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Ante el aumento de los Ni-Ni, el gobierno de Macri y las empresas privadas buscan ampliar el empleo

Son más de un millón de chicos que ni trabajan ni estudian, de los cuales 750.000 tampoco hacen el intento por insertarse en el mercado laboral.
12/10/2016 - 11:20hs
Ante el aumento de los Ni-Ni, el gobierno de Macri y las empresas privadas buscan ampliar el empleo

Horas antes de que el ministro de Trabajo, Jorge Triaca, se siente a la mesa junto a la cúpula de la CGT e intente ponerle freno al paro nacional que parece inminente, en un céntrico hotel porteño empresarios debatieron uno de los puntos que más cortocircuitos generó entre el Gobierno y el sindicalismo, la Ley de Empleo Joven. 

El proyecto del oficialismo se coló inevitablemente en las disertaciones durante la presentación de un informe de la firma de servicios eventuales, Adecco, que arrojó cifras alarmantes: en Argentina hay más de un millón de jóvenes que no estudia ni trabaja.

Más aún, según este reporte, unos 750.000 de estos chicos de entre 18 y 25 años tampoco intenta encontrar ocupación.

Se trata del caso de los famosos "ni-ni", personas que ni estudian ni trabajan, a los cuales se suma el grupo con mayor riesgo de exclusión, los "triple ni", que son quienes han abandonado la búsqueda de empleo o capacitación.

Se esperaba que el ministro Triaca asistiera al encuentro que contó con referentes de la industria, la Organización Internacional del Trabajo (OIT), responsables de Recursos Humanos de multinacionales con operaciones en Argentina, así como directivos locales e Internacionales de Adecco.

Sin embargo, en la medida en que el titular de la cartera de Trabajo fue llamado a una reunión urgente con el presidente Mauricio Macri, quedó en manos del secretario de Empleo, Miguel Angel Ponte explicar las distintas iniciativas que se desarrollan desde las esferas oficiales para resolver esta problemática.

El funcionario puso los números sobre la mesa: el ministerio contabiliza a través del sistema SIPA 6,2 millones de personas registradas en el sector privado y 2,8 millones en el Estado, a lo que se suman autónomos y monotributistas. Por fuera quedan alrededor de 5 millones de personas en edad económicamente activa. "¿Cuánto tiene que crecer el sistema para darles lugar?", se preguntó Ponte.

Aseguró que la meta es llevar la tasa de desempleo joven por lo menos al mismo nivel (o incluso menos) que la del desempleo general, que de acuerdo a los últimos datos del INDEC, fue de 9,3% en el segundo trimestre del año.

"Ninguna ley crea empleo. Lo que queremos hacer es ayudar a una focalización de los ingresos en este grupo", dijo al opinar sobre el proyecto oficialista que brindaría exenciones en aportes patronales y beneficios a quienes contraten nuevo personal.

La iniciativa encendió la alarma de los sectores sindicales, así como de la oposición. Para ellos el proyecto tiene cierto aroma a flexibilización laboral.

El funcionario responde a estas críticas diciendo que los trabajadores senior que no cuentan con empleo tienen empleabilidad, mientras que los que recién empiezan no tienen ninguna de las dos cosas.

"El tema de los argentinos hoy es qué vamos a hacer con esos chicos cuando desarrollemos su empleabilidad y no encuentren trabajo", insistió.

En ese marco, Ponte anunció diversas medidas que tienden a crear legislación para prácticas profesionales y universitarias, así como mesas de trabajo en torno a sectores en los que ya se requiere pensar la formación de talentos, como salud, turismo, economía sustentable, etc.

En la misma línea, Daniel Funes de Rioja, vicepresidente de la UIA y representante local de la Red Mundial de Aprendizaje (GAN) -de la cual participa Adecco-, dijo estar convencido de que la forma de generar empleo era pedir condiciones para crear empresas.

Consideró que el modelo que se venía aplicando hasta el momento para fomentar el trabajo, a partir de incentivos fiscales y empleo en el sector público, tiene un límite de desarrollo.

En ese marco, recomendó pensar siempre el empleo ligado al bienestar: "Quienes miran solo la primera parte caen en la teoría de un derrame que nunca ocurre, y quienes miran solo la segunda parte caen en el populismo y el asistencialismo".

Para ello, insistió en que la solución debe ser abordada por el sector público y el privado en conjunto con los trabajadores.

Así fue que dio su apoyo a que se sancione "algún tipo de ley de primer empleo, que elimine el total del impuesto al trabajo, porque las medias tintas no sirven. Lo que no significa suprimir obras sociales ni ninguna otra contraprestación".

Pidió entonces a los sectores sindicales "sacarse los fantasmas de encima" ya que las empresas, en su opinión, no se desprenden de la gente capacitada.

"Muchos todavía creen que formar a un joven es desplazar a un viejo" y por eso no funcionan en Argentina los sistemas de aprendices típicos del esquema europeo, opinó el industrial. "Es una posición peligrosa del sindicalismo, de ‘insiders protegiendo a insiders'", estimó Funes de Rioja.

Tanto el representante de la UIA como el director de la Oficina Regional de la OIT para América Latina y el Caribe, José Manuel Salazar Xirinachs, abogaron por acercar a los jóvenes y el mundo del trabajo a través de prácticas profesionalizantes para complementar la formación teórica académica con puestos de aprendices.

Salazar conoce de memoria las críticas que los sectores gremiales realizan a este tipo de iniciativas. "Claro que en las pasantías y ‘apprenticeships' puede haber abusos. Pero si el sistema está bien diseñado y se deben rendir cuentas apropiadamente, sería como está funcionando en Europa", sugirió.

A su turno, el representante de la OIT se avocó por medidas que favorezcan el primer empleo y la adquisición de experiencia laboral por parte de los jóvenes, pero advirtió que puede haber errores al basar esos sistemas en subsidios.

Expresó que éstos "funcionan bien siempre que haya un mercado activo con sectores dinámicos contratando. Más que un subsidio debe pensarse un esquema entero que saque a los jóvenes de esta trampa" de no tener la experiencia que el mercado les requiere para insertarse.En cifras

De acuerdo a los datos brindados durante el Simposio "El Talento Joven y las Perspectivas Sobre elFuturo del Trabajo", en la Argentina hay 4,4 millones de jóvenes de entre 18 y 25 años de edad.

Entre ellos, un 34,2% trabaja, el 26,7% solo estudia, el 10,3% reparte su tiempo entre ambas cosas y un 3,3% estudia y busca trabajo.

Pero además hay un 24,6% que no estudia ni trabaja, y sobre ese porcentaje hay un 17,3% que tampoco busca empleo.

Todos estos indicadores sobre desempleo muestran también un claro sesgo en detrimento de las jóvenes: de los "triple ni" detectados en el estudio de Adecco, 589.000 son mujeres y 179. 000 varones.

A su vez, el análisis indica que la probabilidad de inserción laboral en un empleo formal aumenta entre 20% (mujeres) y 30% (varones) cuando los candidatos cumplen uno de los siguientes requisitos:

-finalizan los estudios formales,

-acceden a una experiencia formal

-participan en un curso de formación profesional.

Considerando que la educación es entonces el principal factor que potencia la empleabilidad, Martín Padulla, director de Staffing América latina, pidió "redefinir la educación secundaria".

Destacó que en los colegios de Argentina crece la matriculación pero no las tasas de graduación. Sólo el 43% de los alumnos termina el ciclo en tiempo y forma, y "de quienes accede a la educación secundaria, uno de cada dos es pobre".

"Latinoamérica es donde más creció el desempleo juvenil y la Argentina fue el motor", definió tristemente el directivo. 

Más allá de la educación formal, desde GAN y la OIT instan a las empresas a tomar un papel más activo en la formación de los talentos, a través de prácticas.

Pablo Maison, VP para Latinoamérica de Unilever, aportó datos interesantes al respecto para abonar la teoría de los esquemas de aprendizaje "on the job" (en el trabajo).

"En investigaciones propias, descubrimos que el 70% de la formación real de un empleado registrado es 'on the job', un 20% por la interacción con sus superiores y jefes, y solo un 10% se da en el aula".

"Por esto concluimos que el trabajo registrado y en blanco, que provee capacitación, es el que verdaderamente genera formación para el empleo", dijo Maison. La brecha

A la hora de denotar cuál es la causa principal por la cual los jóvenes no consiguen insertarse en el mercado laboral, no se discutió primero su falta de formación ni hubo distinciones de género. La mayoría intuye que se debe a su falta de experiencia previa.

La mayor dificultad que encuentran al buscar empleo de lo que estudiaron es no contar con la trayectoria requerida (54%)

Por otra parte, el 32% admite que no hay una alta demanda de su perfil en el mercado, el 9% no encuentra un sueldo acorde a su profesión y el 5% afirma que no lo capacitaron bien para ejercer su profesión.

"A la vez el 70% de los directores de RR.HH. dice tener dificultades para encontrar los talentos que necesita, así que claramente hay un ‘miss match' entre las habilidades que se enseñan y las que se requieren", afirmó David Herranz, CEO Regional para Latinoamérica y Director General de Adecco Argentina.

Otro dato preocupante es que ya el 52% de los consultados admite no trabajar de lo que estudió.

"La Argentina tiene las mejores universidades de América latina, pero tiene el doble de tasa de desempleo joven que la región. Ese es un tema muy extraño y sobre el que hay mucho trabajo por hacer", remarcó el directivo, que pidió a la audiencia preguntarse si estamos formando a los jóvenes de manera adecuada. Informalidad y exclusión

Mientras un 87% de los chicos encuestados por Adecco afirma haber tenido alguna experiencia laboral, el 76% reconoce haber trabajado de manera informal alguna vez.

"Uno de cada tres jóvenes que se contratan en el país proviene del mercado informal" remarcó Herranz.

Al preguntarles a los más de 6.700 casos si alguna vez recibieron algún pago en negro, la mayoría respondió de manera afirmativa (76%).

El CEO del Grupo Adecco, Alain Dehaze, se refirió particularmente a esta temática: "El 40% de los desempleados en Latinoamérica son jóvenes. En Argentina, uno de cada cinco no tiene empleo. Y seis de cada 10 trabajos para los jóvenes son en el mercado informal".

"Esto genera exclusión e inequidad. Es un gran desmotivador para la gente joven que finalmente renuncia a encontrar trabajo", continuó el directivo global, quien sugirió afrontar esta problemática a través de reformas del sistema educativo que incluyan alianzas entre el sector público y privado.

Padulla fue más tajante aún al presentar los datos que arrojó el informe de Adecco: "Sólo el 10,7%, unos 470.000 jóvenes, tienen trabajo decente en la Argentina hoy".

"No es un problema nuevo, el máximo que alcanzamos en los últimos 10 años fue de 12,2%", agregó y destacó nuevamente con una marcada diferencia entre los géneros, en detrimento de las mujeres.

Ponte, por su parte, tiene más que medida esta problemática. "El 80% del empleo no registrado lo generan las Pyme, empresas de menos de 20 personas", afirmó.

Aseguró que en la Argentina hay una economía real -con trabajadores registrados, los del Estado, los autónomos, etc.- una popular (que incluye a 1,5 millones de personas con trabajos en negocios familiares, talleres textiles, horticultores, cooperativas, etc.) y otro grupo con un nivel sociocultural tan bajo que es casi imposible capacitarlos para el trabajo. Este último es el segmento que el gobierno nacional apuntó a incluir en el mundo del trabajo a partir de los tan criticados "esquemas McDonald's", por los que se subsidiaba su contratación y formación en distintas empresas.

Otras iniciativas que detalló Ponte, pero destinadas a los jóvenes con un mayor nivel sociocultural, tienen que ver con el desarrollo de prácticas universitarias, un decreto con medidas similares para el nivel secundario que próximamente esperan lanzar con apoyo de las provincias, y distintas normativas para el entrenamiento para el trabajo, etc.

"Argentina tiene un problema de empleo, no de empleabilidad. Si conseguimos el empleo, el resto se desarrolla", insistió el Secretario.

Para ello, adelantó que en el Ministerio de Producción se armaron ya mesas de trabajo para pensar estrategias de formación de cara a las actividades que ya se sabe que generarán demanda de personal capacitado en el mediano plazo.

Se abrió un espacio sobre turismo, otro para enfermeras, un tercero de economías sustentables y otro para industria del software, fundamentalmente para programadores. Asimismo, se abrió una mesa para empleos en riesgo, por ejemplo los de la industria textil.

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