Venezuela cuenta únicamente con u$s10.000 millones en reservas, y la mayoría de esos activos no son en efectivo. Hay unos u$s7.000 millones en lingotes de oro.

Como contraparte, el país que dirige Nicolás Maduro tiene muchas cuentas que pagar y pronto. Adeuda unos u$s6.000 millones para el resto del año.

Tampoco hay señales de que la única fuente de ingresos de la nación -las exportaciones de petróleo- puedan cubrir esas deudas.

Si llega a incumplir este año, no podrá recibir más préstamos para pagar por insumos básicos como alimentos y medicamentos, que ya escasean en las góndolas venezolanas.

En 2011, Venezuela tenía u$s30.000 millones en reservas, pero para 2015 apenas contaba con u$s20.000 millones.

En tanto, violentas protestas contra el gobierno de Maduro ya sumaron más de 20 muertos en los últimos días, y más manifestaciones están programadas para este fin de semana. Las fuerzas armadas enfrentaron a los manifestantes con gas lacrimógeno y disparos.

El martes, el Fondo Monetario Internacional (FMI) predijo que la inflación en Venezuela se dispararía a 720% mientras que el desempleo llegaría por arriba del 25 por ciento.

Todo hace pensar que este probablemente será el cuarto año de recesión, durante el gobierno del presidente Nicolás Maduro, quien culpa a Estados Unidos y a la oposición de los problemas del país.

Para pagar sus deudas el año pasado, el gobierno venezolano empezó a enviar parte de su oro a Suiza, ya sea para servir como aval para un préstamo o para ser intercambiado por efectivo, recordó la CNN en español.

Hasta ahora, Venezuela pagó a sus acreedores en lugar de abonar importaciones básicas de alimentos y remedios para sus ciudadanos.