Uno de los autos más deseados de los 90, tanto por su marca como por su estética, bien deportiva, volvió al mercado.

Se trata del Suzuki Swift, el hatchback japonés que llegá en su cuarta generación para suceder a la segunda que se vendió en 2015 (la III no llegó).

El importador de la marca, Inchape, quien también comercializa Subaru, lanzó el modelo con cinco, desarrollado sobre la plataforma que se denomina "Heartect"(la misma que utiliza el Baleno), la cual se caracteriza por ser más liviana.

A diferencia del Swift III, este tiene una distancia entre ejes mayor (2,45m contra 2,43m), es un apenas un poco más corto (3,84m contra 3,85m) y su baúl pasó de tener una capacidad de 211 litros a una superior de 242 litros.

En cuanto a la motorización, es uno de los principales cambios: el 1.4 de 16 válvulas de 95 CV fue reemplazado por el 1.2 litros de 85 CV, es decir bajó la cilindrada y la potencia. Se asocia a una caja CVT, no hay opcional de caja manual.

En cuanto al equipamiento, se ofrece en una única versión GLX, la cual tiene seguridad "Premium", destacándose el Control de Estabilidad, frenos con ABS EBD y AFU (Asistencia de Frenado en Urgencia) y una dotación de seis airbags.

Por dentro se destaca, su gran pantalla táctil de 10,5" con GPS incorporado, Mirror Link, cámara de retroceso y Bluetooth. A nivel confort, se destaca su climatizador automático, ingreso sin llave y arranque por botón, control crucero, y volante revestido en cuero regulable en altura y profundidad, entre otros.

Su valor de preventa es de 24.000 dólares y en esta primera etapa la marca tiene reservado solo 20 unidades.