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¿Cielos cerrados?: resistencia sindical a "low cost" complica a Dietrich y a las aerolí­neas
14/09/2017 - 16:09hs

Protestas sindicales, vuelos cancelados, pasajeros furiosos, denuncias, gremialistas que pronostican catástrofes aéreas: el inicio de los "cielos abiertos" está transformándose en algo muy distinto de lo que había imaginado inicialmente el Gobierno

Y, a esta altura, en el sector aeronáutico quedó instalado el interrogante sobre si el país, efectivamente, podrá contar con un sistema de aerolíneas "low cost" o si esta iniciativa chocará contra la barrera infranqueable de la oposición gremial.

La primera parte del plan oficial salió a pedir del ministro de Transporte, Guillermo Dietrich, y su equipo. En el arranque, un nutrido pelotón de empresas se movió rápidamente para hacer pie en un mercado virgen en varios aspectos. 

Se comprometieron inversiones multimillonarias, se solicitaron rutas a destinos postergados, se reavivó la idea de poner en funcionamiento nuevas terminales y de recuperar aeropuertos en desuso. 

Sin embargo, en el marco de la nueva audiencia pública convocada para incorporar nuevos jugadores al mercado, un actor que ya había mostrado resistencia a la idea de los vuelos baratos, mostró su amplio poderío para trabar la inminente operatoria de las "low cost".

Los sindicatos, agrupados en un frente que nuclea a cinco de las seis organizaciones de trabajadores más fuertes del sector, llevaron a cabo una protesta que derivó en la cancelación de todos los vuelos previstos para la jornada del miércoles 6 en Aeroparque. 

La medida tuvo como objetivo dejar bien en claro que ninguno de estos gremios permitirá el inicio de actividades de las nuevas aéreas.

Sólo un sindicato se mantiene al margen de este bloque: la Asociación Argentina de Aeronavegantes (AAA), que ve en la postura de ese frente una acción política partidista y no un reclamo real por las condiciones laborales que caracterizan al modelo "low cost".

"Están jugando políticamente, son todas organizaciones ligadas al kirchnerismo. Por supuesto que adherimos a las advertencias sobre la seguridad aérea, pero entendemos que hay organismos de control para garantizarla", señalaron a iProfesional desde el entorno de Juan Pablo Brey, titular de AAA.

Así, la Asociación Argentina de Aeronavegantes dejó en claro que está en desacuerdo con una 'guerra preventiva', tal como impulsan esos sectores.

En la vereda de enfrente al sindicalismo, lo que antes era un simple temor fue mutando para transformarse en una certeza: los gremios serán el primer, principal y último gran "obstáculo" para el plan oficial de cielos abiertos.

Incluso, ese frente común se muestra con el "poder de fuego" suficiente como para ahuyentar a las aéreas interesadas en operar en suelo local.

En términos de potencia comercial, la europea Norwegian aparece como la que cuenta con mayor espalda para hacerse fuerte en este segmento de negocios. 

En diálogo con iProfesional, su responsable de Comunicación y Relaciones Institucionales, Alfons Claver, reconoció que la Argentina "es el primer mercado que se muestra tan hostil" a la llegada de la aérea.

"Nunca hemos enfrentado algo así en el resto de los países donde opera Norwegian. Quizás en Francia notamos algunas reticencias al principio, pero eso se disolvió enseguida", expresó.

Aun así, mantiene su esperanza: "En Buenos Aires dialogamos con los Ministerios de Transporte y Turismo y todo indica que podremos volar".

Sin embargo, hay quienes confiesan que, puertas adentro, el clima en Norwegian no es el más calmo tras la reciente medida de fuerza. 

Más aun, aseguran que raíz de la conflictividad sindical en la Argentina, la firma viene avanzando con la apertura de una sede comercial en Santiago de Chile.

Turbulencia generalizadaEspecialistas del sector coinciden en que el poderío sindical responde más a la impericia del Gobierno para negociar que al mérito de los gremios en unirse para fijar su oposición.

"El conflicto era algo que ya se veía venir, pero los funcionarios hace tiempo que demuestran que no están prestándole atención a lo que ocurre entre las organizaciones", sostuvo a iProfesional Diego Dominelli, director de Aviación en Argentina.

"Los gremios no se unieron de un día para otro. La conflictividad se fue acelerando tras la salida de Isela Costantini de Aerolíneas", aseguró.

En su visión, al plan inicial pergeñado para trabar cualquier intento que amenace la supremacía estatal en el aire, los sindicatos le sumaron un argumento "servido en bandeja". 

Y es el de que varias de las nuevas compañías que intentan ingresar en el rubro aerocomercial doméstico están muy "flojas de papeles". 

FlyBondi, por caso, declaró un capital social de 96.000 pesos. 

A la firma Buenos Aires International Airlines (que pidió nada menos que 178 rutas en la última audiencia) se la vincula con los hermanos Juan y Christian Maggio, ex propietarios de Southern Winds

Esta aerolínea fue investigada por el traslado de 60 kilos de cocaína de Buenos Aires a Madrid, en septiembre de 2004. 

"Que personajes como los Maggio quieran volver y estén a un paso de obtener los permisos, demuestra que no hay seriedad en el proceso de entrada de nuevas aerolíneas", sentenció Dominelli.

"Esto no pasa desapercibido para los gremios, que han hecho de la seguridad operacional un pilar. El Gobierno se buscó un conflicto que puede ir para cualquier lado", completó.

También suscita controversias Servicios Aéreos Patagónicos (SAPSA), firma con la que la empresa de ómnibus de larga distancia Vía Bariloche pretende incursionar en el negocio de los vuelos baratos

SAPSA solicitó 41 rutas, entre ellas varias internacionales. Lo particular del caso es que volaría a Lisboa con unidades CRJ 200, según la Administración Nacional de Aviación Civil (ANAC). 

Los expertos señalan que esto es algo técnicamente imposible, dado que se trata de aparatos con autonomía sólo para destinos de cabotaje.

Franco Rinaldi, reconocido experto del mercado aeronáutico, coincidió señalar los errores del oficialismo al momento de negociar la entrada en vigencia del nuevo modelo de negocios. 

Bajo su óptica, el Gobierno fue uno de los grandes perdedores en la última medida de fuerza y no tuvo la habilidad suficiente como para evitar los inconvenientes y las cancelaciones. 

"Días atrás se vio a los gerentes de las aerolíneas muy enojados por la decisión de impulsar una audiencia pública, siendo que lo que ahí se dice ni siquiera es vinculante. Fue darle argumentos a los sindicatos para que refuercen su frente ya armado", aseguró a iProfesional.

Este especialista avizora un futuro cercano con paros y medidas de fuerza, ya que los sindicatos entendieron que el camino es instalar en la sociedad la idea de que el Gobierno impulsa una apertura indiscriminada de los cielos, sin tomar en cuenta aspectos como la seguridad.

"Si se quiere avanzar, las compañías tendrán que cerrar convenios colectivos de trabajo como los que rigen, por ejemplo, para Aerolíneas Argentinas. Caso contrario, el clima empeorará", dijo.

"Desde APA ya avisaron que si no hay convenios colectivos, pondrán todo su esfuerzo para que no vuele un solo avión nuevo. Los gremios están blindados entre sí para impedir el ingreso de cualquier aerolínea", completó. 

La protesta recién empiezaEntre las organizaciones también se impone otra certeza: la resistencia a gran escala es la forma para mantener el escenario aéreo tal como está. 

Desde la Asociación del Personal Técnico Aeronáutico (APTA) su titular, Ricardo Cirielli, anticipó a iProfesional que las protestas y los paros serán una constante.

Además, advirtió que los sindicatos van a accionar "política, gremial y judicialmente para impedir que el Gobierno avance con su plan".

En concreto, el frente gremial sostiene que el sistema aéreo hoy día está colapsado y que la apertura de cielos no hará otra cosa que agravar las deficiencias operativas.

Según Cirielli, esas mismas falencias fueron las que generaron situaciones tales como la reciente desaparición de la avioneta siniestrada tras el despegue en San Fernando.

Los sindicatos aseguran que el sistema de radarización actual presenta graves inconvenientes y que dará lugar a un incremento en el número de accidentes

"Estamos viviendo lo mismo que en los '90, cuando Carlos Menem abrió el mercado a más empresas. El resultado fueron desastres como el de LAPA y la desaparición de empresas creadas para aprovechar el momento, tal como ocurrió con Dinar Líneas Aéreas", repasó el dirigente.

Cirielli le restó relevancia a los 10.000 nuevos puestos de trabajo que puede generar el plan de cielos abiertos: "Se trata de empleos que no perdurarán en el tiempo".

Otra cuestión que genera suspicacias es la coincidencia de intereses entre los sindicatos aeronáuticos y los del transporte terrestre, uno de los rubros que económicamente más "sufrirá" la mayor oferta en el aire. 

En el mundillo aéreo no faltan quienes dan por descontada una eventual alianza entre ambos apenas se activen los primeros vuelos "baratos".

"Las empresas de colectivos de larga distancia están haciendo un lobby gigantesco. No hay que extrañarse si surgen paros combinados", señaló un analista del segmento, en estricto off the record.

Empresas, en alertaUna duda que se acrecienta en el sector aéreo es cómo reaccionarán las empresas internacionales que quieren entrar al mercado desregulado luego de ver el "recibimiento" del frente sindical

¿Puede la oposición gremial mellar los planes de negocios? Claver, de Norwegian, descartó esa la posibilidad

"Nuestra entrada en Argentina es meditada. Sabíamos que los sindicatos iban a actuar, aunque no creímos que lo harían con esta fuerza. Nuestra ilusión de estar supera al problema. Venimos a crear empleos duraderos, no menos de 3.200 puestos", aseguró.

En relación con este tema, Rinaldi aseguró: "Lo que ocurrió en estos días, si bien no espantó a la empresa, hizo que entre los ejecutivos se instalara la certeza de que el mercado local está muy lejos de ser el mejor de los mundos".

Hasta ahora, la gran ausente es la voz del Gobierno. Los funcionarios se limitaron a condenar la acción gremial pero no dieron señales de querer acortar distancias con los opositores. 

Cuánto "aguantarán" las compañías un contexto tan adverso es una pregunta que asoma con fuerza y siembra dudas sobre qué tan rápido el Gobierno podrá desplegar su plan de "cielos abiertos". 

Rinaldi aportó una frase que exime de comentarios: "Lo peor que puede pasar es que, por los inconvenientes acá, Norwegian divida su estrategia y cubra la Argentina desde otros países como Chile".