Mientras Lázaro Báez volvía al penal de Ezeiza después de pasar un día entero en la clínica Los Arcos por un chequeo del corazón, se confirmaba que el empresario detenido hace un año por la ruta del dinero K tiene una cuenta junto a sus cuatros hijos, Martín, Leandro, Luciana y Melina por u$s25 millones.

El exhorto con la confirmación llegó hace diez días al despacho del juez Sebastián Casanello, que lo resguarda en una caja fuerte.

La cuenta se abrió a través de la fundación panameña trucha Kinsky en el banco Safra y además de a Báez complica mucho a Martín, el hijo mayor del empresario K, porque ya está procesado por esta causa y por los videos donde se lo ve contando plata en La Rosadita.

También es delicada la situación de los otros tres hijos. El juez los había indagado a todos, pero no había resuelto nada sobre el pedido de detención que había presentado la UIF.

En las últimas horas habían llegado a Buenos Aires la exesposa de Báez, Luciana y Melina para visitarlo en Los Arcos. El empresario volvió anoche al penal de Ezeiza.

Después de los estudios coronarios por una arritmia, los médicos del Cuerpo Médico Forense (CMF) que revisaron Báez confirmaron que el detenido no tiene ninguna enfermedad coronaria.

El empresario había sido trasladado el martes a la noche para que le realizaran estudios después de sufrir una arritmia severa, aunque siempre estuvo fuera de peligro, y pasó la mañana acompañado por Norma Calismonti, su exesposa.

Casanello ordenó la intervención del CMF, cuyos peritos concluyeron, al igual que el personal médico de la clínica Los Arcos, que Báez podía ser dado de alta.