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La esperanza, lo último que se pierde: 7 de cada 10 argentinos aún creen en un bono salarial de fin de año
27/12/2016 - 13:02hs

Si bien los adultos no creen en Papá Noel, son varios los que al escribir su carta imaginaria para la Navidad 2016 le pidieron dos cosas: aumentos de salario para recuperar el alicaído poder adquisitivo y un bono de fin de año, como propuso el Gobierno nacional, que permitiera hacer frente a los gastos de las vacaciones y las Fiestas.

Sucede que mientras las consultoras privadas calculan que la inflación cerrará el 2016 con una suba de alrededor del 40% anual, las empresas avanzaron con incrementos salariales que, en promedio, fueron del 33,4%, según relevó Mercer. 

Si bien se prevé que el año próximo las remuneraciones se ubicarán entre tres y cuatro puntos por encima de la suba de precios -lo que propiciaría un incremento del poder de compra-, esta recomposición no completaría las expectativas que los empleados en relación de dependencia tienen de cara al inicio del nuevo ciclo. 

Según último informe de la consultora Randstad, el 76% de los argentinos esperaba que su empleador pagara un bono de fin de año, como hizo el Gobierno nacional y como obtuvieron algunos gremios como el de camioneros y aceiteros.

Más aún, prácticamente ocho de cada 10 aspiraba a obtener, sobre el cierre de 2016, un aumento de salario, de acuerdo al Randstad Workmonitor del último trimestre. 

Sin embargo, está claro que esta expectativa de parte de los trabajadores quedará simplemente en una expresión de deseo. 

Sucede que sólo el 13% de las grandes compañías y subsidiarias de multinacionales que operan en el país decidieron dar ese beneficio para fin de año, de acuerdo con Mercer. 

Según aclararon los expertos de Randstad, esta expectativa de los argentinos se ubica por sobre el promedio global. 

De acuerdo con el reporte, el 49% de los trabajadores que la consultora encuestó en más de 30 mercados esperaba cobrar un bono de fin de año, mientras que un 53% aspiraba a un incremento en su sueldo.

La incidencia de la coyuntura local se evidencia aun más al comparar la expectativa de este año con la de fines de 2015, cuando apenas el 43% de los empleados argentinos indicó que tenía la expectativa de recibir un bono, mientras que un 53% preveía un ajuste salarial en diciembre.

Andrea Ávila, CEO de Randstad para Argentina y Uruguay, estimó que estas diferencias "se explican por la incidencia del debate público suscitado en el país alrededor de la idea del pago de un bono generalizado, como mecanismo de recomposición del poder adquisitivo y de incentivo al consumo".

"Más allá de la coyuntura en la que incide la persistente inflación, el bono es cada vez más utilizado por las compañías para impulsar la productividad e incentivar la performance de sus colaboradores", aclaró.

ConfianzaMás allá de estas diferencias coyunturales que los trabajadores argentinos mostraron en el estudio y que en la consultora vinculan con la discusión pública que se dio en los últimos meses, hay otro aspecto clave vinculado con las expectativas a nivel doméstico

El mismo está relacionado con que, sobre el cierre del año, los empleados manifestaron que tienen menos miedo de perder su trabajo que al principio de la gestión del actual Gobierno. 

Luego de picos de 9% y 7% en el segundo y tercer trimestre, este temor disminuyó considerablemente en los últimos meses, estabilizándose en un 4%, un valor en línea con la media histórica que mide Randstad.

Al respecto, Ávila sostuvo que "si bien perdura aún cierto clima de incertidumbre, prevalecen por ahora el optimismo y la visión positiva que han incidido en una importante baja del miedo a perder el empleo".

Para la ejecutiva de Randstad, lo que sucede es que se estabilizó el clima de expectativas y temores; un fenómeno vinculado al plano de las percepciones y que afecta a todos los sectores y actividades en forma prácticamente similar, sin tantas distinciones.

"El miedo a perder el trabajo se disparó en gran medida por el debate que se generó sobre el tema del empleo público a partir del cambio de Gobierno y por un contexto en el que se combinó una alta expectativa generada con la nueva gestión, por un lado, y una economía que no dio muestras aún de recomponerse", explicó a iProfesional.

"Esto generó un debilitamiento de la confianza y un cierto pesimismo respecto del mercado laboral de corto plazo", analizó sobre los meses en los que ocurrieron picos de inestabilidad entre los trabajadores.

En paralelo, durante este último trimestre, la búsqueda activa de un nuevo empleo bajó tres puntos porcentuales en relación con el trimestre previo, situándose en un nivel del 14 por ciento. Esto estuvo vinculado con que la confianza en encontrar un nuevo puesto fue del 66% en el último Randstad Monitor, dos puntos menos respecto del tercer trimestre.

"En situaciones de cierta incertidumbre como la actual, donde el rebote de la economía se hace esperar, los trabajadores tienden a ser más conservadores en sus decisiones. Una baja en la confianza en el mercado laboral genera que haya menos personas en búsqueda activa de un cambio de trabajo, dando como resultado una baja movilidad laboral", afirmó Avila.

En este punto, lo que para los analistas de Randstad actúa como determinante es que la economía no da señales claras que permitan un mayor optimismo.

Entonces, el comportamiento de los argentinos se torna más conservador, la rotación se retrae y declina la confianza en el mercado laboral.

En estas instancias, relató Ávila, "también los empleados tienden a tomar menos riesgos, por ejemplo, ante una propuesta que implique dejar su actual trabajo, su antigüedad, sus beneficios y todo lo positivo que significa lo conocido, versus tomar riesgos al pasar a otra compañía".

Optimismo modelo "2017"A tono con el espíritu de balance que se da en esta época del año, el informe de la consultora reveló también las expectativas de los argentinos de cara al año próximo.

Los resultados muestran que "claramente prevalece el optimismo": el Randstad Workmonitor dio cuenta que el 63% de los trabajadores argentinos espera que la situación económica del país mejore en 2017.

Sólo un 33% de los consultados consideró que la situación del país y de la economía va a empeorar.

En este punto se perciben dos grandes factores que inciden en esta evaluación: "Por un lado, el clima de balance típico de fin de año, que tiende siempre mirar con optimismo el futuro. Por el otro, la expectativa puesta en el Gobierno que, con altibajos por la demorada reactivación de la economía, aún después de un año se sostiene en la opinión pública", indicó la CEO de la consultora. 

Estas expectativas positivas están en niveles similares a los registrados en Brasil (64%), Holanda (62%) y Turquía (60%), al tiempo que superan a la media global, que se ubicó en 52%. 

En el otro extremo, los países más pesimistas sobre la posibilidad de una mejora en la economía en 2017 son México (26%), Japón (25%) y Grecia (19%).

En el mismo sentido, 43% de los encuestados argentinos indicó que su empleador tuvo un mejor rendimiento financiero este año que el anterior y el 65% aseguró que espera que la empresa en la que se desempeña tenga una mejor situación en 2017.

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