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Carlos Fara: "Ningún sector del círculo rojo apoya al Gobierno, pero igual puede ganar"

El analista político con más de 33 años de experiencia y 140 campañas electorales en la región dialogó con iProfesional sobre quién puede ser Presidente
01/04/2019 - 05:50hs
Carlos Fara: "Ningún sector del círculo rojo apoya al Gobierno, pero igual puede ganar"

El escenario político toma temperatura a medida que se intensifican las versiones sobre qué candidaturas son viables y cuáles podrían derivar en sorpresivas "bajadas". En ese contexto, uno de los analistas más ajetreados es Carlos Fara, analista político y encuestador con más de 33 años de experiencia y presidente de la consultora que lleva su nombre.

La trayectoria de este experto que ha participado en más de 140 campañas electorales en Latinoamérica, en las que se jacta que tuvo "una efectividad del 79%", hace que su visión  adquiera la condición de opinión autorizada.

"Lavagna le está quitando votos a decepcionados de Cambiemos, y eso no se resuelve atacándolo", subraya Fara en entrevista con iProfesional. 

Igualmente opina que "Macri tiene posibilidades de ganar, aun con una mala situación económica", y por otro lado considera que el peronismo está pasando la "peor crisis de su historia".

Fara también se destaca como el autor del primer libro en español dedicado íntegramente a la profesión, llamado "¿Cómo ser un consultor político?", que recibió el Premio de ALaCoP al "Mejor Libro 2018". Este es el resumen de su charla con iProfesional.

-Ya se vive el clima electoral y los posibles candidatos están en campaña, ¿cómo analiza esta situación?

-Es un panorama con mucha incertidumbre, un escenario abierto porque nadie puede afirmar hoy quién va a ser el próximo Presidente. Creo que se va a mantener así durante mucho tiempo, en parte por la situación económica y también porque algunos jugadores, como Cristina, no van a definir su postura por el momento.

Después, entre los otros participantes, algunos son especuladores, como Daniel Scioli o Felipe Solá, y otros están en carrera como Massa, Lavagna y Urtubey. Habrá que ver cómo evolucionan las eventuales alianzas y confluencias para ver si siguen o no en carrera.

-¿Qué aspectos va a tener en cuenta la gente a la hora de votar?

-Desde ya que el factor económico va a ser muy importante y eso define a mucha gente a votar en contra de Macri, por la mala situación económica. Y otros porque no coinciden con su rumbo, o por ambas cosas. Por supuesto está operando muy fuerte el elemento de los decepcionados al Gobierno porque tienen una puerta abierta hoy con la figura de Lavagna. De todas maneras, eso es una parte de la cuestión.

La otra parte tiene que ver con que se establecerá una elección entre dos temores: si pesa más el temor a Cristina o al ajuste de Cambiemos. Desde ese punto de vista, el factor de la oferta electoral y de los miedos hacia adelante van a pesar también.

-Y si la economía no luce tan "oscura" para octubre, ¿puede cambiar el panorama?

-Sí, sin dudas, una cierta baja en la inflación o una leve recuperación van a poner otro ánimo y generar menos angustia, algo que puede jugarle a favor al Gobierno, que es lo que necesita para poder remontar en intención de voto.

-¿Cómo lo ve a Macri como candidato?

-Yo creo que va a ser competitivo, tiene posibilidades de ganar aun con una mala situación económica. Primero, porque el proceso político de 2015 en adelante fue atípico, y tampoco se pueden sacar conclusiones automáticas para decir que con dos años de alta inflación y recesión fulminan sus posibilidades. Además, está el factor económico y de los miedos, como a Cristina o a un peronismo que no tenga suficiente músculo como para poder controlar la dirección del gobierno nacional. La situación es compleja y veo un escenario de segunda vuelta como en 2015.

-Y si ocurre el otro escenario sin datos alentadores para la economía, ¿cuál sería la estrategia del oficialismo?

-Hasta acá queda muy clara la estrategia electoral del Gobierno, que básicamente son dos patas: una es polarizar con Cristina y segundo que haya un peronismo dividido. Las dos cosas tienen que estar, no puede estar una o la otra porque sino el oficialismo corre riesgo que la elección se polarice muy rápido y le juegue en contra. Por eso Cambiemos necesita tiempo, es decir, precisa el mes de plus hasta la segunda vuelta para ver si va mejorando el clima del país y logra algo más de diferencia para ganar.

-Se ve un discurso más duro de Macri en las últimas semanas…

-En los últimos días se lo ha atacado a Lavagna, para mí es un error ponerlo en el candelero por parte del oficialismo porque es el que le está quitando votos a decepcionados de Cambiemos, y eso no se resuelve atacándolo. Me parece que esa acción de corto plazo no funciona, pero muchas otras alternativas tampoco tiene hoy para ofrecer el Gobierno porque la situación económica no mejora. Además presenta mucha dificultad para generar expectativas hacia el futuro y muestra muchos errores comunicacionales en el medio.

-Hay muchos movimientos en los últimos días en la oposición, ¿de qué manera se puede presentar?

-Creo que va a haber un peronismo dividido, algunos personajes como Urtubey, Pichetto y Schiaretti no quieren saber nada con el kirchnerismo, con lo cual tendría que haber no sólo un corrimiento de Cristina sino también una rediscusión interna muy fuerte dentro del peronismo, algo que veo muy difícil en el corto plazo.

De esta forma, veo un escenario de tres candidatos muy parecido al que hubo en la primera vuelta de 2015: dos de ellos con más fuerza (con más de 30 puntos cada uno) y un tercero más relegado, con alrededor de 20% de los votos. Y también hay que ver cómo se presenta y progresa Lavagna, todo un interrogante.

-Entonces, da por hecho que el peronismo no se va a unir…

-Lo veo muy complejo, me parece que el peronismo está pasando la peor crisis de su historia. Creo que se debe a un debate interno porque hay algunos personajes jugados a no ir con Cristina, lo que significa a que el PJ oficial rechaza a ella y al kirchnerismo, y de alguna manera confluye en Alternativa Federal. Y, por otro lado, al Gobierno le conviene que haya un peronismo alternativo para fragmentar el voto en primera vuelta, algo que está auspiciando. Toda esa confluencia de detalles hace que no haya unión en el peronismo.

-Otro de los grandes acertijos es saber si Cristina se presentará, ¿qué opina?

-Hoy es más probable que se presente a que no lo haga porque los Kirchner siempre se presentaron a todas las batallas. Sucedió en 2009 cuando podían perder, en 2013 perdieron y siguieron para adelante, en 2017 Cristina se presentó con riesgos de perder. Me parece que ellos son militantes de raza y no creo que vayan a dejar la batalla simplemente por el criterio que se pueda ganar o perder una elección.

Por otro lado, a medida que vaya pasando el tiempo será más difícil para Cristina relegar su candidatura porque eso significaría que de la noche a la mañana debería alumbrar un candidato que esté "bendecido" por ella, o con acuerdo de ella, por más que no sea un kirchnerista puro. Y eso necesita un tiempo de instalación. Si ocurre esto último, todo el mundo va a pensar que Cristina hizo una mala jugada o cometió un error generando un candidato no competitivo.

De todas maneras creo que ella no lo tiene definido ahora y probablemente no lo tenga resuelto de acá a un buen tiempo, porque el reloj juega a su favor para negociar con sus eventuales aliados.

-Respecto del peronismo, ¿qué candidatos ve como mejor posicionados?

-Obviamente, Cristina y Lavagna, que ha relegado a Massa y Urtubey, que están estancados y con mucha dificultad para poder despegar. Me parece que Lavagna es lo nuevo, no hay más, no hay otros nombres interesantes porque Scioli no es una figura que atraiga, Solá y Kicillof tampoco. Lo digo como competitivos, después si se transforman en el candidato de Cristina juntarían muchos votos.

-¿Cómo cree que estarán conformadas las listas?

-Es muy difícil, salvo Cambiemos, en el resto puede pasar cualquier cosa. Incluso Lavagna puede terminar no siendo candidato e ir a una masa crítica política porque los gobernadores están un poco reticentes a él. Es muy difícil y hay varias variables en juego.

-En este contexto tan peleado, ¿tendrán importancia los candidatos a ocupar el cargo de vicepresidente?

-En el caso de Macri, puede agregarle un poco de fuerza a su formula si pusiese a Patricia Bullrich, por el tema de la seguridad y lucha contra el narcotráfico, que es de las mejores cosas evaluadas del Gobierno. No veo que otra cuestión pueda agregarle al oficialismo, como la idea de poner a Carolina Stanley. Tampoco veo que Vidal sea vicepresidenta, y no hay muchas más alternativas.

Por el lado de Cristina, da lo mismo el vicepresidente que coloque, salvo que sea una figura fuerte que indique que está pegando  un volantazo en el panorama político, pero no veo que ocurra eso.

En el caso que sí podría ser relevante la figura que acompaña es en la lista de Lavagna, ya que puede llegar a complementar el hecho de que él no es del territorio, ni es gobernador. Es peronista pero por el tema de su edad podría llegar a poner a una figura más joven, como a un gobernador más fresco y con gestión ejecutiva, que podría transmitir que hay un cierto compromiso de determinados sectores del peronismo con su proyecto político. Pero fuera de eso, después no veo un gran rol de los vicepresidentes de peso para la suma de votos.

-¿Qué opinión tiene del Gobierno?

-Me parece que cometió muchos errores conceptuales de entrada, una gran subestimación de la problemática económica y del comportamiento de los actores sociales, políticos y económicos. Considero que jugó mucho a cuidarse las espaldas de la opinión pública y a ganar las elecciones más allá de pagar los costos políticos. También fue demasiado cerrado, una actitud  típica de aquellos que piensan que como son nuevos no quieren estar contaminados con lo viejo. Y eso es complejo, llegó a una situación realmente mala, comunica muy mal.

Lo mejor que hace son las campañas, pero hubo errores estratégicos serios. Por eso hoy llega a una situación tan complicada no sólo desde el punto de vista electoral y de apoyo de la opinión pública, sino que prácticamente ningún sector del "círculo rojo" apoya al Gobierno, salvo el financiero y el mundo externo lo quieren ayudar. Pero el mundo industrial no lo quiere, el sindicalismo tampoco.

Es decir, no hay actor del círculo rojo que lo alabe, que le reconozca meritos, ni aciertos o astucia política. Lo veo complicado pero aun así pienso que el Presidente puede ser reelegido.-