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La divisa cerró febrero a $15,76 para la venta al público, 12 centavos más que en el mismo mes de 2016. El "efecto crowding out" que preocupa a economistas
28/02/2017 - 15:58hs

La trayectoria del dólar en la Argentina sorprendió a todos. Una vez liberado el cepo cambiario, la divisa empezó a moverse a contramano de la última década y se depreció respecto del año pasado.

Pese a que la inflación registró más altos en 25 años, solo comparable a 2002 y 2014, el billete verde dejó de ser refugio del ahorro, para convertirse en una inversión con rendimiento negativo.

Lo curioso es que esta depreciación de la moneda norteamericana se produjo con libre flotación, sin la intervención del Banco Central en el mercado de cambios.

En escasas ocasiones en los últimos 14 meses la entidad que preside Federico Sturzenegger buscó fijar un precio -piso o techo- para el dólar; fue la oferta y la demanda en la plaza mayorista la que estableció su rango de cotización.

En bancos y casas de cambio el billete verde se pagó al cierre de febrero a $15,76 para la venta en promedio. El 29 de febrero del año pasado costaba 15,88 pesos, un 0,8% más, según informó Infobae.

En tanto, la cotización mayorista, mercado donde actúan bancos y empresas, cedió 0,6%, de 15,58 a 15,48 pesos.

El propio Sturzenegger brindó en 2015 un análisis exacto para entender qué pasó en meses subsiguientes -y para sorpresa de muchos-, cuando declaró que terminadas las restricciones en el mercado de cambios "el gran desafío va a ser evitar una fuerte apreciación del peso como resultado de la entrada de capitales".

La realidad es que el cambio de expectativas en la Argentina se produjo en el plano financiero y, efectivamente, se registró un importante ingreso de capitales.

Pero la llegada de fondos no se concretó aún en proyectos de infraestructura y producción, sino que se trató de endeudamiento en dólares por el que optaron el gobierno nacional y las provincias -urgidos por el déficit fiscal- y en menor medida por las empresas, ante la oportunidad de financiarse en exterior a tasas más bajas.

Muchos economistas denominan a este presente como un "efecto crowding out", que se traduce como una expulsión o desplazamiento debido a que la emisión de deuda pública desvía o acapara los fondos que debieran destinarse a la inversión del sector privado, indicó Infobae.

La fuerte inyección de dólares en el último año por las emisiones soberanas y corporativas sobreabastecieron el mercado de cambios, que no llegó a absorber esa magnitud de dólares, hecho que se evidenció en la debilidad del precio del billete verde.

No es un factor excluyente, pues se sumaron las estacionales liquidaciones de exportaciones de la agroindustria y un exitoso blanqueo de capitales, que aportó una porción de los más de u$s100.000 millones efectivizados.

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