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Hamburgo está sitiada por las protestas antiglobalización: cien heridos y decenas de detenidos

La premier alemana Angela Merkel tildó a las manifestaciones como "inaceptables". El operativo de seguridad está compuesto por cerca de 20 efectivos
07/07/2017 - 20:03hs
Hamburgo está sitiada por las protestas antiglobalización: cien heridos y decenas de detenidos

Manifestantes anticapitalistas sembraron el caos este viernes en la ciudad alemana de Hamburgo, que alberga la cumbre del G-20, incendiando vehículos, lanzando bengalas contra helicópteros de la policía y bloqueando a la primera dama estadounidense, Melania Trump, en su residencia.

Cientos de activistas de izquierda radical forzaron a la esposa del presidente estadounidense, Donald Trump, a cancelar su programa.

La policía de Hamburgo tuvo que pedir refuerzos de otras partes de Alemania, mientras que la canciller alemana, Angela Merkel, tildó las manifestaciones violentas de "inaceptables".

Merkel, anfitriona del G-20, afirmó que ella entendía a los manifestantes pacíficos pero que las protestas violentas, que "ponen vidas en peligro", son "inaceptables".

Antes del concierto programado el viernes por la noche en la Filarmónica del Elba, al que debían acudir los mandatarios y sus cónyuges, los manifestantes trataron de bloquear los accesos a la sala de conciertos.

A las 17.15 (10.15 de la Argentina), unos 500 manifestantes, muchos del grupo Attac, emergieron por las calles aledañas y se concentraron a unos 400 metros del resplandeciente edificio, rodeado de agua.

Un cordón policial protegía la única calle que desemboca en el puente de acceso al auditorio, de reciente construcción. Al final, fueron dispersados por la policía, que tenía sus cañones de agua listos para disparar, y los mandatarios pudieron llegar al sitio.

Respuesta masiva En la víspera de la cumbre de los líderes de las 20 primeras economías del mundo, la protesta que llevaron a cabo unas 12.000 personas degeneró en violencia.

Después de que un grupo de unos 1.000 manifestantes enmascarados rechazaran dejar su rostro al descubierto, como pidieron las autoridades, la policía antidisturbios respondió con cañones de agua y con gases lacrimógenos.

Los enfrentamientos entre la policía y los manifestantes duraron horas en las calles de la segunda ciudad Alemania, dejando 111 policías heridos, según las autoridades.

No se sabía cuántos manifestantes resultaron heridos. Andreas Blechschmidt, uno de los organizadores de las manifestaciones, criticó una respuesta "masiva" y exagerada por parte de la policía, que echó mano de las porras.

"La policía debería haber reaccionado proporcionalmente. No era necesario. Mucha gente resultó herida", declaró Blechschmidt a la cadena N-TV. Unas 30 personas fueron arrestadas.

"La guerra, el cambio climático, la explotación son el resultado del sistema capitalista que el G20 apoya y que 20.000 policías están defendiendo aquí", afirmó Georg Ismail, que participó en la protesta.        

El gato y el ratón Los disturbios comenzaron el viernes temprano cuando grupos de manifestantes, bien organizados, trataron de bloquear el acceso al recinto del encuentro a las delegaciones oficiales.

Y consiguieron ralentizar los cortejos diplomáticos que intentaban abrirse camino en medio de la agitación, y de paso perturbar un poco el inicio de las negociaciones del G-20.

Se quemaron numerosos vehículos, algunos de ellos de la policía, y nubes de humo negro cubrieron parte del centro de Hamburgo y del barrio cercano de Altona a inicios de la mañana.

La policía, que vigilaba el lugar con media docena de helicópteros, atajó rápidamente la movilización con sus agentes antidisturbios, cañones de agua y gases lacrimógenos.

Según Benjamin Laub, de 53 años, su barrio se asemeja a una zona "en estado de excepción" desde hace días.

"Hace ya una semana que se escuchan helicópteros constantemente, los buses están detenidos, la gente deja sus automóviles aparcados en sus casas y, por primera vez en Alemana, me llevo mi pasaporte cuando salgo" debido a los controles policiales, se quejó.

En cambio, Markus Munch, de 48 años, no mostró mucha simpatía por esos "idiotas" que se estaban manifestando.

"Es una catástrofe total que una minoría pueda provocar un altercado así. Esos idiotas no tienen  nada mejor que hacer que manifestarse. Tienen que sacarlos de aquí", declaró Munch.

"Con 200 personas hemos mostrado a millones que es posible llevar la protesta a las calles, que no debemos aceptar todo lo que viene de arriba", declaró uno de los manifestantes, que no quiso dar su nombre por temor a las represalias de la policía.

"Y creo que hemos dado a conocer un mensaje bastante bueno: que es posible protestar y que uno no tiene por qué tener miedo de la policía", afirmó.

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