iProfesionaliProfesional

Tras corralito, devaluación y default, la Argentina ahora debe más que antes

Luego de largas jornadas para reducir la deuda, blindajes, déficit cero y otras medidas, la deuda actual es mayor que antes. ¿En qué se gastó el dinero?
21/06/2008 - 12:08hs
Tras corralito, devaluación y default, la Argentina ahora debe más que antes

Así­ como el reloj de un taxi va mostrando como aumenta el importe a pagar ante la mirada atenta del viajante, la deuda externa crece y crece de manera sorprendente ante el asombro de los argentinos. Lo que son metros y tiempo de espera para el aumento de la tarifa en el primer caso, es inflación en el segundo. 

Para entender la comparación: como casi la mitad de lo que debe el paí­s es deuda ajustable por CER, y como la suba de precios llegó para quedarse por un largo tiempo, "el taxí­metro inflacionario" le marca a los argentinos que cada vez es más lo que deben.

Con una deuda que a fines del año pasado ascendí­a a u$s144,7 mil millones, la Argentina debe hoy más dinero que en 2001, cuando el monto llegaba a u$s144,5 mil millones. Sin embargo, al escenario actual se suma un agravante: el acceso a los mercados de capitales del mundo está prácticamente restringido por el acecho de los holdouts (los tenedores de bonos que rechazaron el canje de la deuda) y el alto costo financiero.

A este resultado se llegó a pesar de haber declarado el default (hace tan sólo seis años), con polí­tica de desendeudamiento incluí­da y que se tradujo en una de las quitas más grandes de la historia. Además, se sumó la cancelación de la deuda con el Fondo Monetario Internacional (FMI) junto con importantes niveles de ahorro que el Sector Público Nacional ha obtenido desde 2003.

Cabe aclarar que, si se compara en proporción al PBI, se generó un marcado descenso. "La combinación de una deuda pública creciendo al 5,9% anual y un producto bruto interno (PBI) en dólares que se incrementó al 24% en igual perí­odo, hizo que la misma pase del 64% al 56% del producto entre el 2006 y 2007", explicó Ramiro Castiñeira, economista de Econométrica.

Igual que en 2001A pesar de las similitudes en la dimensión de la deuda entre 2001 y 2007, su estructura difiere entre esos dos perí­odos.

En su composición, el endeudamiento muestra una alta exposición a la tasa de inflación interna del paí­s, por ser importante la proporción atada a la evolución de los precios:

  • En 2001, sólo un 3% de la deuda estaba expresada en moneda nacional (el 97% estaba constituido por deuda en moneda extranjera).
  • En 2007, el stock quedó conformado en un 47% por deuda en pesos (39% que ajusta por CER), el 53% restante por deuda en moneda extranjera.

En cuanto a los plazos de vencimiento y concentración, se observan luego del canje un alargamiento.

  • En 2001, un 38% registraba un vencimiento menor a tres años, (actualmente ese porcentaje es 25 por ciento).

Aunque la estructura en el tiempo es más benigna, sólo durante 2007 se incrementó unos u$s8.000 mollones. Según explicó Castiñeira y el IERAL a infobaeprofesional.com, se debió principalmente a:

  • Indexación CER (u$s3.300 millones): por cada punto de inflación la deuda total aumentó en unos u$s 550 millones.
  • Variaciones en tipo de cambio (u$s1.700 millones): por cada centavo que se devalúa el dólar respecto al euro, la deuda aumenta en u$s 100 M (atenuada esta cifra por la apreciación de la moneda local respecto de la divisa norteamericana).
  • Sector público (u$s2.000 millones): una parte no menor del superávit aportado por el ANSES fue tomado por el Tesoro Nacional a cambio de letras (u$s1.200 millones) y otra parte por el BCRA a cambio de adelantos transitorios (u$s800 millones).
  • Capitalización de intereses (u$s1.000 millones): esto vale para dos de los bonos que surgieron tras el canje (Descuento y Cusipar) de la deuda pública (2005).

Los argentinos frente a todo tipo de anunciosEntre 2000 y 2001, el Gobierno intentó complementar las medidas fiscales con iniciativas en el frente financiero, implementando dos operaciones de reestructuración de tí­tulos de deuda para persuadir al público de que no existí­a riesgo de desatender el servicio de las obligaciones financieras contraí­das:

  • A fines de 2000, obtuvo un paquete de ayuda financiera (el "blindaje") que cubrí­a, con fondos locales y externos, los vencimientos de 2001 y parte de 2002. El FMI lideró la operación y participaron los acreedores locales, bancos y AFJP.
  • A mediados de 2001, se realizó un canje voluntario (el "mega-canje") en manos de tenedores privados (locales y extranjeros). La operación permitió extender el plazo promedio de los instrumentos, pero al costo de elevar el valor nominal de la deuda e incrementar el peso de los intereses. 
  • En noviembre de 2001, se llevó a cabo una segunda operación voluntaria (en realidad inducida) de canje dirigida a tenedores locales, principalmente bancos y AFJP, que aceptaron canjear tí­tulos públicos por igual cantidad de préstamos garantizados con ingresos tributarios, que brindaban menores tasas de interés.

CorralitoLa fuga de depósitos y la corrida contra las reservas, que habí­an empezado con la renuncia del vicepresidente Carlos "Chacho" Alvarez, no pudieron ser detenidas ni con la nueva ampliación en u$s 8.000 millones del crédito stand-by vigente con el FMI ni con el canje de deuda en noviembre.

Esta situación condujo a que el Gobierno impusiera, a comienzos de diciembre de 2001, restricciones al retiro de fondos de los bancos (el "corralito") y a las operaciones de cambio para limitar la demanda de divisas, preservar el stock de reservas y evitar la devaluación de la moneda, es decir, el abandono formal de la Convertibilidad.Default y Devaluación

El 24 de diciembre de 2001 se declaró la suspensión de los pagos del servicio de una parte de los u$s144.453 millones que alcanzaba por entonces la deuda pública. La medida afectó a u$s61.803 M en bonos y tí­tulos públicos y a otros u$s8.030 millones de diversas obligaciones. El remanente –deuda con organismos multilaterales (u$s 32.362 millones) y los recientemente emitidos préstamos garantizados (u$s 42.258 millones)- permaneció en situación regular.

Pocos dí­as después se decidió la devaluación del peso, lo que provocó un cimbronazo sobre la estructura contractual de la economí­a, debido a la importante dolarización de contratos heredada. Para atenuar algunas consecuencias del shock, las autoridades recurrieron a nuevas emisiones.La evolución después del default

El Gobierno intervino con el fin de mitigar la transferencia de riqueza de deudores hacia acreedores y el colapso del sistema que hubiera implicado el mantenimiento de los contratos pactados en moneda extranjera. La intervención oficial buscó administrar el "reparto de pérdidas", lo que supuso que en muchos casos el Estado asumiera parte del costo ví­a emisión de nueva deuda.

En suma, computando las distintas medidas y efectos derivados de la administración del colapso de la convertibilidad y de la declaración del default, el stock de deuda pública bruta se expandió entre diciembre de 2001 e igual mes de 2003 en unos u$s28.184 millones.Reestructuración y cancelación con el FMILuego del abandono de la convertibilidad, en la fase posterior al default, el financiamiento neto del Fondo y de los organismos multilaterales en su conjunto se tornó negativo:

  • En el perí­odo 1994-2001, la Argentina recibió financiamiento neto de los organismos multilaterales por más de u$s23.000 millones. 
  • En la fase 2002-2004, al contrario, se pagaron en términos netos más de u$s4.600 millones.

El 14 de enero de 2005, comenzó el canje de los antiguos bonos por los nuevos y en marzo de ese año, el Gobierno anunció que el grado de aceptación habí­a alcanzado el 76,15% de la deuda en default. La operación permitió reducir el stock de deuda pública en unos u$s67.328 millones y morigerar la exposición de las finanzas públicas al riesgo cambiario, pues alrededor del 44% de los nuevos tí­tulos fue emitido en moneda local. En tanto, quedó un remanente de deuda en manos de los holdouts de u$s20.000 M, que aún hoy continúan reclamando.

La polí­tica de desendeudamiento continuó en enero de 2006, cuando el FMI recibió u$s9.530 millones desde las reservas de libre disponibilidad del Banco Central (BCRA), que de esa manera liquidó de un solo pago su deuda completa con el organismo, e inició una etapa que le permitirí­a al paí­s evitar los reclamos y exigencias de la entidad.Causas de variación de la deuda desde el canje

En marzo del 2005, apenas finalizado el canje, el stock de deuda del gobierno ascendí­a a u$s125.283 millones, mientras que a diciembre del 2007 la deuda alcanzó los u$s144.729 millones. Un interrogante que surge a partir de estas cifras es por qué aumentó el nivel de endeudamiento luego del canje, si el Estado obtuvo ahorro fiscal en este perí­odo.Del aumento de u$s19.500 M registrado entre marzo del 2005 y diciembre del 2007, un informe del IERAL determinó que:

  • Un 64% fue atribuible a cuestiones macroeconómicas: la deuda habrí­a aumentado u$s15.100 millones por efecto de la inflación (atenuado por u$s2.600 millones de ganancia por cambio en canasta de monedas)
  • El restante 36% fue resultado de un endeudamiento neto positivo, por emisiones de deuda mayores a las amortizaciones y también por los Adelantos transitorios del BCRA.

Si bien el endeudamiento nominal habrí­a aumentado desde la reestructuración, este crecimiento resultó inferior al del PBI de la economí­a, con lo cual el endeudamiento relativo se habrí­a reducido. En diciembre del año pasado, el stock de deuda habrí­a alcanzado un 56% del PBI, unos 23 puntos porcentuales menos que en marzo de 2005.

Vencimientos de deuda y esfuerzo fiscal futuro

La capacidad de ahorro de la economí­a, se mide en parte por el superávit primario. Hoy ese ahorro se ve amenazado: primero, por una posible caí­da en la recaudación producto de una desaceleración en la economí­a debido a la mayor incertidumbre y, en segundo lugar, por un gasto público que no para de crecer, siendo los subsidios el componente más controvertido.

Según las últimas proyecciones del IERAL, las necesidades financieras para el 2009, 2010 y 2011 se ubicarí­an en un 4.4%, 3.5% y 3.7% del PBI.

Si se lograse mantener un superávit fiscal primario del 4% del PBI en el perí­odo 2009-2011, dice el IERAL, prácticamente se tendrí­a asegurado el pago de los servicios de deuda de los próximos tres años.

Por eso, la prudencia fiscal sigue siendo una cuestión esencial para alcanzar la sustentabilidad económica y social, tanto en el corto como en el largo plazo, ya que las posibilidades de conseguir financiamiento externo son reducidas: los holdouts amenazan con embargar las transferencias de fondos internacionales, en tanto, el riesgo que supone prestarle a la Argentina incrementa el costo de financiamiento que se ve reflejado en la escalada del riesgo paí­s y el derrumbe de los bonos. 

Para no cumplir con los condicionamientos del FMI, el gobierno no está dispuesto a solicitarle financiamiento cuyo costo estarí­a en un 5%, por lo que recurre a Venezuela, que presta al 13 por ciento.

El director del departamento de economí­a de Deloitte, Luis Secco, advirtió dí­as atrás en una conferencia frente a empresarios que los vencimientos del año que viene podrí­an complicar el escenario financiero, al tener que afrontar unos u$s11.000 M. Según explicó el economista, el aumento del gasto público deja al Gobierno con cada vez menos margen para cumplir con sus compromisos y, sobre todo, cuando un tercio del aumento lo explican los fondos destinados a subsidios:

  • en 2006 se pagaron $8.800 millones
  • en 2007, $16.000 millones
  • en 2008, $35.000 millones

Los expertos coinciden en cuestionar aquellos subsidios que se pagan para que no aumenten las tarifas de servicios públicos, para paliar la escasez energética y contener los aumentos de precios.De Generación en generaciónPasan los gobiernos, se realizan todo tipo de anuncios, pero la realidad indica que la deuda externa argentina continúa creciendo y a paso muy firme. Es así­ como esta generación y las que vienen deberán soportar poco a poco una mayor mayor carga tributaria. La deuda seguirá, por los siglos de los siglos...Veronica Dalto© infobaeprofesional.com