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Son dos modelos producidos en China. Su representante, Alberto García Carmona, explicó cómo será el desembarco en la Argentina, donde se fabricó en los 60
12/09/2017 - 12:13hs

Hace poco menos de un año, en el marco de Autoclásica (la feria de autos antiguos más tradicional de la región), Alberto García Carmona, un ex ejecutivo de General Motors, confirmaba que la automotriz alemana Borgward estaba diseñando un plan para volver al país.

Se trataba del regreso de la marca no solo a este mercado, sino que la confirmación se daba en paralelo con su expansión mundial, ya que después de 50 años de estar sin actividad, el nieto del fundador, Christian Borgward, decidió en 2015 revivir la compañía.

El proyecto de desembarco en el mercado local terminó de definirse ayer, cuando se anunció que los primeros modelos de la marca llegarán al país en el primer cuatrimestre de 2018.

García Carmona junto con Victor y Juan Tolosa, empresarios que lideran una red de concesionarios en el país, serán los representantes de la firma.

En diálogo con iProfesional, García Carmona explicó que a partir de 2018, Borgward estará comercializando en la Argentina dos SUV.

Son los Utilitarios Deportivos SUV BX7 y BX5, los cuales se fabrican en China.

El BX7, que ya se dio a conocer en el Salón  de Frankfurt en 2015, tiene un tamaño medio -4,71 metros de largo -, con un nuevo motor 2.0 turbo con 224 CV de potencia. Este motor va asociado a una caja de cambios de doble embrague de siete relaciones. Tiene tracción total, y una arquitectura de motor delantero.

El plus que destacan los inversores sobre este lanzamiento es que será en sintonía con su desembarco en mercados mundiales, especialmente en Alemania, donde se comercializarán antes de terminar 2017.

Esto quiere decir que la presencia en la Argentina será una de las primeras de la marca en el mundo, en esta segunda etapa de vida.

La decisión de concretar los planes tan rápidamente es porque confían en la marca y su pasado, ya que Borgward se fabricó en la Argentina en la década de los '60, siendo el modelo Isabella el más recordado.

"Lo importante de la marca es básicamente que tiene una tradición en el país, y eso nos animó a recuperar la historia y armar un plan de desarrollo", comentó el directivo.

Los vehículos están posicionados es una franja intermedia que permitirá al consumidor de SUV tener un modelo con muchos detalles de calidad, una buena motorización y prestaciones, por encima de sus pares, destaca el directivo.

En una primera etapa, se importarán de China, donde están fabricando a partir de un acuerdo con proveedores alemanes. Más tarde, la planta de Bremen replicará el mismo proceso, la segunda etapa industrial que tiene la compañía.

Su origen chino, pero con tecnología alemana, es un aspecto que se destaca desde la marca para vencer cualquier prejuicio que aún exista sobre la fabricación en el mercado asiático.

García Carmona fue contundente al destacar que "hoy China se está transformando en el primer fabricante de autos en el mundo, porque lo que hace es replicar procesos industriales, y es lo mismo que se fabrique en cualquier lugar del mundo en tanto se replique el proceso. Lo que debe existir una red de proveedores y recursos humanos para establecer la planta", agregó.

Los primeros en la regiónPor ahora, el desembarco de Borgward en la Argentina será el primero de la región, y también la mira está centrada en la posibilidad de que la marca se fabrique o ensamble en Latinaomérica.

García Carmona destacó que "siempre es importante tener en el horizonte que algo puede suceder".

Para su llegada, están desarrollando un plan de red de concesionarios en todo el país, que arrancará en 2018. Los primeros puntos de venta estarán en la Ciudad y el Gran Buenos Aires, pero no descartan que se extiendan hacia el interior.

En cuanto a los dos SUV, antes de fin de año se lanzarán en Alemania, y pocos meses después llegarán a la Argentina.

Borgward lleva recién un mes y medio de fabricación en esta nueva etapa de su vida.

En cuanto a los competidores, buscarán un lugar entre los SUV de Hyundai y Kia, es decir los coreanos, y los premium de Audi, BMW y Mercedes Benz.

"Buscaremos darle un valor agregado por encima de la competencia, posicionarnos en un segmento que crecerá y que por eso necesita un plus. Hay que darle al consumidor precio, producto y accesorios", explicó el directivo.

En cuanto al contexto local, y al momento que vive la industria, destacó que es muy importante el crecimiento en ventas que está teniendo para su llegada, porque permite posicionarte en un marco de crecimiento, donde es más fácil ganar un lugar.

"Se puede aprovechar el potencial que tiene el mercado, pero es importante establecer una relación con esta marca que es nueva. La gente tiene que conocerla y luego la elegirá porque se producirá una ecuación mágica entre rendimiento de producto y servicio", comentó.

El servicio de post-venta será clave en su éxito, según destacan los socios en este proyecto, más en un segmento que será cada vez más complejo por el aumento de la competencia.

En cuanto a la posibilidad de incursionar en alguna otra marca después de esta experiencia, García Carmona explicó que el lanzamiento de una firma es según las características del vehículo, y en esta hay que invertir mucho por el segmento al que pertenece.

"Hay que invertir en el desarrollo de red de concesionarios, apoyarlos, y desarrollar un plan de marcadeo que sostenga el crecimiento. No es cualquier marca y debemos concentrarnos", finalizó.

Su historiaEl legado de Borgward en la Argentina es clave para que los empresarios se hayan arriesgado a esta nueva etapa.

El modelo Isabella, fabricado en la década de los '60 en Córdoba, fue un éxito nacional, y aún quedán fanáticos de ese auto.

Borgward Argentina fue fundada en 1954 en el país, como un joint-venture de Carl F. Borward HMBH y IAME (Industrias Aeronáuticas y Mecánicas del Estado) destinado a equipar al recordado Rastrojero.

El motor era fabricado en la planta que Borgward tenía en la localidad de Isidro Casanova, provincia de Buenos Aires, a un ritmo de producción de 20 unidades por día con casi 800 empleados.

La fabricación del automóvil Isabella se realizaba en la provincia de Córdoba, donde se integraba a los motores argentinos, componentes locales (cristales, baterías, neumáticos) y el resto de las piezas provenientes de Alemania.

La producción comenzó en 1960 en pleno auge del desarrollo de la industria automotriz argentina con un plan de producción de 500 unidades para ese año.

Cuando la casa matriz alemana cerró sus puertas en 1961, la operación pasó a tener control local, continuando poco tiempo más hasta completar la fabricación de un total de 1.050 automóviles durante la corta vida en el territorio argentino.

Su regreso se da a meses de comenzar su nueva etapa, en la cual se buscará recobrar lo mejor del pasado y suman nuevas tecnologías a estos modelos.

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