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La crisis financiera mundial debilita aún más al dólar

Se da en un contexto marcado por caí­da en las tasas internacionales y desaceleración de la economí­a mundial. El rol de China y el impacto en la Argentina
16/01/2008 - 12:50hs
La crisis financiera mundial debilita aún más al dólar

El impacto de la burbuja inmobiliaria sobre el sistema financiero fue tan significativo que aunque la Reserva Federal de los Estados Unidos (FED) continúe inyectando liquidez y reduciendo las tasas, es poco probable que la restricción crediticia actual se disipe rápidamente.

Es más, para muchos, la sensación térmica de la economí­a norteamericana es que siguió empeorando. En tal sentido, M&S Consultores, expresa en su último informe que el mercado no puede sacarse de la cabeza la confluencia de elementos negativos con que arrancó el año (alzas en los precios de los combustibles y alimentos, deflación inmobiliaria, complicaciones en el crédito, turbulencias financieras, baja del empleo e inflación en alerta). Pérdidas millonarias

Según el último informe publicado por la consultora Ecolatina, las pérdidas anunciadas por los bancos a lo largo del segundo semestre de 2007 alcanzaron u$s 52.000 M para los norteamericanos y u$s 35.000 M para los bancos europeos. (Ver nota: Citigroup sufre la mayor pérdida de su historia: casi u$s10.000 M)

Si bien aún es prematuro determinar la cifra exacta, analistas especulan con que las pérdidas totales podrí­an ubicarse entre 200.000 y 300.000 millones de dólares. No es aventurado pronosticar que en este contexto el ánimo de los inversores continuará siendo muy volátil en los próximos meses y que la incertidumbre en torno de la situación del mercado financiero seguirá siendo muy elevada.Menor crecimiento

Si a estas presiones se le suma el efecto riqueza negativo que surge del desplome de los precios de las viviendas en los EEUU, el resultado será un crecimiento muy reducido del PBI en la mayor economí­a del mundo durante 2008, que muchos analistas consideran por debajo del 2%.

Pero el foco del problema se concentrarí­a en la primera parte del año, ya que existe consenso en que durante el primer semestre el ritmo de expansión se ubicarí­a en torno de 1%, como resultado de las restricciones crediticias, la continuidad en la baja de los precios de las viviendas, los elevados precios de las commodities energéticas y una suba muy acotada del consumo doméstico (existe consenso de que la desaceleración se habrí­a agudizado entre diciembre 2007 y las primeras semanas de 2008).

Es por ello que, amenazado por la recesión, el mercado financiero ya descuenta que la Reserva Federal de los Estados Unidos (FED) anunciarí­a una baja de por lo menos 50 p.b. en la próxima reunión del 31 de enero. Aunque en los últimos dí­as crece el consenso acerca de una baja que podrí­a incluso llegar a los 75 p.b.

Es más, muchos analistas y bancos ya evalúan la posibilidad de que a partir de esta reducción, las tasas de referencia en los EEUU se ubicarí­an por debajo de las establecidas por el Banco Central Europeo (BCE). Dicho de otro modo, la tasa de interés que rige para al dólar podrí­a caer por debajo de la que rige a la divisa europea.

Pero a los temores de í­ndole recesiva, se suma un factor adicional: el año 2008 es de elecciones presidenciales en EEUU, por lo que habrá una mayor preocupación oficial por reducir los costos de la crisis en términos de puestos de trabajo. Recesión al acecho

"La economí­a de los EE.UU. ya está en recesión o muy cerca de ella", se animó a afirmar Alan Greenspan, ex titular de la FED, en una entrevista concedida a the Wall Street Journal. Sus palabras fueron el detonante para derrumbar a todos los mercados del mundo.

En esa misma lí­nea, un informe sobre los riesgos globales, presentado dí­as atrás en Londres por el Foro Económico Mundial de Davos (Riesgos Globales 2008), también acerca la posibilidad de una recesión de la economí­a americana a los próximos doce meses, pronóstico con el que coinciden Merryl Lynch y Goldman Sachs en sus últimos informes publicados.

"Los inversionistas están cada dí­a más convencidos de que el consumo va a disminuir, llevando a una recesión, puesto que representa dos tercios de la actividad económica de EE.UU.", explicó a la agencia AFP el analista Al Goldman.Tasas bajas y dólar débil

Los distintos analistas consultados por infobaeprofesional.com coinciden en afirmar que un escenario de bajas tasas y bajo ritmo de crecimiento también implica que:

  • Continuará la debilidad del dólar en relación a las principales divisas.
  • El euro podrí­a alcanzar un máximo de u$s 1,55 hacia mediados de año, levemente por encima del nivel actual (u$s 1,45 / 1,49).
  • Los precios de las principales commodities resultarí­an presionados al alza, teniendo en cuenta la debilidad en el patrón de referencia por excelencia, que es el dólar.

China garantiza buena parte del crecimiento de los emergentes

En los últimos años, China se ha convertido en uno de los principales propulsores de la economí­a mundial y es particularmente importante en el mercado de commodities.

  • En sólo diez años, las importaciones de productos primarios -incluidos los combustibles- aumentaron ocho veces.
  • Esta fenomenal suba impulsó un alza en el precio internacional de estos bienes de más de 135%.

Estos valores son más que elocuentes para afirmar que el futuro de las economí­as exportadoras de materias primas esta atado a lo que suceda con China.

Si se concreta el esperado enfriamiento de la economí­a de los Estados Unidos durante el primer semestre del año, se estima que el impacto sobre la economí­a de China sólo será marginal, pues caerí­a de 10,5% a 9,5%.

  • En cuanto al impacto en el precio de las commodities, se espera que la demanda del gigante asiático continúe con las tasas de expansión actuales.
  • Mas aún, considerando el dinamismo del consumo doméstico, el gobierno chino implementó un aumento de las retenciones al trigo, maí­z, arroz y sus derivados a comienzos de año lo que agregará presión adicional a los precios.

Con esta perspectiva, es fácil deducir que el sólido crecimiento de China amortiguará en los paí­ses emergentes el impacto de una fuerte desaceleración norteamericana. El impacto en la Argentina

En este contexto surgirán importantes implicancias para los mercados emergentes en general y para la Argentina en particular.

  • La desaceleración de la economí­a estadounidense y el menor dinamismo de las economí­as que componen la Eurozona previstas para el 2008 no son auspiciosas para nuestra economí­a.
  • En contraposición el mundo, en especial China, India y Rusia, seguirán siendo muy demandantes de productos argentinos. Abona esta teorí­a el hecho de que el crecimiento de los precios de las principales commodities que exporta la Argentina no responde a efectos meramente transitorios sino a cambios estructurales de la demanda mundial.
  • Se espera que los elementos que impulsan el consumo de estos productos se mantengan en el mediano plazo e incluso se acentúen, generando nuevas alzas en las cotizaciones.
  • En este contexto, la menor demanda proveniente de los EEUU de productos argentinos se verí­a afectada, pero principalmente en el comercio de manufacturas de origen industrial, ya que las ventas externas de combustibles y energí­a dependen básicamente de condiciones internas (escasez energética) y la fuerte demanda mundial de productos primarios y manufacturas de origen agropecuario garantiza su colocación.
  • Otro factor relevante para la economí­a argentina es la debilidad sostenida del dólar. En 2008 la moneda americana continuarí­a cediendo terreno con respecto a otras monedas pero a un ritmo más pausado.
  • Si bien se espera una fuerte apreciación del tipo de cambio real con respecto a los Estados Unidos (en torno de 11%), la pérdida de competitividad será menor (7%) pues el fortalecimiento del Euro y el Real -al igual que en 2007- moderarán la pérdida de competitividad.
  • Por último, desde el punto de vista financiero, si bien se prevé que la FED realice una importante reducción de tasas, pesan todaví­a importantes fuentes de incertidumbre que fomentan una mayor aversión al riesgo por parte de los inversores internacionales (magnitud de las pérdidas del sistema financiero, profundidad de la crisis, riesgos de recesión, etc).

Desde el comienzo de la década las condiciones internas de los paí­ses emergentes se fortalecieron y esto actúa como defensa frente a eventuales shocks externos. Esto se ve reflejado en los superávit en sus cuentas corrientes, en la acumulación de reservas internacionales y en menores necesidades de financiamiento como consecuencia de las polí­ticas de cancelación de deuda y mayor ahorro fiscal.

Su bien la disminución de las tasas de interés en los EE.UU. traerí­a alivio a los compromisos financieros de las economí­as emergentes, esto no implica necesariamente un escenario favorable para colocar nueva deuda.

Para que dicho escenario vuelva a ser atractivo, será necesario que se normalice la situación financiera norteamericana y disminuya la incertidumbre respecto del alcance de la misma. A lo que deberá sumarse la respuesta de la FED ante la crisis. Sólo de cumplirse estas condiciones, es previsible que se regenere un buen escenario para que los flujos de capitales vuelvan a privilegiar los activos emergentes.

Rubén Ramallo©infobaeprofesional.com