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Cavallo: la "Trumponomic" traerá un shock externo peligroso para Argentina

La reforma tributaria que promueve el presidente de EE.UU. podría generar un efecto deflacionario en el resto del mundo y generar presiones devaluatorias
02/02/2017 - 18:14hs
Cavallo: la "Trumponomic" traerá un shock externo peligroso para Argentina

El ex ministro de Economía Domingo Cavallo alertó en su blog personal que el plan económico que impulsa el presidente estadounidense, Donald Trump, podría influir de manera negativa en la Argentina.

De acuerdo con Cavallo, el país debería producir un fuerte ajuste fiscal para evitar dos riesgos: "una interrupción repentina en el ingreso de capitales financieros puede aumentar" y "el fantasma de una fuerte devaluación estanflacionaria".

El análisis del exministro predice que no habrá un efecto inflacionario interno, pero sí un efecto deflacionario en el resto del mundo. Y que el precio en dólares que los bienes que se le venden a la primera potencia decrecerá 20%.
Cavallo concluye con un pedido a Mauricio Macri para use "los próximos nueve meses para repensar su estrategia económica" y que su equipo esté "preparado para implementar un plan de estabilización y desarrollo apenas clausurados los comicios que remueva el riesgo estanflacionario".

La columna completa

La economía argentina post-elecciones legislativas enfrenta desafíos internos importantes, tales como completar el re-alineamiento de los precios relativos que fueron muy distorsionados por el intervencionismo kirchnerista, producir una reducción importante del gasto público como porcentaje del PBI y eliminar o al menos reducir el impacto de la carga impositiva sobre la inversión y sobre los costos de producción.

A estos desafíos internos es muy probable que se agreguen los derivados de la reforma tributaria que a instancias de Trump puede sancionar el Congreso de los Estados Unidos.

Por lo que ha trascendido hasta ahora, Trump y los estrategas tributarios republicanos planean dos cambios fundamentales en el impuesto a la renta de las corporaciones.

Uno, consiste en bajar al 20% la tasa de ese impuesto, que hoy está en el 35. 20% es la tasa que predomina en la mayor parte de los países en los que las corporaciones estadounidenses invierten. Hasta ahora, si esas corporaciones obtienen utilidades en el exterior y los repatrian, tienen que pagar la diferencia entre el impuesto a la renta pagado al fisco extranjero y la tasa del 35 %. Para evitar pagar esta diferencia, las empresas estadounidenses, hasta ahora, venían invirtiendo sus utilidades en el exterior.

A partir de la reforma que reduzca la tasa del impuesto a la renta de las corporaciones en los Estados Unidos al 20%, ese desaliento a la repatriación de capitales desaparecerá.

El otro cambio importante es que no permitirán deducir de la renta de las corporaciones los pagos por importaciones y declararán exentos los ingresos por exportaciones. Esto equivale a poner un arancel del 20% a las importaciones y darle un subsidio del 20% a las exportaciones.

Como el Saldo de la Balanza comercial de los Estados Unidos está determinado por la diferencia entre la inversión y el ahorro, que no tiene porqué cambiar con la nueva política impositiva, el dólar tenderá a apreciarse con respecto a las monedas del resto del mundo en alrededor del 20 % para que los precios internos de exportaciones e importaciones se mantengan inalterados en los Estados Unidos.

No habrá efecto inflacionario interno, pero habrá un efecto deflacionario en todo el resto del mundo. En el resto de los países el precio en dólares los bienes que entran en el comercio exterior de los Estados Unidos bajará alrededor del 20 %.

El efecto esperable sobre la economía argentina de este cambio tributario en los Estados Unidos es un shock externo consistente en caída de los precios en dólares de las exportaciones y aumento de las tasas de interés para la deuda privada y pública que necesite colocar en los mercados del exterior. Algo muy parecido a lo que ocurrió al final de la década del 90 y durante los años 2000 y 2001, hasta mediados del 2002.

Por consiguiente, si Argentina no produce un ajuste fiscal importante, el riesgo de una interrupción repentina en el ingreso de capitales financieros puede aumentar y el fantasma de una fuerte devaluación estanflacionaria volverá a aparecer en el horizonte.

Yo espero que el presidente Macri, además de preocuparse por el resultado de la elección de octubre, pueda utilizar los próximos nueve meses para repensar su estrategia económica y tener a su equipo de gobierno preparado para implementar un plan de estabilización y desarrollo apenas clausurados los comicios que remueva el riesgo estanflacionario.