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Un perfil de las seis mujeres y los seis hombres que dieron el veredicto que condenó a prisión perpetua al femicida. Cómo reaccionó cada uno
07/06/2017 - 16:43hs

Doce personas llegaron a un acuerdo: Fernando Farré es culpable de homicidio agravado por el vínculo y por tratarse de un femicidio, por lo que fue condenado a prisión perpetua.

Lo primero que tuvieron que votar fue al presidente de ese jurado, la persona que se pararía frente al juez y que diría cuál sería el veredicto. El elegido fue Gonzalo, 35 años, empleado al que su jefe no le creyó cuando le contó que tenía que faltar al trabajo porque le había tocado ser jurado en un juicio.

Entre las doce personas (seis hombres y seis mujeres) había mayoría de desempleados, algunos jornaleros y también estudiantes. Sus edades iban desde los 24 años hasta los 65. Ninguno de ellos dudó a la hora de votar.

“Estábamos convencidos, cuando nos sentamos en la mesa cada uno expuso sus argumentos y todos coincidíamos en que Farré se merecía la perpetua, no cabía otra posibilidad”, agregó el presidente. El debate, puertas adentro, duró menos de dos horas.

Comieron pastel de papa juntos. Era el plato del día del restaurante Habeas Corpus, al que fueron en cada cuarto intermedio. Siempre custodiados por dos o tres oficiales de la policía, hasta cuando iban al baño. Es que la orden era clara: no podían tener contacto con nadie externo a ellos. El anonimato era sagrado, indicó el diario Clarín.

Uno de ellos, por ejemplo, se quedó dormido en varios pasajes del juicio. Inclinaba el cuerpo hacia adelante, cerraba los ojos y así quedaba por varios minutos, en general cuando se escuchaban audios o se leían conversaciones de WhatsApp.

Otra mujer lloró cuando escuchó la desgarradora declaración de Sandra Schaefer y hasta apartó su mirada cuando en una pantalla mostraron las fotos de cómo quedó el cuerpo de la víctima luego de ser asesinada por su esposo. Y fueron cinco los que se quebraron en la lectura del veredicto.

También debió decidir Ariel, de 24 años, el jurado que más le clavaba la mirada a Farré. “No tengo palabras, no puedo explicarlo porque me emociono. ¿Si me generó algo la carta de Farré? Nada, no me movió un pelo. Y al resto tampoco”, le dijo al citado matutino.

La estrategia de la defensa era generar alguna empatía con el acusado. La votación del jurado le dio categóricamente la espalda.