No habrá tanta paz para los bolsillos en el último tramo de 2016. Tras aplicarse ajustes sucesivos en enero, marzo, abril y mayo, el precio de la nafta volverá a acusar otro incremento en los surtidores. 

Así lo confirmaron a iProfesional fuentes de YPF y de otras petroleras y cámaras sectoriales. De concretarse, será el quinto aumento que registren los combustibles en 2016. 

No sólo eso. Además, implicará un cambio de postura del Gobierno. Basta recordar que a mediados de mayo el propio ministro de Energía, Juan José Aranguren, había descartado cualquier tipo de incremento durante lo que quedaba del año. 

Faltando pulir algunos detalles, las compañías más importantes que concentran el negocio del expendio de naftas en el la Argentina se preparan para avanzar con un nuevo aumento, del orden del 8%, antes de que concluya la primera quincena de noviembre.  

En diálogo con este medio, fuentes cercanas al Ministerio de Energía, aseguraron que la intención de elevar los precios comenzó a ganar fuerza a principios de octubre. 

Si finalmente hay luz verde, el valor del litro de nafta súper pasará a costar $18,5 en la Ciudad de Buenos Aires, mientras que la premium estará en el orden de los $20. 

En lo que respecta al gasoil, el combustible en su versión común se ubicará en los $16,78 por litro, mientras que el de mayor calidad rondará los $19,20.

En el interior, que en los últimos años se rigió por tarifas más elevadas, los precios pasarían a ser de $19,20 y de 21,20 por litro, respectivamente. 

Cabe destacar que en las estaciones porteñas, el año había arrancado con un valor en los surtidores de $13 por litro de súper. 

Así las cosas, de concretarse el ajuste que en principio estaría pautado para noviembre, el combustible habrá pegado un salto del 42% en once meses. 

En el sector empresario están presionando para que los aumentos se vean plasmados en la realidad. Consideran que se trata de una necesidad imperiosa, tras la fuerte suba de costos asociados con la comercialización. 

"El ministro Aranguren está terminando de delinear su posición. Lo que se observa es una presión muy fuerte por el lado de las petroleras para que YPF avance y convalide la suba”, indica un alto directivo que participó de las negociaciones y que pidió estricto off the record. 

"Las compañías sufrieron una permanente alza de costos. Todo esto afectó la rentabilidad de las empresas", agrega. 

El Gobierno, según trascendió, pone sus reparos frente a la idea de avalar un aumento demasiado elevado de las naftas, justo en momentos en que el Ejecutivo está poniendo el foco en la desaceleración inflacionaria. 

El equipo que comanda Prat Gay celebra el hecho de que el Índice de Precios Mayoristas viene de cerrar el tercer trimestre con una variación promedio mensual de 1,2%, por debajo del 2,7% del segundo trimestre y del 5,5% en el primero.

En este contexto, cualquier ajuste en las naftas tendrá impacto directo en la cadena logística de productos sensibles, como los alimentos y bienes de consumo. 

Por eso, la contrapropuesta que Aranguren está llevando a la mesa de negociación, según indicaron a iProfesional desde el entorno del ministro, es la de avalar la suba siempre y cuando no se intente avanzar con nuevos aumentos en el primer tramo de 2017. 

Ocurre que justo en ese período el Gobierno debe poner en marcha los nuevos ajustes a las tarifas de los servicios públicos, que pasaron a ser semestrales. 

"En estos momentos se está jugando al `toma y daca`. La idea del macrismo es darle luz verde al incremento que piden desde las petroleras desde hace unos meses, a cambio de lograr el compromiso de que no se discutirá ninguna suba hasta marzo del año que viene”, confirma a este medio un reconocido experto, con mucho peso en la cartera de Energía. 

“Lo que busca el Gobierno es asegurarse que recién después de ese mes se reabra la discusión para pautar una nueva suba”, agrega. 

Desde las petroleras vienen metiendo presión. Y aseguran que ni siquiera deberían tener que contar con el visto bueno de Aranguren para avanzar con el nuevo esquema de precios. 

¿Por qué? Los empresarios afirman que apenas arrancó el año y se fueron definiendo los ajustes por tandas, había quedado pendiente el último ajuste del 8% antes de que concluyera 2016. 

“Que las compañías no lo hayan hecho efectivo habla de la clara intención de trabajar de manera consensuada con el Ministerio de Energía", advierte un alto empresario del expendio. 

En este contexto, en el sector que vincula a las empresas dedicadas al expendio de combustible dan como un hecho que noviembre finalmente será el mes en que se efectivice el último retoque del año.

Desde la Cámara de Empresarios del Combustible (CEC) su secretario y referente, Raúl Castellano, destaca en diálogo con iProfesional que “lo que seguramente ocurrirá con los valores en los surtidores no es más que la confirmación de algo que se había decidido a comienzos de 2016”. 

Para el directivo, esta actualización “servirá para compensar la caída de ventas en volúmenes, lo que achicó la facturación en términos reales”. 

“A esto hay que sumarle las complicaciones por los mayores costos. De hecho, ahora tenemos que resolver la cuestión de la paritaria de los empleados de las estaciones de servicio y esto es un factor extra que presiona sobre una rentabilidad que ya viene muy golpeada” argumenta. 

En medio de una dura negociación, trascendió que el sindicato buscará lograr un ajuste de entre el 20% y el 22% para el período octubre-marzo. 

Manuel García, presidente de Asociación de Estaciones de Servicio Independientes (AESI), incluso destaca que ni siquiera con el incremento de al menos 8% que pondrán en marcha las petroleras cambiará la situación económica de la mayoría de los puntos de ventas.

"Cada vez que aumenta el combustible tenemos que aportar más capital, porque venimos vendiendo con el precio viejo pero, cuando llega el camión cisterna para reponer stock, lo hará a los valores nuevos”, señala a iProfesional. 

Incluso, el empresario afirma que para al menos empatarle a la suba de costos que han venido sufriendo desde el último incremento, el ajuste de noviembre debería ser del orden del 15%.

Argentina, en el top 3

La actualización del cuadro de valores que se prevé para las próximas semanas cambiará el posicionamiento de la Argentina en el ranking regional, elaborado en función de los precios del litro de nafta. 

Como puede observarse en el siguiente gráfico, incluso antes de la aplicación de lo que en el sector consideran el último aumento pautado para 2016, el país se ubica en el "top 3" de los mercados más caros, en términos de divisas. 

Al tipo de cambio oficial, la súper cotiza a razón de u$s1,14 el litro, tomando como referencia los valores vigentes en la Ciudad de Buenos Aires. 

Esta cifra posiciona a la Argentina por debajo de Uruguay y Brasil, países en los que la nafta cuesta el equivalente a u$s1,47 y u$s1,15, respectivamente. 

Por debajo se ubican Chile (u$s1,12), Paraguay (1,04), Perú (0,93), Colombia (0,69), o Bolivia (0,53), por citar casos "cercanos".

Con la suba de al menos un 8% que se anticipa, Argentina pasará a ocupar el segundo lugar en el listado, con una cotización del litro del orden de los u$s1,35. 

"Lo preocupante es que ni siquiera con ese cambio en el precio se terminarán de acomodar las finanzas de petroleras y estaciones de servicio", apunta Castellano.

"Lo que ha ocurrido con la devaluación y la inflación complicó de tal modo la operatoria de los expendedores que, si se llegarán a aplicar los aumentos que realmente requiere el sector, hoy con seguridad el país se ubicaría como el más caro de toda América", coompleta.

Más allá de ellos, todo hace suponer que Aranguren redoblará los esfuerzos para contener momentáneamente el reclamo de las principales empresas del sector a raíz del incremento en costos.  

De cara al  primer semestre de 2017 queda por develar la incógnita de cuál será el techo para un insumo que, tal como quedó demostrado, mueve de forma constante y sostenida la aguja de los aumentos.