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El enólogo de Nieto Senetiner, sobre el Malbec de Luján de Cuyo: "Es especial porque es clásico pero también, muy moderno"

Santiago Mayorga explica las claves que llevaron a los vinos de esta región a ocupar un lugar relevante en el mapa vitivinícola internacional
11/10/2023 - 10:43hs
El enólogo de Nieto Senetiner, sobre el Malbec de Luján de Cuyo: "Es especial porque es clásico pero también, muy moderno"

En la actualidad, cuando se habla de vinos, se habla básicamente de lugar, de terroir. Variables como clima, composición del suelo y altitud (además del factor humano, lógicamente), le imprimen un "ADN" que genera que cada botella sea única e irrepetible y que lo que se consigue en ese lugar determinado, no pueda replicarse en otro.

Interesante es que en la Argentina esta tendencia -que ya era defendida por varios productores desde hacía décadas-, comenzó a cobrar más fuerza y se generalizó recién en los últimos 15 años, cuando el peso del terroir comenzó a desplazar a otros factores que antes ocupaban un lugar protagónico, tales como el uso de barricas nuevas y de tostado intenso o la preferencia por cosechar uvas sobremaduras.

En este punto, hay un dato clave: una zona productiva de Argentina ya hablaba de terroir a fines de los ‘80. No solo eso: un grupo de productores se preocupó por resaltarlo y comunicarlo al mundo: se trata de la Denominación de Origen Controlado (DOC) de Luján de Cuyo, en Mendoza. No solo fue la primera de su tipo en Argentina, sino también de todo América.

Técnicamente, una DOC es el nombre que identifica a los productos originarios de una región, cuyas cualidades particulares se deben al medio geográfico, que abarca tanto a los factores naturales como a los humanos que generan su producción.

Hay un dicho muy difundido en el mundo del vino que reza que "el terroir habla bajito", por lo cual, es muy fácil taparlo. ¿Y qué nos perderíamos como consumidores? Básicamente, si tapamos el terroir, perdemos la expresión del lugar, ese "ADN" que es irreproducible en cualquier lugar del mundo.

Por eso, hoy cobra suma relevancia la visión pionera que tuvieron las bodegas que fundaron la DOC Luján de Cuyo, entre las que se encuentra Nieto Senetiner. No solo por resaltar y dar a conocer las características de un lugar en particular (en una época en que en buena parte del mundo, por ejemplo, no se sabía que hacía siglos se elaboraba vino en la Argentina). Sino también porque eligieron una cepa emblemática para lograr su propósito: el Malbec.

Nieto Senetiner se encuentra en Luján de Cuyo desde el año 1888

Vale remarcar: en esa época, el Malbec estaba lejos de ser el caballito de batalla de la vitivinicultura argentina. A principios de los ‘90, si primaba una variedad entre las tintas era la Cabernet Sauvignon. El resto, en general se consumía en cortes con nombres que remitían a regiones francesas.

Por eso, la importancia de esta DOC que abarca a terruños que hoy son fundamentales en el mapa vitivinícola argentino, como Agrelo, Perdriel, Vistalba, Las Compuertas y Drummond: porque habla de lugar y lo hace a través de una variedad que no fue elegida azarosamente. Ingenieros agrónomos y enólogos sabían de dos grandes cualidades del Malbec: plasticidad y transparencia.

Plasticidad porque se adapta a todo tipo de terruños y climas (de hecho, hoy está presente en 17 provincias argentinas) y transparencia porque, a través de su paleta aromática y a través de sus taninos y textura, revela muchísimo del lugar que proviene.

Un punto importante de la DOC Luján de Cuyo es que, además de un amplio listado de cuestiones técnicas, exige que el 85% de la composición del vino sea Malbec elaborado a partir de uvas cultivadas en esa región y con un rendimiento bajo por hectárea. Por eso es que fue decisiva para el posicionamiento de esta variedad en el mapa vitivinícola mundial. 

"La DOC Luján de Cuyo es muy importante porque establece parámetros vitícolas y enológicos a la hora de la elaboración del vino y la garantía de la calidad", explica Santiago Mayorga, enólogo de Nieto Senetiner.

"Estamos realmente entusiasmados, porque arrancamos siendo cuatro bodegas y ahora somos 10 interlocutores. Esto habla de una renovación de la zona, de volver a estar en movimiento como bloque, más allá de que siempre se hicieron vinos en la zona", recalcó el enólogo, quien adelantó además que "pronto habrá novedades porque estamos trabajando para salir con una DOC distrital, para partidas de más alta gama".

Santiago Mayorga, enólogo de bodega Nieto Senetiner

Cuando se le pregunta cómo puede sintetizar el espíritu del Malbec de Luján de Cuyo, Santiago reflexiona: "Siempre decimos que Luján de Cuyo es la primera zona, es la zona más antigua, con lo cual tenemos una combinación de viñedos muy antiguos, con un gran material genético".

Y si bien plantea que es complejo resumir el estilo de una región en pocas palabras, sí destaca que, en general, "el Malbec de Luján de Cuyo se caracteriza por la fruta roja, que puede ser fresca o madura; también, por las notas de té negro y de violetas. Y sobre todo, por ser vinos con un tanino muy suave, muy redondo y con muy buena sucrosidad".

La clave, además del material genético, son los suelos: según el enólogo de Nieto Senetiner, "son aluviales que, de acuerdo a la distancia que tienen respecto de la cordillera, muestran diferente profundidad y composición. Cuanto más cerca, más base pedregosa: cuanto más lejos, tienen una base más arcillosa".

"Los vinos Malbec de Luján de Cuyo son especiales, porque tienen un estilo clásico pero, a la vez, muy moderno; es un estilo que se ganó un lugar en el mundo y que se va a mantener en el tiempo", completa Santiago.

Nieto Senetiner y vinos que hablan de lugar

Un dato clave en esta historia es que Nieto Senetiner es una bodega emplazada históricamente (desde 1888) en Luján de Cuyo, con viñedos muy antiguos y tres fincas, ubicadas en Vistalba, Agrelo y Alto Agrelo.

Por lo tanto, tiene mucha historia y un conocimiento profundo del terruño. Gracias a esto, la bodega cuenta, en su portfolio, con etiquetas que muestran toda esa diversidad a la que hace referencia Santiago, incluido un Malbec DOC bajo la línea Patrimonial, que sigue los parámetros que establece esa regulación.

Pero vale destacar especialmente la calidad que están logrando en Vistalba, uno de los terruños más interesantes de Mendoza y donde el equipo de ingenieros agrónomos viene trabajando desde hace años con viticultura de precisión, para lograr vinos que conjugan complejidad y elegancia.

Allí, la bodega posee Finca Villa Blanca, de una superficie de 17 hectáreas. Santiago explica que la riqueza y singularidad de esta finca radica en que "por un lado, tenemos allí una sección nueva, más precisamente del 2017, cuando se plantaron clones de Malbec del INTA; estos viñedos nos permiten, junto a Jimena Castañeda, la ingeniera agrónoma de la bodega, realizar ensayos para hacer microvinificaciones de clones de Malbec. Pero, por otro lado, tenemos nuestro viñedo de 1900 al que le llamamos Villa Blanca Estate Malbec, que es emblemático".

De allí nace Nieto Senetiner Villa Blanca Estate Malbec, un vino que representa, dentro de la línea Single Vineyard de la bodega, la representación más pulida y acabada.

Nieto Senetiner Villa Blanca 2020, un vino que habla de lugar

"Este Malbec habla de antigüedad y de la zona de Vistalba, recientemente liberada como Indicación Geográfica. Allí tenemos tintos con algo de fruta más negra que en otros lugares de Luján de Cuyo, con notas de té, lavanda y una buena boca con textura, suavidad y algo de acidez que lo hace muy bebible. Este vino tiene una guarda aproximada de entre 18 y 24 meses dependiendo del año y para nosotros representa el mayor exponente de Malbec de Nieto Senetiner", completa Santiago.

Respecto de la cosecha 2020, el enólogo destaca que fue una vendimia anticipada porque hubo un evento de helada y de frío en la primavera anterior. "Esto generó que tuviéramos racimos más pequeños, de menos cantidad de bayas y de maduración anticipada; estamos hablando de casi un mes. Además, hubo una gran concentración de color, aromática, de alcohol… con algo más de madurez porque tuvimos enero y febrero bastante cálidos". ¿La conclusión? Los Malbec cosecha 2020 de esta finca se caracterizan por ser muy intensos, con buen volumen y maduración.

Vinos & Bodegas degustó Villa Blanca Malbec 2020 y lo primero que se destaca es su profundidad aromática, su elegancia y su sana madurez. Es un vino de capas, entre las que se percibe la fruta roja y negra, junto a notas florales y un aporte preciso de la barrica, con algunas notas de especias dulces sutiles. En boca es sabroso, largo y amplio, con taninos redondos, maduros y de pulso dulce. Un vino que fluye con un toque graso y una acidez integrada. Súper bebible.

Por lo tanto, cuando descorches una botella de estas, vas a estar disfrutando de lo mejor de los dos mundos: por un lado, toda la historia del lugar, gracias a los pioneros que vieron el potencial de la zona y, por otro, el estilo moderno (y elegante) que la bodega le imprime a sus vinos. 

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