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El presidente de Arcor llamó a integrarse con el mundo, aunque advirtió que el Estado debe mejorar la competitividad. También reclaman innovación
01/10/2016 - 12:58hs

El debate sobre la apertura económica se instaló entre los empresarios y promete ser uno de los grandes ejes de discusión de los próximos meses.

Avanzar en la exploración de nuevos mercados, coinciden muchos, es imprescindible, aunque hay diferencias con respecto a los tiempos y los modos en los que se debe hacer.

"Tenemos que integrarnos al mundo, y para ello, nos tenemos que preparar. Sería no correcto hacer una apertura como en los años 90, apresurada", opinó el presidente del Grupo Arcor, Luis Pagani.

"Prepararnos significa tener la infraestructura adecuada para salir con nuestros puertos, la infraestructura energética, hacer correcciones tributarias que le quitan competitividad", dijo el empresario, que participó del 37° Convención Anual del Instituto Argentino de Ejecutivos de Finanzas (IAEF).

Para Pagani, no obstante, no abrir las fronteras de golpe no es lo mismo que cerrar la economía. "La integración tiene que ser inteligente, no creo que tengamos que cerrarnos ni tampoco proteger una industria que me vende a un 40% más caro que en otros países", dijo.

"Si vamos a una apertura tenemos que ordenarnos en muchos aspectos. Muchos sectores no son competitivos en la Argentina. Si miras los precios en Brasil, y no sólo de los productos alimenticios, falta adecuar a la Argentina. ¿Arcor es competitivo? Sí. Pero del portón de la fábrica hasta el puerto pierdo el negocio. Eso pasa también en muchos sectores", detalló el dueño de una de las principales empresas del país.

Mientras que en el Congreso la oposición plantea proyectos para vedar todas las importaciones por un tiempo, y desde la industria hay reclamos por la apertura a que en los últimos meses hubo a productos del exterior, algunos empresarios del sector de agronegocios y de economías regionales, coincidieron en que si la Argentina desea insertarse en el mundo no se deben fomentar proteccionismo.

"Hay un consenso amplio, que en esa integración das y recibís. Se debe dar con tratados de libre comercio, con el Mercosur ,con tratados con la Unión Europea. No se puede proteger", opinó Gustavo Grobocopatel, presidente del Grupo Los Grobo.

"Estos años que vienen, el sector de agroindustria es uno de los sectores que más tiene para crecer. Los vinos, los limones, donde está Arcor también, deberían funcionar, al igual que las empresas competitivas", dijo Grobocopatel, que al igual que Pagani participó durante la convención de un panel sobre "La Visión Empresaria".

En la misma línea, Martín Ramos, CEO del Grupo Peñaflor, habló de la necesidad de fomentar la innovación para integrarse al mundo.

"No esperamos que el Gobierno nos solucione el problema, que devalúe y nos dé productividad. Creemos que el trabajo lo tenemos que hacer nosotros. Está la tecnología disponible para dar un salto de calidad. Hay un enorme oportunidad para las economías regionales si la Argentina se integra al mundo", opinó.

Pese a que a puertas cerradas muchos empresarios se quejan por un tipo de cambio al que, consideran, todavía atrasado, los que disertaron en IAEF se alejaron de ese reclamo.

"Está visto en la historia que una devaluación genera más pobres, y no queremos más pobreza. Ese 32% de pobreza nos avergüenza a todos. Hay que evitar eso. Hay que hacer los deberes internos, que van desde la carga tributaria, a la infraestructura. Y va a llevar tiempo. Una autopista no se hace en un año. Aparte Macri es ingeniero, creo que de eso sabe", aseguró Pagani.

La relación con los gremios también formó parte del debate sobre competitividad. Según Grobocopatel, lo que pase con el empleo de acá a 10 años "es un problema de los empresarios, de los sindicatos, de la política y de los empleados. Debemos tener un diálogo con los sindicatos que no sea sólo la pauta salarial del semestre", afirmó según La Nación.

Algo similar planteó Isela Costantini, presidenta de Aerolíneas, quien consideró que los gremios deben ser "socios estratégicos" del negocio, "que entiendan por qué la empresa tiene que ser rentable".

"Seguimos creyendo que tenemos que compartir con ellos los problemas que hay que negociar", afirmó. Costantini contó que cuando asumió la nueva gestión, la empresa se aprestaba nacionalizada pronosticaba perder unos US$1.000 millones este año.

Sin embargo, según dijo ayer la ejecutiva de la empresa, tras los cambios que comenzaron implementarse, podrían cerrar el año con un rojo de caja 70% más bajo, de 300 millones de dólares.

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