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Crisis fase II: los inversores "vuelven a los botes" pero esta vez no son de color verde

Un nuevo capí­tulo se escribe en la historia económica mundial. Esta vez, no todos los capitales se refugian en el billete verde. ¿A donde va el dinero?
28/04/2010 - 10:06hs
Crisis fase II: los inversores "vuelven a los botes" pero esta vez no son de color verde

"Un paí­s se resfrí­a, hay temor de contagio, el mundo se complica y los inversores vuelven a los botes de salvataje", es la frase que se escuchó afirmar a un reconocido directivo de uno de los bancos lí­deres del paí­s, cuando intentó graficar qué es lo que está pasando en el mundo en relación a Grecia y a esta nueva etapa que comienza a escribirse de la economí­a mundial.

Y esta forma de pintar el panorama actual encuentra eco en la mayorí­a de los analistas locales e internacionales.

Sin embargo, un dato clave a destacar es que -a diferencia de lo ocurrido con la crisis de hipotecas subprime- esta vez los inversores no buscan resguardo exclusivamente en el dólar, o en los bonos del Tesoro estadounidense, como sí­ solí­an hacerlo antes.

En efecto, si bien el billete verde sigue siendo la principal moneda global, la lluvia billonaria de divisas realizada por el Gobierno de los Estados Unidos -destinada a salvar a bancos y a empresas- le ha inyectado una alta dosis de debilidad.

Es así­ como los inversores del mundo, esta vez, buscan diversificar y recurrir a otras alternativas en donde resguardar su dinero.

¿Cuáles? diversas monedas (que han experimentado un notable repunte), acciones de empresas estadounidenses e, incluso, de compañí­as asiáticas. Sin lugar a dudas, el gran afectado de toda esta historia es el euro.La reacción de los inversoresLa crisis griega y sus consecuencias en el corto plazo ocupan el lugar más destacado en la agenda financiera internacional.

No sólo por la profundidad de la misma y por las escasas posibilidades de éxito que tiene el actual gobierno helénico, sino por las implicancias que esto genera en el campo de las inversiones.

En especial, en lo que hace a la relación entre las distintas monedas del mundo con el dólar y el destino del dinero de los inversores.

El economista Tomas Bulat se refirió al tema y sostuvo que los problemas que dieron lugar al colapso de las hipotecas, paradójicamente, se originaron en el sector privado y luego se transfirieron a los gobiernos, que son los que ahora cargan con una pesada "mochila".

"Cuando empezó la crisis en los EE.UU. la gente huyó de los activos privados, acciones, bonos u obligaciones negociables y fue hacia los bonos. En ese entonces también comenzó el plan de salvataje generalizado", explicó.

Bulat resaltó que "el sector privado estaba muy comprometido y el sector público salió a financiarlo. Ahora, dos años después, en 2010, lo que está pasando es al revés. El privado, por esa ayuda recibida, está empezando a recuperarse y el que comienza a sentir el peso de la carga es el sector público".

En este contexto, los inversores sienten que ahora este último es más riesgoso que el primero y huyen al privado. Es por ello que las bolsas están registrando nuevos récords en distintos paí­ses, incluida la Argentina".

Así­ lo expresó:

A partir de Grecia se escribe un nuevo capí­tulo

Los analistas consideran que el gobierno griego está atado de pies y manos. Y que no cuenta con las herramientas lógicas para enderezar la situación.

Ante esto, el mercado actúa en consecuencia.

El anuncio de ayuda por la multimillonaria suma de 45.000 millones de euros formulado el 11 de abril (algo que hace recordar mucho al famoso blindaje argentino del 2000) sólo provocó un alivio pasajero a los mercados. Pero fue sólo eso, un alivio pasajero.

Se estima que el problema de la nación helénica es mucho más profundo y que ese dinero es sólo una aspirina que no servirá para curar un mal mucho mayor. Y con riesgos de contagio.

El reflejo de esto es el costo del "seguro antidefault" (CDS) que se negocia en los mercados globales. Tras haber bajado en los dí­as posteriores al mencionado anuncio, volvió a explotar y ahora se ubica por encima de los 800 puntos básicos.

La falta de confianza se debe a que varios paí­ses miembros de la zona del euro, con Alemania a la cabeza, han exigido nuevas y durí­simas condiciones para entregarle el prometido paquete de ayuda, más allá de que los principales mercados mundiales hayan tomado conciencia de que la cifra resulta insuficiente.

"Los polí­ticos están dando una batalla perdida de antemano, al intentar convencer de que hay un plan creí­ble para resolver la crisis actual. En consecuencia, el euro cae y existe el peligro de que esta caí­da se transforme en una debacle", afirmó Michael Hewson, analista de CMC Markets.

En buen romance, el mercado financiero internacional y en especial los "euro escépticos", parecen estar más convencidos de que Grecia se encamina a un default que de las posibilidades que tiene de sortear sus actuales dificultades.

Los dichos del propio gobierno helénico, justamente, parecen confirmar esta hipótesis: "Grecia necesita 9.000 millones de euros de ayuda, a más tardar el 19 de mayo, porque sino podrí­a entrar en suspensión de pagos", afirmó este lunes el ministro de Finanzas, Giorgos Papakonstantinou.

"Esta tragedia griega recién comienza. Los 45.000 millones de euros que le estarí­an por dar el FMI y la Unión Europea sólo soluciona los problemas de corto plazo", resaltó Dario Epstein, titular de Research for Traders.

Varios analistas sostienen que el uso de una moneda común le impide devaluar para licuar costos, como hizo en su entonces la Argentina. Así­, el euro se transformó en un gran problema que le resta margen de maniobra.

"Estructuralmente el modelo no funciona sin ajuste de tipo de cambio para licuar costos. Como se ve imposibilitada de hacerlo, deberá enfrentar los malos tiempos que se avecinan con fuertes ajustes en el nivel de empleo y en el de gastos", destacó el experto.

En la misma lí­nea que Epstein, el analista Luis Palma Cané afirmó: "La incertidumbre respecto a Grecia continúa en ascenso y es probable que esta tendencia se mantenga".

En busca de otras monedas

Con el euro vapuleado por la crisis interna de la Eurozona y el dólar sufriendo las secuelas de los golpes recibidos por el colapso de las hipotecas hubo, en los últimos meses, un grupo de monedas que no pararon de apreciarse frente al billete verde.

En general, corresponden a paí­ses productores de materias primas y se han convertido en las estrellas absolutas del mercado monetario.

El secreto de su éxito no sólo radica en los bienes que sus naciones producen y exportan, sino en los modelos de gestión que llevan a cabo sus gobiernos.

Los inversores, concientes de esto, no dudan en volcarse a ellas. Y esto marca un cambio importante en relación a lo ocurrido tiempo atrás.

"Durante el colapso de los Estados Unidos la gente fue al dólar. Ahora que se está dando la crisis en Europa la gente no va al euro. Opta por otras divisas como el dólar canadiense, el australiano, la corona noruega, el real, el rublo. Es decir, va a otras monedas y es por ello que todas se revalorizaron", sentenció Bulat.

La reina de las divisas En este nuevo contexto, la corona noruega es quizá la preferida. Y es señalada por diversos analistas, entre ellos los del HSBC, como una de las mejores del mundo.

Su paí­s tiene una economí­a extremadamente saneada, a punto tal que los CDS cotizan incluso muy por debajo del de grandes naciones europeas, como Suiza y Alemania.

"El paí­s nórdico es sin dudas el más seguro de los refugios frente al riesgo soberano", señaló John Hardy, estratega de Saxo Bank.

Su divisa es:

  • La que mejor se ha comportado en lo que va del año (se revalorizó frente a las diez monedas más importantes del mundo).
  •  Subió 6% frente al dólar y 13% frente al yen japonés.
  •  Contra el euro, trepó por encima del 9%.

Las nuevas estrellas del mercado

El dólar canadiense también muestra claros sí­ntomas de robustez en su relación con la moneda del paí­s vecino. Es así­ como, en estos dí­as, logró su vieja aspiración de ponerse a la par del dólar estadounidense: desde octubre del año pasado a la fecha ya ha registrado un avance del 9 por ciento.

Otra moneda muy buscada es la australiana, también devenida en estrella de este nuevo capí­tulo: se apreció un 30% con respecto a la estadounidense desde principios de 2009.

En cuanto al real, su revalorización –menos pronunciada- encuentra eco en el mayor interés de los inversores en colocar su capital en Brasil.

En este contexto, los analistas de los bancos internacionales ven como muy interesantes las divisas de productores de materias primas y prefieren las monedas de naciones cuyos indicadores de "crecimiento e inflación" están bien definidos.

Ahora bien, ¿cuál es la gran divisa "tapada"? El yuan que, para la mayorí­a de los analistas, deberí­a revaluarse, aunque el gobierno chino por ahora trata de evitarlo.Las acciones vuelven a brillar

Ante las escasas oportunidades de rentabilidad que brindan los bonos del Tesoro de los Estados Unidos, habituales refugios en tiempos de crisis, los inversores se percataron que las acciones que cotizan en Wall Street presentaban una gran oportunidad.

Así­, hubo papeles que entre fines de octubre -cuando comenzó a surgir el problema griego- y fines de abril de este año, les permitieron hacerse de suculentas ganancias, obviamente en dólares.

Para muestra, vale este cuadro, que permite apreciar el repunte de algunas de ellas:

"Los fondos europeos buscan refugio en activos financieros estadounidenses", dijo Palma Cané.

Para los analistas de Research for Traders "hay suficiente dinero en el mundo para que las subas continúen". ¿Qué pasará con el euro?Sin lugar a dudas que lo más destacado en el mercado de divisas es el derrumbe que viene afectando al euro, frente a otras monedas como el dólar y el yen.

En su relación con el billete verde, ayer marcó un nuevo mí­nimo al tocar los 1,318. Es decir, su nivel más bajo desde la sesión del 7 de mayo de 2009.

"La incertidumbre de Grecia, lógicamente, afecta al euro. A este tema hay que agregarle una tendencia estructural a mediano plazo de devaluación contra el dólar", agregó Palma Cané.

"El euro a 1,60 era el mundo de fantasí­a de Peter Pan", sostuvo Palma Cané quien consideró que a fin de año se puede estimar una banda de 1,20/1,25 por dólar.

En tanto Epstein afirmó que "ve a la moneda común en un rango de 1,20/1,30 y no descarto que se deprecie aún más".Hacia donde van los fondos

Para el analista Gabriel Holand, de HR Global, "el flujo de capitales hacia Brasil, Rusia, India y sobre todo China resulta estratégico".

"Es una manera de subirse a una potencial suba del yuan. Además, si la moneda China sube, lo mismo sucederí­a con las divisas de sus aliados comerciales como India, Indonesia, Singapur y Corea", agregó Holand.

Si se dividen los destinos por grandes áreas geográficas, se desprende que las bolsas de EE.UU. ganaron un 10,9%, las asiáticas el 4,1% y las del Pací­fico el 2,3 por ciento.

En sentido inverso, las europeas perdieron el 3,5% y las de América latina el 5,4%. En este último caso influyó el mal desempeño de Venezuela, que contrarrestó la mejora del 0,6% de Brasil y del 2,5 por ciento del Merval.

En el último año las bolsas que más subieron, en dólares, fueron la de Indonesia (19%) y el Russell 2000 (16%), en tanto que Caracas perdió el 44%, como consecuencia de la devaluación del bolí­var.

Desde el propio FMI consideran que la crisis de la deuda europea está impulsando a los inversores hacia los mercados emergentes de Brasil, China y la India, al tiempo que los analistas sostienen que la debacle está cambiando el orden económico mundial.

"El capital fluye hacia Asia -excluyendo a Japón- y hacia América latina, atraí­do por fuertes perspectivas de crecimiento y monedas en alza", afirmaron funcionarios del FMI.

El interés por estos mercados viene de larga data, y mientras los inversores buscan exóticos "mercados de frontera" para obtener grandes ganancias, las inversiones en Brasil, China y la India se han convertido en tendencia mayoritaria. Efecto sobre el canje de deuda argentino

La mayor incertidumbre sobre lo que ocurra en Atenas y el resto de Europa podrí­a prolongarse durante varios meses.

Y todo indica que su incidencia se hará evidente a la hora de que el Gobierno argentino decida colocar nuevas emisiones en los mercados internacionales.

En otras palabras, de persistir la actual situación, la aspiración de colocar deuda por debajo de un dí­gito encontrarí­a fuertes contratiempos, en un mercado con mayor aversión al riesgo que en la actualidad.

"La crisis griega afecta negativamente al canje, pues todo aquello que aumente la incertidumbre es perjudicial para la deuda de un paí­s como la Argentina. Y máxime en las condiciones actuales, en las que se suman una deuda defaulteada en 2001, falta de credibilidad en el Indec y el déficit fiscal creciente, entre otros factores", concluyó Palma Cané. Rubén Ramallo© iProfesional.com