El Gobierno hizo efectiva este lunes la baja de aranceles de 35% a 0 a la importación de notebooks, netbooks, computadoras de escritorio y tablets, lo que podría bajar los precios hasta 50% en los comercios.

Pero este beneficio sólo corre para los importadores de artículos informáticos y no así para los particulares que viajen al exterior.

En este caso, sigue vigente el monto de la franquicia de fijado por la AFIP para el ingreso de bienes del exterior.

Esta franquicia es de u$s300 para los pasajeros mayores de 16 años y de u$s150 para los menores de esa edad.

En caso de ingresar un artículo con un importe mayor  a esos montos, el pasajero deberá abonar un impuesto equivalente al 50% del excedente de la franquicia.

“La Aduana, para evitar esa fuga de dólares, pone una tasa límite. Hay que recordar que el año pasado unos 2.900 argentinos viajaron a Chile. Supongamos que cada uno gastó u$s1.000, son casi u$s3.000 millones que se fugaron", indicó Rubén Oscar García, presidente de la Cámara de Importadores de la República Argentina (CIRA), a Infobae.

García opinó, además, que esta medida será  “buena” para los consumidores, aunque alertó que no puede extenderse el “arancel cero” para todos los sectores de la industria.

 “Hay que analizarla en un contexto, que no afecte a la mano de obra y trabajo argentinos, a cuenta de que la mayoría de la industria local de productos tecnológicos se arma en Tierra del Fuego, y depende de importaciones", señaló.

"En general, diría que la mercadería que se compraba en el país era cara y con tecnología vetusta, pero las medidas a tomar son parte de un conjunto y no deben analizarse aisladas para saber si son efectivas", remarcó.

No obstante, indicó que las licencias no automáticas –implementadas por el ex secretario de Comercio, Guillermo Moreno– es otra de las grandes trabas pues “no salen” como esperan los importadores, que consideran que el sistema es perverso.