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Al margen de la intención de impulsar el empleo privado, el anuncio del plan "Empalme" aún deja algunas dudas que pueden hacer tambalear la iniciativa
02/05/2017 - 11:45hs

El presidente Mauricio Macri anunció el lunes el lanzamiento de un programa de subsidio a las empresas que incorporen trabajadores beneficiarios de planes de empleo.  Se trata del plan empalme. 

Existe una gran variedad de planes. Entre los que se destacan, Argentina Trabaja, Más y Mejor Trabajo, Construir Empleo. Casi todas las ayudas económicas llegan hasta los $4.000 mensuales.

En el acto por el Día del Trabajo, Mauricio Macri dijo que el Gobierno seguirá pagando a esos trabajadores el subsidio actual que las empresas tomarán como parte de pago del salario.

El Gobierno apuesta a que al estar eximidos de pagar una parte del ingreso del trabajador, el menor salario y costo laboral que pagarán esas empresas las lleve a incorporar más gente.

Se denominó a este plan empalme porque apunta a que los beneficiarios de planes de empleo puedan “empalmar” con un empleo estable y registrado.

Desde que el trabajador ingrese a trabajar en una empresa privada, el Gobierno seguiría pagando el subsidio durante 24 meses.

Al margen de la intención de impulsar el empleo privado, el anuncio del plan empalme aún deja algunas dudas.

Queda precisar si los aportes y contribuciones patronales se pagarán sobre la totalidad del sueldo o solo sobre lo que efectivamente paga la empresa.

Otro punto es si el plan empalme comprenderá a todas las empresas por igual, al margen del tamaño y rentabilidades de los sectores. O estará dirigido a las empresas más pequeñas.

La duda o el temor mayor se concentra en saber si los trabajadores con empleo no serán sustituidos por los que se incorporen a través del programa empalme, aprovechando el menor sueldo efectivo a cargo de las empresas.

La realidad marca que el empleo privado formal de trabajo en relación de dependencia no logró repuntar en los últimos 5 años. El fracaso no es atribuible sólo a los costos laborales sino a la caída de la inversión y del consumo.

Muchos convenios salariales tienen básicos y hasta salarios que no están muy alejados de la línea de pobreza, valorizada por el INDEC en poco más de $14.000 para una familia tipo.

La mitad de los trabajadores registrados cobra un sueldo bruto de menos de $17.426 mensuales. A su vez, la mitad de la población con ingresos percibe menos de $10.000 mensuales.

Es un hecho que con el retroceso registrado durante 2016, el PBI estuvo en los mismos niveles de 2011. Es un estancamiento de 5 años.

Por ejemplo, ahora, al reactivarse la obra pública, el empleo en la construcción volvió a crecer, luego de más de un año de retroceso del sector.

Así y todo, el sector privado, liderado por la industria que cuenta con una capacidad ociosa de más del 35%, a febrero pasado registraba 33.200 trabajadores menos que en enero de 2016.

Otro problema no menor refiere a la calidad del empleo porque los últimos datos oficiales indican que la mayor creación de empleo registrado en los últimos meses tuvo lugar entre los monotributistas, trabajadores de casas particulares, monotributistas sociales y el sector público.

Mientras tanto, como lo recordó ayer el Ministro Jorge Triaca, hay “4,5 millones de trabajadores que están en la informalidad y un millón y medio de trabajadores que están desocupados”.