La Unesco declaró al hacer una pizza como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad. Se trata de una labor de orfebrería, donde cada detalle cuenta y es importante para el resultado final. Por eso es que la institución no ha reconocido únicamente el producto, sino “el arte tradicional de los pizzaiuoli napolitanos”. 

La pizza lleva dos ingredientes básicos –agua y harina- y apenas cuatro o cinco agregados –queso, tomate, albahaca y aceite de oliva, para la clásica Margarita, por ejemplo-. 

En la madrugada del jueves, el Comité del Patrimonio Mundial del organismo cultural de la ONU, aprobó una distinción que llevaba tiempo en revisión. Más precisamente desde 2009, cuando el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Silvicultura lanzó por primera vez la candidatura para que la pizza napolitana engrosara la presencia italiana en las listas de la Unesco. 

En Twitter, el ministro Maurizio Martina, dio a conocer la noticia de una forma muy particular. ¡Victoria!, exclamó. “Otro paso hacia la protección del patrimonio de Italia”, dijo en la red social. “El arte del pizzaiolo napolitano encierra en sí el saber hacer italiano, constituido por experiencias, gestos y, sobre todo, conocimientos tradicionales que se pasan de generación en generación. Es un reconocimiento histórico que llega después de un complejo trabajo de negociaciones que ha durado ocho años”, explicó más adelante. 

Según las estadísticas, cada persona come 7,6 kilos al año, unas 38 pizzas, mientras que en España se consumen unos 4,3 kilos por persona; en Francia y Alemania , 4,2. Lejos de las fronteras italianas, la cultura de la pizza también ha calado fuerte. En Canadá, el consumo medio asciende a los 7,5 kilos al año y Estados Unidos lidera el ranking de los amantes de esta receta; allí cada habitante come una media de 13 kilos de pizza al año.

Respecto de la historia de la pizza, se desconoce dónde y cuando nació exactamente la fórmula, que parece ser milenaria, pero la tradición de comenzar a aliñar el pan con diversos ingredientes estaba presente en las antiguas culturas romana y etrusca. Es probable que la llegada del tomate a Europa haya cambiado la concepción de la forma de cocinarla y haya añadido nuevos gustos. 

A su vez, desde la Unesco explican la importancia de la pizza para todas las personas en Italia.  “En los barrios pobres de Nápoles, la tradición culinaria se ha arraigado profundamente en la vida cotidiana de la comunidad. Para muchos jóvenes profesionales, convertirse en pizzaiuolo también representa una forma de evitar la marginalidad social”, señalan.