Un monto millonario de dólares quedará descongelado a partir de los primeros días de abril. Se trata de nada menos que u$s7.000 millones que se depositaron en efectivo en cuentas bancarias para entrar al sinceramiento fiscal y que obligatoriamente había que dejar seis meses sin tocar.

La única excepción fue para aquellos que aplicaron ese dinero exteriorizado a la compra de inmuebles o autos, es decir activos registrables.

Pero ahora con semejante cantidad de dinero que quedará liberado la gran incógnita es qué va a pasar con esos fondos. La intención de los bancos, pero también de las sociedades de Bolsa y hasta del propio Gobierno, es que ese dinero quede dentro del sistema, en vez de ser retirado para que vuelva al colchón o a la caja de seguridad.

Para la gente es fundamental buscarle algún destino ya que en caso de mantenerse cash hay que pagar Bienes Personales. En cambio, si esos fondos tienen como destino un plazo fijo, títulos públicos o incluso bonos provinciales en pesos o dólares, el inversor queda eximido del pago tanto de Bienes Personales como de Ganancias.

Por eso, el peor negocio sería en principio retirar ese dinero para mantenerlo en efectivo. A partir de ahí se abre un abanico grande de opciones. El Gobierno, por ejemplo, pretende seguir captando dólares de pequeños ahorristas a través de la emisión de Letes, que pagan una tasa de interés en dólares mucho más atractiva que los plazos fijos.

Por eso no sería extraño que se produzca otra ola de subas en los activos argentinos, especialmente bonos, pero tal vez acciones. Esto es teniendo en cuenta la cantidad de dinero que quedará liberado y podría volarse a activos que ofrecen una renta atractiva.

Pero los agentes de Bolsa también están preparando distintos tipos de propuestas para sus actuales o potenciales clientes, con el objetivo de empezar a hacer rendir ese dinero. Se trata de dólares que, según Infobae, hasta ahora se pueden poner a trabajar, ya que hasta ahora se mantenían dentro del circuito informal. El desafío es doble: sacarle una buena rentabilidad a la inversión y minimizar el efecto fiscal de estar blanqueado.