Caminar por una calle poblada de hombres a veces puede resultar un tanto difícil para algunas mujeres, ya que tienen que escuchar expresiones que no siempre resultan agradables.

Respirar hondo y seguir adelante -como si nada se hubiesen escuchado- es la opción que una gran mayoría elige, aunque esto no signifique que no hayan tenido que pasar por un mal momento.

Un proyecto de ley apunta a tomar cartas en el asunto, ofreciéndoles a las personas que se sientan víctimas de lo que se denomina "acoso callejero" la posibilidad de denunciar estos hechos para que aquellos que cometieron un improperio puedan ser penados.

En Capital Federal y Gran Buenos Aires siete de cada diez mujeres manifiestan haber recibido silbidos o gritos y el 60% de las consultadas admiten haberse sentido en medio de una situación "incómoda o intimidatoria", según revela un informe de la Facultad de Psicología y Relaciones Humanas de la Universidad Abierta Interamericana.

"La presente ley tiene por objeto prevenir y sancionar el acoso en lugares públicos", aclara el texto del proyecto. La iniciativa se apoyó en un video viral en el que una joven relataba su hastío por ser víctima durante un tiempo prolongado de todo tipo de comentarios -muchos de ellos agresivos- en la calle.

La publicación obtuvo más de 500.000 visitas y a muchos les sirvió para tomar conciencia respecto de este tema (ver video).

Es, precisamente en este marco, en el que nació esta iniciativa de ley. Como era de esperar, ya cuenta con adeptos y detractores.

Uno de los puntos más polémicos es el que hace referencia a las multas para aquellos que se propasen verbalmente con una mujer, ya que contempla hasta cinco días de arresto.

Una de las impulsoras es la legisladora Gabriela Alegre del Frente para la Victoria, que afirma: "Creemos que es deber del Estado contribuir a la sensibilización y concientización sobre una práctica que genera en muchos casos miedo y humillación, más allá de la ofensa".

Agrega que se trata de situaciones que pueden generar consecuencias importantes en las personas que las sufren de modo reiterado"

"Este tipo de comportamiento en las calles no debe ser minimizado, como tampoco las expresiones ofensivas o subidas de tono, aun cuando ya estén instaladas como algo común en nuestra sociedad", completa Alegre.

Quienes promueven esta iniciativa argumentan que la idea es brindarle herramientas legales a muchas mujeres para poder defenderse frente a las agresiones verbales de algunos hombres, que disfrazan de "piropo" comentarios fuera de lugar.

En tanto, otras personas consideran que promover una ley es un planteo exagerado. Consideran que puede ser difícil de implementar y que la misma expresión, aun siendo violenta, puede tener impactos distintos en diferentes mujeres según su personalidad, de modo tal que no es tan fácil medir el nivel de agresividad.

"Creo que es un tanto exagerado encerrar a alguien", dice a iProfesional Gonzalo Fonseca, director de planeamiento estratégico de Havas Media.

Si bien la propuesta está enfocada, principalmente, en el acoso verbal que sufren las mujeres en las calles, sus impulsores aclaran que tiene perspectivas más amplias.

"Ley busca que la Ciudad se comprometa en la lucha por desnaturalizar y hacer visible el acoso callejero como un problema que sufren mayoritariamente las adolescentes mujeres, pero del cual no están exentas personas de cualquier género u orientación sexual", plantea Alegre.

Propasarse verbalmente puede salir caroEl primer punto a tener en cuenta para entender el objetivo del proyecto tiene que ver con la definición de "acoso en lugares públicos".

Según se explica en el texto, se entiende por esa expresión "la conducta verbal o no verbal con connotación sexual, no consentida por la persona a la que está dirigida, que afecte su dignidad (...) generando en ella intimidación, humillación u ofensa, realizada en espacios públicos o privados de acceso público".

Una de las mayores dificultades de la implementación tiene que ver con muchas personas no distinguen un piropo, una expresión subida de tono o una grosería. 

Además, cabe preguntarse en qué casos podría accionar la Justicia.

Para resolver este punto, la iniciativa establece que la Policía Metropolitana elaborará un protocolo de actuación ante denuncias de acoso en lugares públicos "que respete la normativa local, nacional e internacional de protección de los derechos humanos".

Pero, ¿cuál es el monto que tendrán que pagar quienes cometan estos abusos, de aprobarse el proyecto? Las multas pueden ser de hasta $2.000, si bien varía según el caso que se trate.

De acuerdo con lo planteado en el proyecto, "el Código Contravencional -que se aplica en este caso-, en su artículo 52, tipifica el hostigamiento, maltrato e intimidación".

Y se cita: "Quien intimida u hostiga de modo amenazante o maltrata a otro, siempre que el hecho no constituya delito, es sancionado con uno (1) a cinco (5) días de trabajo de utilidad pública, multa de doscientos ($ 200) a un mil ($ 1.000) pesos o uno (1) a cinco (5) días de arresto".

En el artículo 53 se plantean los agravantes y se estipula: "Se eleva al doble la sanción: para el jefe o promotor; cuando exista previa organización; cuando la víctima es menor de dieciocho (18) años (...) y cuando la contravención se cometa con el concurso de dos (2) o más personas".

Antecedentes en el mundo

Los límites de las expresiones y sus alcances pueden ser un tanto difusos. Por cierto, Argentina no es el único país en el mundo en el que se haya tocado esta temática.

De hecho, en el proyecto de ley se explicita que "según una encuesta realizada por el Observatorio contra el Acoso Callejero de Chile, tres de cada cuatro personas sufrieron hostigamiento durante el 2014".

Se indica, a su vez, que en este país "el 55% de los varones y el 85% de las mujeres entrevistadas dijeron haber sido víctimas al menos una vez en el último año. En un 90% de los casos, fue perpetrado por más de un varón".

Inclusive, "de acuerdo con una encuesta realizada en Estados Unidos en 2014 por Stop Street Harrasement, el 65% de las mujeres que participaron habían sido víctimas de situaciones que, a su entender, fueron agraviantes.

También en Bélgica hubo un intento de penalizar los comentarios sexistas o proposiciones ofensivas. En España se promovió que las personas puedan denunciar el acoso callejero.

La campaña, una deuda pendienteOtro de los aspectos en los que hace hincapié el flamante proyecto de Ley tiene que ver con la necesidad de concientizar a la población sobre el acoso callejero.

En este punto, la propuesta contra la agresión hacia las mujeres también está en línea con la campaña contra el femicidio "Ni una menos", que fue furor en la web.

"Se trata de una acción que nació en redes sociales y creció mucho, ya que es un tema que atraviesa a toda la sociedad", dice a iProfesional Fonseca. Inclusive, algo que ayudó a que tenga una mayor difusión fue que tuvo posteos de muchos famosos.

En el caso puntual de la iniciativa para multar a las expresiones subidas de tono, ésta también otorga un rol fundamental a la difusión de la campaña. En su artículo n°4, la iniciativa estipula la necesidad de:

•Realizar difusión que contribuya a concientizar y a dar visibilidad a la problemática.

•Elaborar y distribuir material que informe sobre el contenido de la presente ley y sobre las características del acoso en lugares públicos.

•Desarrollar y promover talleres, jornadas y otras acciones que considere pertinentes, junto al Ministerio de Educación, para abordar esta temática  en lugares públicos en las escuelas de la Ciudad.

Más allá de las opiniones a favor y en contra de la iniciativa, lo cierto es que el proyecto dará que hablar en estos días.