Vicentín Family Wines tiene esa particularidad: desde el vamos, su estética enamora o genera todo lo contrario. Es una estrategia, una forma de mostrarse. Y la realidad es que le funciona. 

Actualmente, este proyecto que había comenzado haciendo un poco de ruido a mediados de 2012, hoy cuenta con una producción anual de 350.000 botellas. Y, lo más importante, todos sus vinos son del segmento de alta gama. 

Es una bodega que está en permanente evolución. No tiene, precisamente, un portfolio estático a lo largo del tiempo. Y sus propuestas conjugan un mix de irreverencia, búsqueda e innovación. 

En sus inicios, este joven proyecto impulsado por una tradicional familia dedicada a las actividades agroindustriales –y que cuenta con la enología de Carola Tizio- sorprendió con un blanc de noir elaborado a partir de uvas Malbec. 

Luego, propuso brindar una experiencia de Malbec de diferentes terroirs con un interesante blend, que luego fue rematado por un set box con los componentes embotellados por separado, como una forma de deconstruir el varietal estrella de la Argentina.

Posteriormente, la bodega dio un paso más al incorporar vinos importados con marca propia, tanto del Nuevo como del Viejo Mundo. 

Primero, fue el turno de un Pinot Noir y un Sauvignon Blanc de Chile. Luego le siguió un champagne y una línea de tres vinos tintos italianos. 

En medio de este rompecabezas de vinos, imposible de hallar en otra bodega, a comienzos de 2016 sumó dos nuevos Malbec, que muestran diversos terroirs: Arrogante y Maldito. 

La apuesta "sucia"Ahora, la bodega está presentando en el mercado interno una nueva línea de vinos: "La banda de los tres sucios". 

Se trata de tres varietales cosecha 2014 elaborados a partir de viñedos del Valle de Uco: un Cabernet Franc, un Cabernet Sauvignon y un Petit Verdot. 

“Nuestra búsqueda de los Malbec sigue firme con la exploración de los diferentes terroirs, pero también hay muchas variedades que disfrutamos como consumidores y que queremos compartir con las personas que nos apoyan y nos siguen”, indicaron desde la bodega. 

“Estas tres variedades las veníamos usando para nuestros cofermentados pero sentíamos que era hora de abrir un nuevo camino”, agregaron. 

El nombre de esta línea y su estética vintage, que remite un poco a la época de la “ley seca”, están vinculados con lo que fue una vendimia muy dura en el Valle de Uco. 

“En 2014, la cosecha fue difícil para nuestros componentes de la fermentación. No sabíamos qué podía ser de ellos en el futuro, era difícil de pronosticar”, explicaron. 

“Hacía tiempo que teníamos ganas de hacer distintos varietales y probar nuevas fronteras. Así que esta era la primera oportunidad en que lo podíamos hacer. Y, aunque su destino era incierto, se decidió aportar a que cambiaran y nos dieran algo nuevo”, afirmaron. 

“Fueron tratados como los grandes campeones, con cuidados especiales, perseverancia y dedicación. Se los dejó casi 16 meses en barrica viéndolos cómo iban creciendo y evolucionando”, completaron. 

“Al principio, en barricas, empezaron a ser terrosos, salvajes, rebeldes en cierta manera, y sin mostrar ganas de salir. Ahí se ganaron sus nombres: los sucios”, sostuvieron, para luego destacar que sólo con los meses en botella encontraron la verdadera personalidad. 

El Renegado Cabernet Sauvignon 2014 ($299)

¿Qué ofrece?: lo más interesante de este Cabernet Sauvignon de Vista Flores y Los Chacayes es su buena tipicidad, con una madera bien integrada. Aparecen notas de fruta negra, los clásicos y esperados trazos de pirazinas, que recuerdan al pimiento rojo, y dejos especiados. Suma además una leve nota a hoja de tomate. En boca es un vino de marcada textura, taninos rugosos que se agarran del paladar y un pulso apenas sucroso.

Conclusión: pese a su nombre “rudo” y al desafío que supuso elaborar estos tintos alumbrados en el marco de una cosecha complicada, la realidad es que es un tinto muy disfrutable. Pero con bastante carácter como para acompañar carnes rojas grilladas.

El Tramposo Cabernet Franc ($299) 

¿Qué ofrece?: un Cabernet Franc cuya paleta está atravesado por los toques balsámicos, una buena pátina mentolada y una atmósfera ahumada. En boca se presenta amplio y concentrado, con altísimo impacto aromático. De recorrido largo y con taninos marcados, que le dan brío y carácter. Pero la frescura entra justo a tiempo y evita que caiga en un recorrido largo y cansino. 

Conclusión: un Cabernet Franc pensado para quienes buscan en esta variedad sus notas más “verdes”, vinculadas con la menta y el eucaliptus, además de un buen "diálogo" con la madera. 

El Contrabandista Petit Verdot 2014 ($299) 

¿Qué ofrece?: un Petit Verdot que revela una buena tipicidad. Sus aromas no son demasiado estridentes, pero sí complejos, con una nariz en la que se entremezclan notas florales, hierbas y especias exóticas, en parte aportadas por la madera. En boca es un vino definitivamente fresco, incluso algo filoso, con taninos de gran presencia. 

Conclusión: hoy, tiene un gran presente. Quien lo espere un año más seguramente encontrará un ejemplar que ganó en elegancia.