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"Habrá un alto nivel de conflictividad si no hay justicia social", advirtió dirigente cercano al Papa

El referente de la CTEP, Juan Grabois, advirtió por el crecimiento de la pobreza y definió al gobierno de Mauricio Macri como un "populismo de derechas"
10/10/2017 - 15:08hs
"Habrá un alto nivel de conflictividad si no hay justicia social", advirtió dirigente cercano al Papa

El dirigente social cercano al papa Francisco, Juan Grabois, criticó nuevamente al gobierno nacional y apuntó a la falta de políticas destinada hacia la población socialmente vulnerable.

"Habrá un altísimo nivel de conflictividad si no hay justicia social", advirtió.

Y tildó a la presidencia de Mauricio Macri "oscila entre dos tendencias: un neoliberalismo dialoguista y el populismo de derechas".

Además, consideró que la ayuda económica sancionada por la Ley de Emergencia Social, destinada a los trabajadores informales y cooperativistas, "no compensa el deterioro económico que hubo en el primer año con la devaluación".

El abogado de la CTEP, de cercana relación del Papa Francisco (es asesor del Consejo de la Justicia y la Paz del Vaticano) sostuvo que "la Argentina está peor en muchos aspectos que en 2015", y alertó "en la medida en que los que gobiernan caigan en actitudes de soberbia con políticas represivas, habrá un altísimo nivel de conflictividad".

"Lo que sí está mucho peor es en cómo va avanzando un discurso intolerante, una suerte de populismo de derechas donde se apela a los instintos más bajos de la clase media", planteó el dirigente de la CTEP, cuya estrategia es utilizar a los sectores empobrecidos "como chivo expiatorio de los problemas sociales".

"Ese 70% que está dentro del sistema y ve sus condiciones laborales deteriorarse, problemas de inseguridad, y frente a eso hay dos maneras de verlo. Una es buscar las soluciones reales a los problemas, y poner la presión sobre los que están más arriba. Y otra es descargar la frustración con los que están más abajo. Esa es la estrategia del populismo de derechas", definió.

En su opinión, consideró que ese camino "es muy dañiño", porque es un discurso en el que "los malos de la película son los pueblos originarios, los niños, los migrantes, los trabajadores de las cooperativas, los vendedores ambulantes, los cartoneros", y ello "crea un clima general de intolerancia".

"Es imposible que haya paz sin niveles aceptables de justicia social", planteó Grabois. En este sentido, en una entrevista con el diario El País, deslizó su preocupación sobre el hecho de que, cuando se producen niveles de violencia en protestas o movilizaciones sociales, "los muertos siempre están del lado del pueblo".

"La cantidad de violencia va a depender de cómo sea el uso de la fuerza. Nosotros tenemos un compromiso muy fuerte con trabajar para que eso no pase", sostuvo. "Argentina tiene importantes reservas de organización popular que vamos a enfrentar cualquier ofensiva sobre los derechos de los más humildes", añadió.

Consultado sobre las tensiones internas y la buena relación de la CTEP con algunos funcionarios del macrismo, Grabois destacó algunos "avances" e "iniciativas buenas", así como "personas positivas en el Gobierno, como la ministra de Desarrollo Social", Carolina Stanley, y Mario Quintana, el coordinador del Gabinete económico.

Sin embargo, cuestionó la insuficiencia de los $30.000 millones que se destinarán en el marco de la ley de Emergencia Social.

"Son $30.000 millones en 3 años. Es muy poco. Con eso no se puede ni siquiera compensar el deterioro económico que hubo en el primer año con la devaluación", indicó sobre la legislación acordada en el Congreso en diciembre del año pasado, en un marco creciente de protestas de los movimientos y organizaciones territoriales.

En este sentido, Grabois minimizó los síntomas de recuperación económica de los últimos meses y resaltó la existencia de "dos fracturas" en la sociedad argentina, "una de carácter político e ideológico, que es ficcional, casi teatral, una sobreactuación de parte de ambos bandos porque les conviene polarizar la situación en términos electorales", mientras persiste "una grieta que es real, la grieta socioeconómica".

"Son los muros invisibles y a veces visibles que separan a los vecinos de las 4.100 villas que hay de los de un barrio de clase media. Hay un sector que se va hundiendo cada vez más en la periferia, en la miseria, en la desesperanza, que va siendo carcomido cada vez más por el narcotráfico y donde la única barrera de contención somos los movimientos populares", advirtió Grabois.