El presidente Mauricio Macri dejó atrás sus problemas de rodilla y jugó el fin de semana un partido de fútbol con los trabajadores que están realizando obras de remodelación de la Quinta de Olivos.

El Presidente sufrió varios problemas en su rodilla derecha, de la que fue operado tres veces, la última de ellas en agosto pasado, en el Sanatorio Otamendi. Sin embargo, las dolencias parecen haber quedado atrás y pudo participar del "picadito".

"Yo juego con los muchachos", dijo el líder del PRO. "Con estos muertos de la Casa Rosada no juego", bromeó antes de comenzar el partido.

El mandatario integró el equipo de los trabajadores, que utilizó camisetas azules de la selección de Japón, mientras que la otra formación compuesta por funcionarios y colaboradores del Gobierno vistieron casacas celestes y blancas de la selección argentina.

Los empleados que jugaron el partido se encuentran trabajando para transformar un sector de la residencia de Olivos, de 14.500 metros cuadrados, lindante con la avenida Maipú, en un espacio verde de libre acceso a los vecinos.