Miles de personas formaron desde el domingo una fila de ocho cuadras a la espera de que abran las rejas de la iglesia de San Cayetano, en el barrio de Liniers, donde desde la medianoche pudieron ingresar para pedirle al santo cristiano por Trabajo y Salud o agradecer por distintos motivos.

Esa fila se multiplicó este lunes, cuando abrieron las puertas de la iglesia.

Entre los fieles hay muchos sin trabajo que se acercan y le rezan al santo.

En el camino al templo, la música de chacareras, el mate compartido, las rondas de oración y los puestos de venta de estampillas, rosarios e imágenes de San Cayetano pueblan las veredas y calles de un barrio en el que, año tras año, los vecinos sienten la fe de los miles de devotos que se acercan desde distintas partes del país a rezarle al patrono del Pan y del Trabajo.

Susana Gómez es una de las "incondicionales" de San Cayetano, que después de años de hacer la vigilia para ver la imagen del santo espera sentada a las puertas de una de las salidas del templo a que los feligreses le compren una espiga "bendecida" con la imagen del santo.

"Tengo 76 años y vengo desde los 20, pero ya no pido, solo agradezco por lo que tengo", contó Susana a Télam.

Gómez es jubilada y madre de cuatro hijos que, admitió, no puede perderse la ceremonia "porque lo necesito. Si no vengo me siento mal".

Según la mujer, más allá de la fe en Dios y en el santo, su principal motivación para ir todos los años es "la enorme alegría en el corazón que me llevo cada 7 de agosto cuando me voy para mi casa. Es indescriptible, me alegra la vida", dice y sintetiza el sentir de la inmensa mayoría de los fieles.

ProtestaMovimientos sociales y gremios nucleados en la CGT y la CTA Autónoma realizan este lunes por la mañana una marcha desde la Iglesia de San Cayetano, ubicada en el barrio porteño de Liniers, a la Plaza de Mayo bajo las consignas de "Pan, Paz, Tierra, Techo y Trabajo".

La marcha, organizada por gremios y organizaciones sociales, recorre 10 kilómetros entre Liniers y Plaza de Mayo.

El secretario general de la CTA Autónoma, Pablo Micheli, valorizó la "estrategia de unidad" que expresará la movilización.

En tanto por la Confederación de Trabajadores de la Economía Popular (CTEP) Esteban "Gringo" Castro dijo que la motivación de la marcha es que  “vivimos en un país que produce alimentos para 400 millones de personas y no somos capaces de garantizar la comida para nuestros pibes. Por eso, seguimos pidiendo la plena implementación de la Emergencia Social y la declaración de la Emergencia Alimentaria”, agregó.

En tanto uno de los triunviros de la CGT, Juan Carlos Schmid, consideró que “la situación social y económica vive un cuadro complejo y difícil. Hay una serie de acontecimientos que tienden a agravarla".

A su vez el coordinador general de Barrios de Pie Daniel Menéndez afirmó que la marcha "conjuga los reclamos de los humildes y de los trabajadores con una de las fechas más importantes para miles de creyentes, San Cayetano".

La movilización provocó la reacción de la Casa Rosada.

La ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, criticó la marcha de las organizaciones sociales a Plaza de Mayo al sostener que "convertir" a la celebración religiosa de San Cayetano "en una movilización es una barbaridad, de muy bajo nivel".

Las respuestas no demoraron en llegar. El dirigente de la Confederación de Trabajadores de la Economía Popular (CTEP) Juan Grabois cuestionó a la ministra, a la que definió como "provocadora profesional" por haber cuestionado la marcha a Plaza de Mayo.

El también asesor del Pontificio Consejo Justicia y Paz del Vaticano, en línea con el jefe de Barrios de Pie, Daniel Menéndez, alertó que la funcionaria nacional "tendría que estar más preocupada por la desaparición de Santiago (Maldonado), a manos de una fuerza de seguridad que está a su cargo, que por una pacífica y democrática manifestación popular".

Grabois se refirió así al joven platense que fue visto por última vez el 1 de agosto en la localidad chubutense de Cushamen, en una protesta mapuche desalojada por la Gendarmería Nacional. "Patricia Bullrich es una provocadora profesional", retrucó el dirigente de la CTEP.

"Además, no sé de qué libro, de qué manual sacaron que la religiosidad popular y las luchas sociales están disociadas o no pueden ir de la mano. Siempre la historia de nuestra patria... Desde la propia independencia de nuestra patria, las luchas sociales...", sostuvo Grabois.

Y completó: "Desde la basílica de San Cayetano, en 1982, plena dictadura militar, salieron las columnas que reclamaban pan, paz y trabajo a la dictadura. Siempre hubo una asociación. Los que tienen una visión reduccionista del ser humano consideran que la religión es una cosa absolutamente privada".