Estudian proyecto de ley para regular empresas familiares
Era fin de año y el clima de festejo tentaba a los socios de una fábrica de chocolates a llevarse a sus hogares los deliciosos productos que elaboraban. Más allá de ser los responsables de la compañía también eran miembros de la misma familia. Pese a que esto parecía liberarlos de la necesidad de rendir cuentas y ajustarse a reglas, en realidad fue el detonante de la discordia cuando uno de los hermanos se llevó una bolsa de chocolates, otro retiró cinco cajas y el tercero cargó todo lo que pudo en su camioneta.
Con normas claras, y mejor aún escritas, todo hubiera sido distinto. Aquello que para uno era un abuso y para otro era algo justo ya no hubiera dado lugar a dudas y discrepancias.
Este ejemplo es parte de la realidad que viven en la Argentina el 70% de las empresas que se encuentran en funcionamiento y que son familiares.
Entrevistado por iProfesional.com, Eduardo Favier Dubois (h), quien preside el Instituto Argentino de la Empresa Familiar (IAEF), advirtió que los conflictos de este tipo se desatan continuamente en dichas compañías y que la falta de normas que las regulen puede llevar a que un problema termine en la disolución de la firma.
Así, ante la falta de un marco normativo adecuado, que permita dirimir conflictos internos, incluso ante el caso de reclamos judiciales, es que el experto afirmó que desde la entidad ya están analizando un proyecto de reforma a la Ley de Sociedades Comerciales.
"Estamos estudiando alguna propuesta legislativa que contemple alguna flexibilización de la Ley 19.550", resaltó el titular del IAEF.
En este sentido, aclaró que "en nuestra legislación no hay ninguna norma específica que trate sobre la referida materia. Hay algo aislado en el Código de Comercio, en la Ley de Sociedades y algo más cuando se habla del bien de familia en el establecimiento, que es el sustento familiar".
También señaló que en los tribunales generalmente no se tratan casos específicos de la empresa de familia lo cual se traduce en un mayor vacío normativo que aviva la necesidad de impulsar el mencionado proyecto de ley.
La iniciativa cobra mayor relevancia para los titulares de estas empresas especialmente si se considera el papel clave que tendría desde el plano de la gestión empresaria, el enfoque jurídico y también el psicológico.
Según aclaró el especialista, el proyecto que estudian en la entidad que conduce impactaría "en materia de gestión porque no es lo mismo administrar una compañía familiar que una que no lo sea, en el aspecto jurídico debido a que en la Argentina no hay una ley que contemple estas sociedades y desde el ángulo psicológico porque se dan problemas puntuales como en cualquier familia, pero que si no se superan, pueden terminar perjudicando los intereses de la propia firma".
La clave: crear un protocolo
Para poder separar el ámbito familiar y laboral, y a los fines de mantener la armonía en ambos aspectos es necesario redactar un protocolo. Esta idea podría ser receptada por el proyecto que tiene bajo análisis Dubois.
Se trata de un contrato entre la compañía y la familia, que firman todos los integrantes-dueños de la empresa para decidir cómo se van a manejar ante distintas situaciones.
En este sentido, un problema típico que resaltó Favier Dubois es el que surge cuando "a la firma la funda el padre, pero una vez que éste muere o se quiere retirar la actividad tienen que seguir sus hijos. Si no está reglamentado cómo continuar, se multiplicarán los inconvenientes".
El mencionado protocolo debería tener en cuenta, entre otros aspectos:
- La sucesión de los cargos.
- Cómo se va a retirar el fundador.
- La relación entre los administradores y los familiares dueños que no administran (los primeros tienen una tendencia a no repartir ganancias y los otros pretenden que éstas se incrementen). Vale destacar que en las empresas de familia el reparto es mínimo porque lo que se trata es de capitalizar la empresa ya que, en principio, la idea es que sea el soporte económico de aquella durante muchos años.
- El trabajo de familiares que se incorporen y las condiciones en que lo van a hacer, entre ellas el salario, vacaciones, premios y gratificaciones.
- La ayuda a familiares en dificultades (por viudez o atención a menores).
Así, el protocolo funciona como una especie de convenio de accionistas que no es oponible a la sociedad y rige para las partes que los firmaron. "La clarificación de las cuentas es fundamental. Por ejemplo, si la compañía produce un bien y uno de los socios lo retira, se debe determinar a qué precio lo debe abonar: si al costo o al monto establecido para la venta", explicó Favier Dubois.
El protocolo también sería útil en caso de que se busque profesionalizar la empresa con el ingreso de una persona externa al ámbito familiar, de modo de evitar conflictos.La situación en otros países
Al contrario de la Argentina, la sociedad familiar logró un amplio desarrollo legislativo en varios países del mundo.
En España, por ejemplo, ya se habla del protocolo de empresa familiar. Además existe una legislación que permite al padre entregar la empresa a sus hijos respetando la herencia legítima frente a quienes no participan ni van a ingresar a la compañía.
Por otra parte, en Italia está regulada la sociedad familiar de hecho, donde a todos los miembros del grupo se los considera socios y no empleados. Es decir, tienen derecho a dividendos y, en caso de que se venda la compañía, podrían llegar a beneficiarse económicamente por la operación.
Por otra parte, en el país ibérico el protocolo se inscribe en el Registro Público de Comercio.
Por último, Favier Dubois resaltó que -al contrario de lo que pasa en el mundo- en la provincia de Buenos Aires se introdujo hace poco el impuesto a la herencia lo cual también es un elemento más a tener en cuenta en materia de regulación normativa ya que hay que, en realidad, lo que hay que buscar es que "la empresa familiar tenga más fuerza".Sebastián Albornos
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