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Sus fortalezas son la especialización en determinados productos, la agilidad para llevar al mercado nuevas propuestas y la capacidad de innovación
27/03/2018 - 13:55hs

El paradigma de la compartición sustentado en el desarrollo de plataformas que favorecen la colaboración entre particulares ha revolucionado el mundo de las finanzas poniendo en jaque a los bancos.

El sistema financiero tradicional asiste atónito a la aparición de nuevos actores que, blandiendo estrategias de negocio disruptivas, se están haciendo un lugar en el sofisticado mercado de las finanzas.

Estas iniciativas, a menudo concebidas como startups, se las conoce como fintech porque hacen un uso extensivo de la tecnología para ofrecer distintos servicios financieros.

En definitiva, se trata de propuestas disruptivas que evitan la intermediación financiera bajo fórmulas peer-to-peer tuteladas por plataformas digitales que facilitan el acceso a la financiación.

Hoy existen múltiples e imaginativas fórmulas financieras que dan acceso a financiación a millones de usuarios y empresas mediante soluciones digitales.

Mientras los tipos de interés del BCE están por los suelos y los bancos siguen imponiendo tipos próximos a las dos cifras en los préstamos al consumo, el crowdlending, o préstamos colectivos, ocupan la primera posición en el ranking de las finanzas colaborativas.

A su vez, en un contexto donde las empresas han asistido impotentes al cierre del grifo del crédito, el crowdfunding, o inversiones o préstamos colectivos vinculados al éxito del proyecto, están desbancando el negocio del capital-riesgo clásico.

Pero éstas son sólo dos, las más grandes, de las fórmulas que se han desarrollado en el ámbito de las finanzas colaborativas. Depósitos en cuentas PayPal, criptomonedas como el Bitcoin, servicios financieros como los que ya ofrecen empresas como Facebook, Amazon, Google, Apple o Alibaba, o incluso plataformas aseguradoras donde la buena conducción del colectivo asegurado revierte en las cuotas del grupo, son algunas de las nuevas iniciativas y actores que día a día aumentan exponencialmente el número de adeptos.

Las últimas cifras ofrecidas por la Universidad de Cambridge en su segundo informe europeo sobre la situación y evolución de la industria financiera alternativa ponen de manifiesto que ha existido un crecimiento más que exponencial de este ecosistema alternativo de soluciones financieras.

El documento que lleva por título Sustaining Moment (Universidad de Cambridge, 2016) destaca que durante el período 2013-2015 el volumen de transacciones en Europa ha superado los 5.000 millones de euros.

El informe apunta a que el peso de esta industria es aún pequeño y que la ralentización de su crecimiento en el último año es el reflejo de los riesgos que esta industria debe enfrentar para transitar de la startup a formas sostenibles de financiación dentro del ecosistema de servicios financieros europeos.

¿Y que piensan los financieros tradicionales de los financieros disruptivos? Un informe del The Economist, The disruption of banking, resumió las opiniones de más de 100 ejecutivos senior de entidades financieras y la misma cifra de ejecutivos de empresas fintech.

Resulta revelador destacar que más del 90% de los banqueros entrevistados reconocieran que las fintech tendrían un impacto significativo sobre el sector.

El efecto de la "fintegración" que empezó por los propios servicios de banca online fue sólo el inicio de los cambios en el comportamiento de los consumidores financieros.

Sin embargo es sorprendente que el 54% de los entrevistados afirmara que si bien ya hace tiempo que las entidades financieras hablan de disrupción, no están aún implantando cambios significativos en esta línea.

En cuanto a las debilidades que más claramente pueden dañar el posicionamiento de la banca tradicional destacan "una visión digital, clara y estratégica", "el peligro de violaciones de seguridad" y "una cultura que se adapte rápidamente al cambio".

La otra cara de la moneda, las fortalezas que aún atesoran los bancos, es "la reputación de estabilidad", "la lealtad del cliente" y "la experiencia regulatoria y en la gestión de riesgos".

¿Y cuál es la perspectiva de las fintech? Casi la mitad de sus ejecutivos reconoce que los bancos seguirán dominando el sector si bien más de la cuarta parte sugiere que será un mix equilibrado de ambas fórmulas lo que imperará en el mercado.

En cuanto a las debilidades, las fintech reconocen la inexperiencia en la gestión de riesgos, un nivel insuficiente de capital invertido, la falta de experiencia directiva y la escasa confianza del cliente ante soluciones tan novedosas como aparentemente poco seguras.

Sin embargo, la especialización en determinados productos, la ausencia de regulación en determinados segmentos, la agilidad para llevar al mercado nuevas propuestas y la capacidad de innovación son algunas de las bazas que juegan a su favor.

A finales del milenio pasado Bill Gates vaticinó que en un futuro los servicios financieros serían necesarios, pero los bancos no. Si bien resulta evidente que los bancos deberán ponerse las pilas, pero no sólo en temas tecnológicos, puesto que la tecnología por sí sola no es intrínsecamente disruptiva, también es cierto que las fintech necesitan aún ganarse la confianza de un público mucho más numeroso para poder garantizar su continuidad.

No está claro quién ganará al final la batalla por el mercado y se plantean diferentes escenarios que pasan por una cooperación donde los bancos aprovechen los avances de las fintech para mejorar la experiencia al consumidor, una posible fragmentación o reparto de los servicios financieros, o bien una residualización del papel de los bancos donde perderían su función de intermediación bancaria dejando el trato con el cliente en manos de las fintech. ¿El tiempo le dará la razón a Gates?

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