocupación al espacio de Cambiemos.

Pero, además, la dupla tiene un condimento extra que los favorece si se analizan los votantes por franjas de edad: Massa fue elegido por los más jóvenes y sus adeptos iban en descenso a medida que aumentaba la franja etaria, justamente al revés de lo que ocurrió con Stolbizer

De modo tal que la complementación se presenta como muy seductora para ambos.

La estrategia de Massa contempla la posibilidad de que la ex presidenta, Cristina Kirchner, sea candidata el año que viene y, en ese caso, para el Frente Renovador no hay mejor postulante que Stolbizer.

En ese escenario, la dirigente del GEN sería presentada como una contracara de la ex mandataria, quien hoy está en el ojo de la tormenta judicial.

Su presencia en las listas le permitiría romper el maleficio de la elección de 2015 e irrumpir en la lógica bipolar entre macrismo-kirchnerismo con una tercera opción competitiva.

"El eje izquierda-derecha ya no ayuda a entender la situación de la política porque los partidos no son ideológicos. Más que fuerzas hay liderazgos individuales y Margarita necesita una fuerza política más fuerte", advirtió el politólogo Sergio Berensztein en diálogo con iProfesional sobre los movimientos electorales que se avizoran para las próximas elecciones.

"Massa tiene perfil de peronista independiente con un crisol ideológico muy amplio", analizó el consultor político Carlos Fara.

"Lo que hay que ver es si Margarita puede convivir con una coalición que es mayormente peronista. En principio me parece que sí", sostuvo el analista.

"No descarto un acuerdo electoral con él", afirma Stolbizer, consciente de que -a pesar de haber quedado quinta en las elecciones presidenciales- hoy cuenta con un capital político clave

"Ambos formamos parte de un espacio muy claro, al que Sergio llama la ancha avenida del medio, que es donde estamos los que no somos el Gobierno de Cambiemos, pero tampoco somos La Cámpora", señaló.

En el Gobierno saben que esa dupla podría incluso poner en riesgo lo que hoy vislumbran como imbatible: la altísima imagen positiva de la gobernadora María Eugenia Vidal, a más de nueve meses de haber asumido.

Por eso, Cambiemos envió dos emisarias para tentar a Margarita y distanciarla de Massa: la secretaria de Relaciones con el Parlamento, Paula Bertol y la propia gobernadora, quien tiene una relación personal con la dirigente del GEN desde que ambas eran vecinas en Castelar.  

Pero para que Vidal tenga éxito será necesario aquietar otros asuntos internos dentro de Cambiemos. Stolbizer tiene, aún hoy, una relación áspera con su antigua socia de la militancia radical, Elisa Carrió, con quien supo armar la Coalición Cívica tras la caída de la Alianza en 2001 pero cuya relación terminó con un portazo en 2007, cuando en que Margarita creó el GEN.

"Estamos hablando de políticos profesionales que saben que los acuerdos políticos requieren pragmatismo y limitar las diferencias personales", dijo Berensztein sobre la posibilidad de que efectivamente eso suceda.

El operativo seducción con el que el Gobierno pretende alejar a Stolbizer de la alianza con Massa ya está en marcha. El macrismo dejó de disimular se deseo de sumarla a sus filas y alejarla del tigrense y el llamado se volvió explícito.

El ministro de Gobierno bonaerense y mano derecha de Vidal, Federico Salvai, expresó hasta qué punto la invitación es clara: "Para María Eugenia, Margarita es una de las dirigentes bonaerenses más valorables. Tenemos buena relación con ella, es una opositora que quiere trabajar".

"Por supuesto que tiene las puertas abiertas", concluyó.

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