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Argentina bipolar: los inversores extranjeros piden pesos, los argentinos quieren dólares
26/10/2016 - 15:42hs

Fue toda una novedad que Alfonso Prat Gay lograra una colocación récord de deuda, por la friolera de algo más de $76.000 millones.

Pero más sorpresivo aún fue que los inversores convalidaran un tipo de interés fijo en pesos del 16% a diez años.

Meses atrás, pocos creían que esto podía ser posible, en un país que ostenta el doble de inflación que la tasa de corte finalmente convalidada.

En principio, colocar deuda a largo plazo, a un interés relativamente bajo y en moneda local, es uno de los principales objetivos que se trazó el equipo económico

Para los analistas, se trata de una estrategia válida en varios sentidos:

-En primer lugar, porque les permite a particulares y empresas contar con una referencia del costo del dinero para el mediano plazo.

-En segundo orden, ya que reduce la dependencia del mercado de crédito en dólares.

-En tercer término, porque ayuda al Gobierno a tapar (un poco) el bache fiscal sin tener que profundizar aún más el ajuste

-Como cuarto punto, ya que abre una perspectiva de crecimiento del mercado argentino de capitales. 

"La apuesta de Prat Gay es continuar emitiendo deuda en pesos con un doble objetivo", afirman desde la consultora Macroviews.

Y completan: "Por un lado, para que la Argentina sea receptora permanente de fondos del exterior, que colocan parte de su liquidez en bonos de países emergentes emitidos en su propio signo monetario. Por otro, para que estas colocaciones sean el germen de un mercado financiero local más amplio".

En cuanto al primer punto, los funcionarios intentan repetir la estrategia implementada por varios países del "vecindario". Principalmente, la de México y Brasil y, en menor medida, la de Colombia y Perú.

Estas economías lograron captar fondos con riesgo muy diversificado y beneficios más altos que las inversiones conservadoras y seguras.  

En cuanto al segundo (ampliar el mercado de capitales doméstico), el macrismo cuenta con una clara ventaja inicial: parte de un piso muy bajo.

En otras palabras, cualquier mejora dará lugar a significativos repuntes, lo que le permitirá sacar un buen rédito político

Los de afuera quieren pesosLa estrategia de colocar bonos en pesos quedó plasmada en la última suscripción que, en su gran mayoría, fue absorbida por inversores del exterior.

Por el lado del título a 10 años:

-El monto adjudicado fue de $53.600 millones

-Las ofertas resultaron 20% más elevadas ($63.500 M)

Además, se cerró otro título a siete años:

-En total, se colocaron $22.700 millones al 16% anual

-También las ofertas sobrepasaron en un 20% el monto inicial

Entre ambos títulos, el equipo económico consiguió $76.300 millones, el equivalente a unos u$s5.000 millones.

En numerosos reportes, la emisión fue calificada como "histórica", por tratarse de la primera que realiza un gobierno argentino en moneda local a tasa fija y a varios años.

La lectura que hizo el Gobierno es que los inversores del exterior se hicieron de estos bonos porque interpretan que el país ya entró en "desinflación".

¿Por qué? Sencillamente porque sólo bajo esa premisa puede resultar atractiva la apuesta por un tipo de interés fijo y en pesos.

Más aun, si la proyección de Sturzenegger se cumple (caída del índice inflacionario al 5% en 2019), canalizar su dinero a estos títulos -que ofrecen 15% en moneda local- resultará un "buen negocio".

Pero, además, este flujo inversor está dando por sentado otra cuestión no menor: un comportamiento totalmente estable del dólar.

Esto es lo que les permite amplificar sus ganancias en esa moneda,  pedaleando la "bicicleta financiera".

En el gremio de los analistas, el consenso es que la buena recepción de estos títulos significa un voto de confianza al Gobierno sumado, claro está, a cierta dosis especulativa: una alta rentabilidad en dólares

Sea una u otra la causa, lo cierto es que "la mezcla sirve como puente de financiamiento para el sector público y abre mayores posibilidades para el sector privado", afirma el economista Rodolfo Santángelo. 

Los de adentro quieren dólaresA contramano de los pesos que demandan los inversores extranjeros, los argentinos se siguen volcando a los billetes verdes. 

En este sentido, las cifras son contundentes: en lo que va del año, la "fuga" al dólar totaliza cerca de u$s12.000 millones. 

¿Es mucho o es o poco? Por lo pronto:

-Ya equivale al de los cuatro años de vigencia del cepo (2012 - 2015) 

-Se acerca a la de unos de los períodos de mayor fuga mensual (2008 – 2011)

Algunos analistas entienden que este proceso responde a que muchos ahorristas perciben que hay –nuevamente- "olor" a atraso cambiario.

En este sentido, el directivo de una casa de cambio tradicional señala que sus clientes comparan el precio actual con el que pagaron en la previa a las vacaciones del año pasado.

Recuerda que "hace exactamente un año el blue superaba los $16 y el dólar tarjeta rondaba los $13". 

En la práctica, esto se traduce en una significativa demanda de divisas para viajes al exterior. Según estimaciones privadas, este año por este concepto se totalizarán u$s8.000 millones. 

Si se amplía el análisis a lo sucedido en los últimos años y se ajustan las diferentes cifras a valor presente, se observa que la cotización actual ($15,50) es la más baja desde 2002. 

Incluso, si se quieren encontrar números similares o menores hay que remontarse a los años de fines de la convertibilidad.

Los argentinos ya tienen desarrollado un olfato único para detectar cuándo hay atraso cambiario.

En la medida en que ven que este proceso se agudiza empiezan a "encanutar dólares", incrementar sus viajes afuera y a "quemar" la tarjeta. Algo de eso se está viendo en estos tiempos. 

Ahora bien, ¿cuánto es la compra promedio por operación? Si se toma como referencia lo sucedido en septiembre en el mercado oficial, las adquisiciones totalizaron u$s1.600 millones, de acuerdo con el siguiente detalle:

-El 46% fue por menos de u$s10.000

-El 21%, entre u$s10.000 y u$s50.000 

-El 17%, entre u$s50.000 y u$s500.000

-El 9%, entre u$s500.000 y u$s5.000.000

-El 7% restante, por encima de esa cifra (ver cuadro). 

De los datos consignados por el Banco Central se desprende que una gran mayoría es el público minorista.

En el comparativo con lo sucedido sobre el final de la era K, aparecen dos grandes diferencias:

-Gran parte de las adquisiciones ahora se realiza en el circuito formal, por lo que el mercado marginal se redujo en forma sustancial. 

-En segundo término, una elevada proporción de dichas operaciones tiene como destino final las cuentas de depósitos en moneda extranjera en bancos locales

Sobre este último aspecto, adquirió particular importancia la decisión de las entidades de haber habilitado las operaciones por home banking, que facilitan la adquisición de divisas

Para hacerse de dólares, el ahorrista necesita una cuenta en dólares en la que se acredita la compra. De este modo, ha ido perdiendo fuerza el retiro de billetes

El hecho de dejar los billetes depositados no hace otra cosa que poner de manifiesto el cambio de expectativas de los ahorristas, habida cuenta de que hasta no hace mucho tiempo lo consideraban riesgoso.

Por cierto, el atraso cambiario y la facilidad del home banking no son los únicos factores que impulsan los saldos de depósitos.

También juegan a favor los pagos de los cupones de las diferentes series de bonos en dólares que van engrosando el caudal en las cuentas bancarias.

La combinación de un dólar atrasado, la facilidad de adquirirlos vía web y la renta obtenida de los títulos llevaron a los depósitos verdes a un nivel cercano al récord.

Los del sector privado ya están a un paso de alcanzar el máximo de noviembre de 2011, días después de la implementación del cepo.

Hablando en plata, rozan los u$s15.000 millones, registro que significa un repunte de poco más del 25% frente al cierre del 2015.

Hasta fines de septiembre, ese incremento se fue dando de modo gradual y se debió, más que nada, a lasconstantes compras en el mercado cambiario.

A partir de octubre comenzó a tomar impulso el movimiento de cuentas asociado al blanqueo (ver cuadro). 

¿Alcanza la lluvia de dólares para torcer el rumbo?Ya se viene hablando sobre los beneficios y los efectos colaterales que traería la tan mentada lluvia de dólares para la economía real. 

No obstante, poco se ha mencionado sobre la "dolarmanía" de los ahorristas y de sus consecuencias.

Analistas consultados por iProfesional consideran hasta necesario que sean los propios argentinos –no sólo los extranjeros- quienes se interesen por las inversiones en pesos

Según Santángelo, "la colocación de bonos en pesos a 10 años y a tasa fija ha sido un paso positivo y un voto de confianza al Gobierno". En particular, de inversores externos

Sin embargo, el otro gran voto de confianza "sería que ese bono en pesos lo compren los argentinos en vez de dolarizar sus portafolios”. 

En su opinión,  ese comportamiento marcaría un punto de quiebre más relevante.

Incluso, considera que resultaría más trascendental que baje el nivel de compra de billetes verdes de los ahorristas locales que el hecho de que lluevan dólares de financistas externos.

Por cierto, su opinión es compartida por varios de sus colegas.

Santángelo está convencido de que los programas económicos se fortalecen y pueden extenderse en el tiempo cuando logran un objetivo: revertir esa pasión de los argentinos por ir en busca de la divisa estadounidense. 

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